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Ocde y Otan: implicaciones del ‘ingreso’

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Marcela Escandón Vega

Son el club de países con las ‘mejores prácticas’ y el cuartel de la Guerra Fría. ¿Para qué quiere Colombia pertenecer a estas dos organizaciones? ¿Qué beneficios le traería? ¿A qué costos? Balance y escenarios prospectivos de política interna y relaciones internacionales.

LA OCDE ¿OBSESIÓN PERSONAL O POLÍTICA DE ESTADO?

Juan Manuel Santos quería que Colombia ingresara a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) a toda costa. Durante años hizo cambios institucionales y generó políticas para cumplir los estándares exigidos. Al final de su mandato, consiguió convertirse en el país 37 en mayo de 2018, pocos días antes de que su sucesor sea elegido.

Creada en 1961, la Ocde agrupa a 37 países miembros y “su misión es promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas alrededor del mundo.” De acuerdo con su página oficial, la Ocde ofrece un foro en el cual los gobiernos puedan trabajar conjuntamente para compartir experiencias y buscar soluciones a los problemas comunes.

“Trabajamos para entender qué es lo que conduce al cambio económico, social y ambiental. Medimos la productividad y los flujos globales del comercio e inversión. Analizamos y comparamos datos para realizar pronósticos de tendencias. Fijamos estándares internacionales dentro de un amplio rango de temas de políticas públicas”.

Adicionalmente,

la lista de temas Ocde es:

  • Administración pública y desarrollo territorial.
  • Agricultura.
  • Asuntos financieros y empresariales.
  • Asuntos fiscales.
  • Ciencia, tecnología e industria.
  • Comercio.
  • Cooperación con países no miembros.
  • Desarrollo.
  • Economía.
  • Educación.
  • Empleo y cohesión social.
  • Energía.
  • Estadísticas.
  • Iniciativa empresarial.
  • Medio ambiente.
  • Fuente: Ocde.

En definitiva, la Ocde se ha constituido en un referente de buenas prácticas públicas y Colombia lleva varios años adoptando sus recomendaciones en varios frentes. Por ejemplo, en términos de la gestión de las finanzas del Estado, Colombia ha unificado procesos, creado herramientas tecnológicas, armonizado procedimientos interinstitucionales, expedido normatividad y, en general, modernizado las fases de planeación, ejecución y seguimiento del presupuesto del país.

Otros ejemplos en materia económica son: la Convención sobre Asistencia Mutua en temas tributarios para intercambiar información con diferentes países y luchar contra la evasión de impuestos, las normas en contra de la informalidad y la contratación ilegal, la Ley de Derechos de Autor y la Ley Antisoborno. Sobre esta última, vale la pena mencionar, que

La Ley 1778 del 2 de febrero de 2016, conocida como Ley del Soborno Transnacional, hace parte de los acuerdos a los que se acogió Colombia con la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) para combatir este tipo de delitos. La premisa parte de sancionar a las empresas nacionales que incurren en el delito de sobornar a funcionarios públicos de otros países. Es por esto que la Superintendencia de Sociedades, entidad a cargo de aplicar las sanciones correspondientes, no pudo castigar a Odebrecht. Desde el 31 de marzo empezará la aplicación inicial de esta ley.

Además de esto, resaltan peticiones como la realización del censo agropecuario, la creación de un impuesto al carbono (reglamentación que permite cobrar por quemar combustibles fósiles) y el cobro por la utilización de bolsas plásticas.

Hasta aquí, solo encontramos aspectos positivos, sin embargo, no se requiere ser miembro de la Ocde para seguir las recomendaciones, imitar las buenas prácticas, adaptar las políticas o acoger los lineamientos. ¿Para qué entonces pedir la entrada oficial? ¿Cuáles son los costos y los beneficios puntuales de ser el miembro No. 37?

Hay que decir que los costos son altos y diversos. Por un lado, se deben asumir todas las modificaciones institucionales y la implementación de políticas en diversos sectores. Esto significa, no solo destinar parte del presupuesto nacional a financiar estas políticas, sino asumir los costos políticos de sacar adelante las reformas: movilizar voluntades políticas, trabajar con diferentes actores de interés, posicionar los temas ante la ciudadanía, entre otros.

Pero, adicionalmente, como todo club, el de la Ocde pide una cuota anual a sus miembros, calculada a partir de las características del país, en especial el tamaño de su economía.

Por ejemplo, los países latinoamericanos deben aportar: Chile un 1.4 % y México el 2.8 % de cada una de las dos partes en las que se divide el presupuesto de la Ocde. En 2017, el presupuesto total de la organización fue de 374 millones de euros, unos $1.3 billones con la tasa de cambio del pasado miércoles, divididos en 200.1 millones de euros en la parte del presupuesto y en la parte dos, los restantes 97.7 millones. Así, Chile tuvo que pagar en ese año 2.8 millones de euros y para la parte dos, entregó 1.3 millones de euros. Por su parte, México entregó 5.6 millones de euros y 2.7 millones de euros respectivamente.

FINALMENTE, ALGUNOS DE LOS BENEFICIOS CONCRETOS DE SER MIEMBRO SON:

Las ventajas de pertenecer a la Ocde se pueden resumir en los siguientes puntos:

  • Evaluación constante con estadísticas confiables y comparables.
  • Acceso a financiamiento con tasas de interés preferenciales.
  • Información privilegiada, estudios, consejos personalizados y especializados.
  • Prestigio y credibilidad a nivel internacional.

En síntesis, son altos los costos, pero las ventajas también son muy relevantes. Es difícil establecer un análisis prospectivo sobre las implicaciones y alcances de las responsabilidades adquiridas. Ya no es una aspiración del gobierno de turno, sino un compromiso de Estado, es decir, de largo plazo. En definitiva, es una apuesta prometedora y retadora a la vez, que le tocará asumir al próximo gobierno como un legado de Juan Manuel Santos.

¿Y la Otan? ¿Cómo entender esta decisión y sus implicaciones?

La Organización del Tratado del Atlántico Norte, Otan, es una alianza político militar cuya finalidad es “garantizar la libertad y la seguridad de sus países miembros por medios políticos y militares”. Nace en el contexto histórico de la Guerra Fría, momento de gran tensión internacional por cuenta del enfrentamiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y los Estados Unidos, cada uno en cabeza de un grupo de países y la aplicación y defensa de un modelo económico por parte de ellos.

  • Medios políticos: la Otan promueve valores democráticos y permite que los miembros se consulten y cooperen cuestiones relacionadas con la defensa y la seguridad para solventar problemas, fomentar la confianza y, a largo plazo, evitar conflictos.
  • Medios militares: la Otan tiene un compromiso de resolución pacífica de controversias. Cuando los esfuerzos diplomáticos no dan fruto, la fuerza militar emprende operaciones de gestión de crisis. Estas operaciones se llevan a cabo bajo la cláusula de defensa colectiva del tratado fundacional de la Otan (Artículo 5 del Tratado de Washington) o por mandato de las Naciones Unidas, por sí sola o en cooperación con otros países y organismos internacionales.

SUS PRINCIPALES ACTIVIDADES Y FUNCIONES  CONSISTEN EN:

  • Instancia de consulta: todos los días, los países miembros consultan y toman decisiones sobre asuntos de seguridad en todos los niveles y en distintos campos. Una ‘decisión de la Otan’ es la expresión de la voluntad colectiva de los 29 países miembros, ya que todas las decisiones que se toman son consensuadas. Cientos de funcionarios, así como expertos civiles y militares, acuden todos los días a la sede de la Otan para intercambiar información, compartir ideas y, cuando es necesario, ayudar a preparar decisiones, en cooperación con las delegaciones nacionales y el personal de la sede de la Organización.
  • Operaciones y misiones: en Afganistán, Kosovo, Protección del Mediterráneo y Apoyo a la Unión Africana, la Otan desempeña un papel activo en un amplio espectro de operaciones y misiones de gestión de crisis, incluidas operaciones civiles de emergencia. Las operaciones de gestión de crisis de la Organización se desarrollan conforme al Artículo 5 del Tratado de Washington o por mandato de las Naciones Unidas.

Frente a la adhesión de Colombia, una primera aclaración que debe realizarse es que el país no entra como miembro pleno, sino como socio global junto con Afganistán, Australia, Irak, Japón, Corea del Sur, Mongolia, Nueva Zelanda y Pakistán. Lo anterior, debido a que no cumplimos con el criterio geográfico con el cual se creó la Organización. Somos, entonces, el primer país latinoamericano en hacer parte de esta lista de socios globales.

Sin embargo, una primera alerta que se ha escuchado desde muy diversos sectores es, dado el origen y énfasis militar de la Organización, si Colombia eventualmente se comprometería a enviar tropas y participar de conflictos internacionales en los que la Otan intervenga.

Al respecto, la información oficial de la Otan es que el objetivo de trabajar con sus socios globales es “desarrollar cooperación en áreas de interés mutuo, incluidos los desafíos de seguridad emergentes, y algunos contribuyen activamente a las operaciones de la Otan, ya sea de forma militar o de alguna otra manera”.

En concordancia con lo anterior, los socios son parte de muchas de las actividades centrales de la Otan, desde la configuración de políticas hasta el desarrollo de la capacidad de defensa, el desarrollo de la interoperabilidad y la gestión de crisis. Los programas de la Otan también ayudan a las naciones socias a desarrollar sus propias instituciones y fuerzas de defensa y seguridad.

En consecuencia, aunque el presidente Santos afirmó, que Colombia no brindaría apoyo militar ni tropas ante conflictos externos con intervención de la Otan, lo cierto es que la definición misma del alcance de la sociedad podría incluir, aunque no necesariamente, el despliegue de efectivos militares.

Ahora bien, esta pretensión no es nueva. Juan Manuel Santos ya había solicitado ser parte de la Otan y lo propio había hecho Álvaro Uribe durante su gobierno. Así, en 2013, “Santos firmó con Otan en Bruselas, un acuerdo de intercambio de información y seguridad para, según se dijo, fortalecer la construcción de integridad y transparencia en temas de seguridad, y acercar la cooperación de las Fuerzas Armadas con esa organización a cambio de su experiencia en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico. Y aunque el acuerdo fue avalado por el Congreso, el entonces procurador Ordóñez se atravesó ante la Corte Constitucional argumentando, entre otras, ‘la vaguedad que podría tener consecuencias prácticas de gran importancia’.  La Sala Plena de la Corte declaró inexequible la ley que hace referencia al acuerdo en el 2015, pero por vicios de procedimiento al ser aprobada en segunda vuelta a ‘pupitrazo’ y sin votación nominal” .

¿Qué consecuencias posibles positivas y negativas puede traer la cooperación con la Otan para Colombia? El escenario es aún más incierto que con la Ocde. Como positivo debe rescatarse el posicionamiento estratégico del país y sus Fuerzas Militares, con amplia experiencia en guerras irregulares lo cual le permite destacarse y tener un conocimiento y experticia muy específico para compartir.

Sin embargo, la cara negativa de esta moneda puede venir por cuenta de los temores e inconformidad que la alianza puede generar en países vecinos como Venezuela. Si Colombia no está buscando un verdadero despliegue militar en otro continente, mucho menos en América del Sur, ¿para qué entrar? ¿Para qué asumir los costos? ¿Vale la pena solo como factor de prestigio internacional  y disuasión regional?

 

PAISES QUE CONFORMAN LA OCDE:

  • CANADÁ
  • ESTADOS UNIDOS
  • REINO UNIDO
  • DINAMARCA
  • ISLANDIA
  • NORUEGA
  • TURQUÍA
  • ESPAÑA
  • PORTUGAL
  • FRANCIA
  • IRLANDA
  • BÉLGICA
  • ALEMANIA
  • GRECIA
  • SUECIA
  • SUIZA
  • AUSTRIA
  • PAÍSES BAJOS
  • LUXEMBURGO
  • ITALIA
  • JAPÓN
  • FINLANDIA
  • AUSTRALIA
  • NUEVA ZELANDA
  • MÉXICO
  • REPÚBLICA CHECA
  • HUNGRÍA
  • POLONIA
  • COREA DEL SUR
  • ESLOVAQUIA
  • CHILE
  • ESLOVENIA
  • ISRAEL
  • ESTONIA
  • LETONIA
  • LITUANIA
  • COLOMBIA
  • LA UNIÓN EUROPEA

Está considerada como una organización participante.

 

PAÍSES MIEMBROS DE LA OTAN:

  • ALBANIA
  • ALEMANIA
  • BÉLGICA
  • BULGARIA
  • CANADÁ
  • CROACIA
  • DINAMARCA
  • ESTONIA
  • ESLOVAQUIA
  • ESLOVENIA
  • ESPAÑA
  • ESTADOS UNIDOS
  • FRANCIA
  • GRECIA
  • HUNGRÍA
  • ISLANDIA
  • ITALIA
  • LETONIA
  • LITUANIA
  • LUXEMBURGO
  • MONTENEGRO
  • NORUEGA
  • PAÍSES BAJOS
  • POLONIA
  • PORTUGAL
  • RUMANÍA
  • REINO UNIDO
  • REPÚBLICA CHECA
  • TURQUÍA

“Colombia ya ha tenido muestras claras del impacto que puede tener la Ocde en un país de América Latina. El proceso de acceso ha puesto en marcha varios procesos de reformas institucionales y ha desencadenado reflexiones internas muy importantes. La Ocde hace bien en voltear sus ojos hacia nuestra región, como lo evidencia el Programa para América Latina y el Caribe. Esta es una región que tiene mucho que aprender y mucho que ofrecer en experiencias de políticas sociales y económicas. Nuestros países tienen retos y experiencias en temas que son cada vez más vigentes en los países más desarrollados: el crecimiento con inclusión, el aumento de la productividad sin dejar atrás a los más débiles, la gobernabilidad de poblaciones cada vez más exigentes. Es una región que podrá beneficiarse enormemente de generalizar los conceptos que promueve la Ocde de gobernanza, transparencia e inclusión. No es fácil decidir que es más cierto: Latinoamérica necesita a la Ocde o la Ocde necesita a Latinoamérica”.

 

Juan Manuel Santos. Fuente: Colombia y la Ocde.

Una relación de beneficio mutuo. Disponible en:https://www.oecd.org/centrodemexico/laocde/colombia-y-la-ocde.htm

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