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Alerta roja por la ‘loca’

La intensidad del viento de dirección este – noreste alcanza velocidades entre 24 a 30 nudos y ráfagas de hasta 40 nudos, lo que causa oleajes con alturas que oscilan entre los 3.0 a 4.5 metros.
Dánisa Varela Mendoza
El aumento en la intensidad del viento que ha alcanzado velocidades ráfagas de hasta 40 nudos y que causan oleajes con alturas que oscilan entre los 3.0 a 4.5 metros frente a las costas de Colombia, tiene en alerta a la ciudadanía samaria.
Múltiples estragos provocan los fuertes vientos que desde hace varias semanas se presentan en la capital del Magdalena. Arboles caídos, interrupciones en el servicio de energía eléctrica, daños en semáforos, pérdidas económicas, incendios forestales y enfermedades, son algunos de los efectos de este fenómeno.
Para conocer un poco más sobre las condiciones climáticas, se consultó a la Oficina de Pronósticos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia, Ideam.
La meteoróloga Claudia Torres aseguró, que en el Centro del mar Caribe colombiano y en los departamentos de Bolívar, Atlántico, Magdalena, La Guajira y el Archipiélago de San Andrés y Providencia, tienen incidencia los vientos alisios del noreste que se han presentado en las últimas semanas. También hay una zona de baja presión que genera un fortalecimiento de vientos en el centro del mar Caribe.

La pesca sufre ciertas limitaciones, porque las especies se alejan de la orilla. Además, los vientos y el oleaje representan un peligro para los que se dedican a esta actividad.
Por los oleajes y fuertes vientos por causa de estos fenómenos, las autoridades ambientales han emitido alerta roja. La funcionaria del Ideam señaló, que “por ahora se va a mantener la alerta; en la Oficina de Pronósticos hacemos análisis de por lo menos 15 días y por lo que hemos observado, van a persistir las condiciones durante los próximos días”.
La alerta roja va dirigida, en especial, a los habitantes costeros, turistas y embarcaciones pequeñas. Según la Dirección General Marítima las restricciones emitidas “se establecen con el fin de garantizar la seguridad de la vida humana en el mar, la seguridad de las embarcaciones, así como la protección del medio ambiente marino, considerando las condiciones océano-atmosféricas adversas”.
Las condiciones adversas se presentan como consecuencia del aumento en el gradiente de presión entre campos isobáricos, generados entre la interacción de la baja presión del Darién y la alta presión de Azores.
AVES ESCONDIDAS
Las palomas que a diario se observaban en sitios emblemáticos de la ciudad como el parque Bolívar y la plaza de la Catedral se han refugiado en puntos estratégicos.
Algunas personas aseguran que la velocidad del viento es más fuerte que el vuelo de estas aves, por lo que podrían resultar lastimadas.
En un recorrido hecho por equipo periodístico de OPINIÓN CARIBE, observó, que las palomas se ubican en la parte superior de la Basílica de Santa Marta y solo descienden de allí en momentos en que la brisa reduce su fuerza.
INCENDIOS FORESTALES Y ÁRBOLES CAÍDOS
De acuerdo con el reporte del Cuerpo de Bomberos Voluntarios Santa Marta, en lo que va del año se han atendido 168 incendios forestales. Los sitios más afectados son los cerros de la ciudad, especialmente los ubicados en los barrios 11 de Noviembre, ‘María Eugenia’, Ziruma, entre otros.
Investigaciones revelan, que personas inescrupulosas aprovechan esta fecha de fuerte brisa para limpiar los lotes baldíos provocando quemas, que por lo general se vuelven incontroladas.
Por otra parte, los bomberos voluntarios han atendido 24 casos de caída de árboles. Los de trébol y trupillos, son los más afectados por la velocidad de los vientos.
De igual manera, se han presentado emergencias relacionadas con el desplome de techos de varias viviendas, situación que por fortuna no ha causado pérdidas humanas.
Además de la línea 119, los Bomberos habilitaron el número telefónico 4212818 para que la comunidad reporte las emergencias.

Las palomas están refugiadas en la parte superior de la Diócesis de Santa Marta para protegerse de los fuertes vientos que se presentan en la ciudad desde hace varias semanas.
FALLAS EN LA ENERGÍA
Una de las principales denuncias de la comunidad samaria, son las constantes interrupciones en el servicio de energía eléctrica. Si bien es cierto que la región Caribe sufre por este tema, en temporadas de fuertes brisas se incrementa el problema.
Las ráfagas de viento arrasan lo que encuentran a su paso y las redes eléctricas no son la excepción. En barrios como Santa Catalina, ubicado en la carrera 18, los cables cayeron al suelo y así permanecieron durante dos días, por lo que la comunidad tuvo tomarse las vías de hecho y bloquear la Avenida del Río.
Por su parte, los habitantes de La Concepción, Avenida Santa Rita, Altos de Mallorca, ‘Simón Bolívar’, Garagoa y 11 de Noviembre, han manifestado su inconformismo por las fallas en el servicio, las cuales provocaron daños en los electrodomésticos.
PROBLEMAS EN LOS SEMÁFOROS
A través de un comunicado de prensa, la Concesión Siett Santa Marta anunció, que las brisas han causado afectaciones sobre las intersecciones semafóricas. Ante esto, se coordinó un trabajo conjunto entre el equipo de mantenimiento del Siett y los agentes de tránsito distritales para monitorear el correcto funcionamiento de los semáforos, ejecutando labores de reforzamiento, tensión de viseras y ajustes de luces led.
No obstante, solicitaron el apoyo de la comunidad samaria para que informen mediante la línea telefónica 318 801 6268 los daños en cualquier intersección semafórica.
LIMITACIONES EN LA PESCA
OPINIÓN CARIBE dialogó con los pescadores del corregimiento de Taganga, quienes aseguraron que las fuertes brisas han disminuido esta actividad. Sin embargo, no todo es malo, pues las corrientes alejan a ciertas especies marinas, pero atraen a otras. Durante el mes de febrero, pescados como la cachorreta, albacora y el bonito se pescan de manera abundante.

Guillermo Cantillo, pescador de Taganga.
Guillermo Cantillo explicó, que los peces están todo el tiempo detrás de las sardinas y estas – en épocas de fuertes brisas – se alejan de la orilla, por lo que se dificulta un poco la actividad pesquera, además, no pueden poner en práctica sus diferentes tipos.
“No se puede salir a pescar con línea de mano, solo pueden hacer pesca estacionaria y trasmallo. La brisa afecta mucho la pesca, porque los pescadores tenemos que cobijarnos mucho y como la sardina se sale demasiado no llega el pescado a las ensenadas como Taganga, que son su destino”.
Según los pescadores, la brisa se siente con más fuerza en las zonas donde se desempeña esta actividad, especialmente en Punta Aguja. El riesgo aumenta cuando se desplazan de una playa a otra.
La línea de mano es el nylon que se lanza con un yoyo; este tipo de pesca se llama capeado que consiste en que “la embarcación navega despacio y se tiene de referencia los cerros o edificios para pescar en el mismo sitio. Así es que se coge el pargo, el mero y medregal”, afirmó Guillermo Cantillo.
Por su parte, el trasmallo y la nasa se arrojan en el mar y queda en el fondo hasta por dos días, por lo que estos dos tipos de pesca no los afectan las fuertes brisas.
PÉRDIDAS PARA EL TURISMO
El Instituto de Turismo del Distrito informó, que las fuertes brisas impidieron la llegada del crucero Norwegian Dawn, con más de dos mil turistas, el cual tuvo que ser desviada a la ciudad de Cartagena, porque los vientos alcanzaban una velocidad de 70 kilómetros por hora y provocaban olas de más de cuatro metros de altura.
Esta decisión generó una pérdida de alrededor de 240 mil dólares, es decir, cerca de mil millones de pesos, teniendo en cuenta, que, además del acceso que pagan a través del puerto, las personas que viajan en estas embarcaciones gastan en la ciudad mínimo 120 dólares.
Según la oficina distrital, en lo que va del presente año han dejado de ingresar dos cruceros, debido a las ráfagas de viento.
ENFERMEDADES
En las últimas semanas se han incrementado los casos de personas enfermas por causa de las fuertes brisas. El viento levanta el polvo y este provoca enfermedades de tipo respiratorio.
Resfriado, dolor de garganta, fiebre y hasta conjuntivitis son algunas de las patologías que presentan los habitantes de la capital del Magdalena. Los más vulnerables a estas enfermedades son los menores de cinco años, las mujeres embarazadas y los adultos mayores.
Las autoridades de salud recomiendan a la ciudadanía usar tapabocas, hidratarse las manos e incrementar el lavado de las manos.

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