EDICIÓN ESPECIAL.
Héroes sofocados
La mitad del Magdalena carece de Cuerpos de Bomberos y los que existen operan en precarias condiciones, algunos hasta les toca ‘pelear’ con las administraciones por las transferencias de la sobretasa bomberil.
Paola Ramírez Caballero
Ante cualquier S.O.S por muy crítico o trivial que sea, siempre un bombero estará presto ayudar, pero ¿quién les tiende la mano?, es la gran pegunta que todos los miembros de esta institución se hacen, cuando son ellos los que están en emergencia por las precarias condiciones con las que tienen que trabajar los 365 días del año, saliendo ante un imprevisto a dar la cara por un municipio que no reconoce con apoyo económico esta labor misional.
El creer que ‘no pasará nada’ genera una situación delicada porque en la mayoría de las jurisdicciones no existen bomberos y donde los hay, operan en difíciles condiciones. En ese departamento, por ejemplo, solo 13 de los 30 municipios cuentan con este organismo de socorro; el único oficial es el de Plato y el resto se encuentra constituido por voluntarios que trabajan en difíciles condiciones sin convenios ni contratos firmados con las administraciones municipales.
La Procuraduría General de la Nación solicitó a los alcaldes y concejos municipales cumplir con la obligación de prestar el servicio público esencial de los cuerpos de bomberos oficiales o voluntarios. Sin embargo, a pesar que la Ley 1575 estableció el 21 de agosto de 2012 como obligatoria y constitucional, en el Departamento solo 13 municipios de los 30 la cumplen.
Santa Marta, Ciénaga, Zona Bananera, Aracataca, Sitionuevo, Plato, El Banco, Fundación, Santa Ana, Algarrobo, Salamina y Nueva Granada, cuentan con Cuerpos de Bomberos. Este última suma alrededor de nueve meses sin recibir el sobregiro de la tasa bomberil por parte de la Administración municipal que, de acuerdo con lo señalado por la comandante, Angélica Curvelo, no existe la voluntad política de hacer las transferencias por parte de su alcalde, Óscar Enrique Ruiz Bohórquez.
EN UCI, NUEVA GRANADA
Una disputa entre la Alcaldía y el Cuerpo de Bomberos de Nueva Granada por la transferencia de la sobretasa bomberil, mantiene en UCI a esta institución, debido a que durante el 2018 no ha recibido los recursos que le corresponde por este concepto.
“A pesar que el Procurador Nacional se pronunció el 29 de mayo, no ha dado los recursos, ni las razones por los cuales están retenidos. Cuando la capitana Lourdes Peña le pidió los recursos y le dijo que estaba cometiendo prevaricato por apropiación, la respuesta que dio era que yo debía renunciar para poder transferir los recursos”, afirma la Comandante del Cuerpo de Bomberos de Nueva Granada, Angélica Curvelo Hassan.
La líder del organismo de socorro agregó, que “en la Procuraduría de El Carmen de Bolívar, el 5 de abril, se hicieron acuerdos en los que el Alcalde manifestó tener dudas sobre la idoneidad del Cuerpo de Bomberos, la cual fue aportada, comprometiéndose a girar los recursos del convenio, que se venció el 31 de julio de 2017 y los de la sobretasa correspondiente al 2018”.
En la actualidad, el Cuerpo de Bomberos de Nueva Granada no tiene un peso para la atención de ninguna emergencia; además, les han solicitado devolver el inmueble donde operan, porque se deben 11 meses de arriendo, y los servicios están todos suspendidos. Carecen de medio de transporte, por lo cual ante una emergencia, los voluntarios con tal de salvar una vida, se trasladan en bicicletas.
“La situación es crítica porque no hay voluntad por parte del Alcalde de Nueva Granada. Desconocemos los motivos por los que no transfiere los recursos. Le hemos enviado reiterados oficios y no obtenemos respuesta de él”, asegura la comandante Curvelo, quien señala, que “el Alcalde dice que no va girar, valiéndose de argumentos falsos como que la Dirección Nacional le informó que no girara los recursos, frente a esto, la entidad nacional notificó que nunca ha dicho ni puede solicitar eso”.
Los recursos de la sobretasa bomberil tienen una destinación específica consignada en el Acuerdo de Ley 1575 de 2012, que es cuando se crea el cuerpo de bomberos. En este se establece que esos recursos deben estar mensualmente transferidos a la institución. “Los recursos son causaciones que se recaudan por tributos que paga la comunidad, la Administración nos debe recursos propios del convenio y los que está reteniendo por la sobretasa, lo que se convierte en una conducta que se tipifica como prevaricato por apropiación; la misma Ley 1575 indica que inmediatamente lleguen los recursos, estos deben ser girados al Cuerpo de Bomberos”, explica la Comandante de los Bomberos de Nueva Granada.
Un Cuerpo de Bomberos puede recibir por concepto de sobretasa entre cinco, dos, y diez millones de pesos mensuales, debido a que este recurso depende del recaudo de los impuestos que haga el municipio por obras y predial. Este dinero le proporciona a la institución mayor sostenibilidad; es decir, si no recibe este auxilio económico, deja de tener fuentes para su funcionamiento.
“El recurso de sobretasa solo es para comprarse maquinarias y equipos, ante la Dirección Nacional se ha gestionado una máquina cisterna que está aprobada, pero no la hemos podido traer porque no tenemos como hacerlo. También le solicitamos al Alcalde en el 2016 un lote para construir el Cuerpo de Bomberos, pero no ha tenido la voluntad de hacerlo”, denuncia la Comandante del cuerpo de socorro.
Las unidades que operan en el Cuerpo de Bomberos de Nueva Granada en este momento no devengan ningún tipo de bonificación ni cuentan con las prestaciones sociales, se mantienen en la institución por amor misional de servir a la comunidad sin que su trabajo sea agradecido por parte de la Administración municipal representada por el alcalde Óscar Enrique Ruiz Bohórquez.
“En caso de que uno de nuestros hombres sufra un accidente durante una emergencia me corresponde a mí responder, porque la Alcaldía no se compromete. Ordenó suspender la personería jurídica del organismo de socorro, pero logramos peleando que esto no se diera, no sé por qué la persecución contra los bomberos, que se dedican a servir con amor misional, pero nos menosprecian”, sostiene la comandante Curvelo Hassan.
HAY AMENAZAS
El enfrentamiento que tiene la comandante del Cuerpo de Bomberos, Angélica Curvelo, con el alcalde de Nueva Granada, Óscar Enrique Ruiz Bohórquez, ha terminado en amenazas de muerte, según la líder del organismo de socorro, porque con la única persona que ha tenido problemas es con el Mandatario municipal por los recursos de la sobretasa bomberil.
“Yo no podría decir que es el Alcalde, porque yo no lo vi, pero la verdad existe una persecución por parte de él, ya no es por la parte institucional, sino que ha atentado contra mi integridad, mi dignidad como mujer y mi buen nombre”, denunció Curvelo Hassan.
Con lágrimas en sus ojos, voz quebrantada e indignada, la Comandante del organismo de socorro relata la forma en que fue intimidada a través de un panfleto que fue lanzado el 21 de agosto por debajo de la puerta de la estación, en el cual le decían que debía dejar el cargo y marcharse del municipio.
“Me preocupa la integridad de mi familia, la desestabilización del equipo, los jóvenes trabajan con amor por la comunidad y de esta forma nos agradecen. Servimos de escudo al municipio, salimos a cubrir las emergencias sin herramientas, sin los equipos y no se justifica que nos amenacen”, comenta enfáticamente, Angélica Curvelo Hassan.
La Comandante de Bomberos de Nueva Granada puso en conocimiento ante las autoridades estas amenazas, pero a pesar de ello, no ha recibido las garantías de seguridad que requieren ella y su familia.
Ante la intimidación, la Comandante del organismo de socorro optó por abandonar la localidad. “Me acerqué a la Policía, entregué la medida de protección que me dio la Fiscalía y un funcionario del CTI me dijo, que mientras avanzaban las investigaciones, lo recomendable era que saliera del municipio, porque ante falta de garantías, era lo mejor”, denunció Curvelo.
Finalmente, la Comandante del Cuerpo de Bomberos aseguró, que “la administración se ha encargado de difamar mi nombre, diciendo que me robé una plata, tengo cómo demostrar que no, porque los extractos bancarios no mienten y los entregué en la Procuraduría”.
La líder del organismo de socorro se ha trasladado a Bogotá a instaurar las respectivas denuncias, porque las diferencias que tiene con el Alcalde de Nueva Granada han tomado un tinte personal, dejando de prevalecer la institucional.
UN HONOR QUE CUESTA
Los héroes tienen el don de ayudar, tienen un fin, una misión en el mundo, no todos nacen para hacerlo, no cualquiera se pone la mano en el corazón y expone su vida. Los bomberos trabajan con el alma, esa es su principal herramienta, la pureza impulsa a tener ese poder y valentía de enfrentar cualquier problema sin importar la gravedad y no solo existen en las películas y programas de ficción, los hay en la vida real.
En el departamento del Magdalena existe un conjunto de personas que siempre está dispuesto a servirle a la comunidad sin importar el tiempo y las dificultades, arriesgando incluso su vida para salvar la de los demás. Cuando se habla sobre esto, se habla de valores y un don de gente que debería ser valorada, pero infortunadamente en el Departamento no se hace, y solo se dan cuenta que están ahí cuando los necesitan.
Desde que arrancó el Cuerpo de Bomberos de Aracataca no ha recibido recursos para la operatividad continua de la estación por parte de la Alcaldía, que le donó un predio desde donde operan, solo se han mantenido en sus casi dos años de constitución con la sobretasa bomberil, no obstante, los voluntarios no han dejado de atender servicios.
Existen diversas palabras con las que se pueden caracterizar a los bomberos: pasión, entrega, valentía, esfuerzo y dedicación son solo algunas de ellas, las cuales se les pueden reconocer al sargento Dairo José Barrientos de la Estación de Bomberos de Aracataca, así como a muchos de sus colegas.
El Cuerpo de Bomberos de Aracataca tiene un año y medio de haber entrado en funcionamiento, hoy, sufren múltiples necesidades, por ejemplo, una de las principales es que las unidades no tienen prestaciones sociales, salen a cubrir las emergencias sin los equipos, no tienen ni siquiera un camión bomberil.
“No contamos con los equipos necesarios, pero brindamos la atención, salimos a pie, moto. Lo poco que tenemos lo hemos comprado con los recursos de sobretasa bomberil”, cuenta el sargento Barrientos, un hombre de 44 años, de voz fuerte, piel maltratada y curtida por el sol y mirada experimentada, dispuesto a dar su vida ante una emergencia.
“Trabajamos con la voluntad y el amor hacia la comunidad, de eso nos valemos para trabajar. Como no tenemos las herramientas que quisiéramos, pedimos atención a Fundación cuando las emergencias son muy críticas. Los recursos de la sobretasa bomberil dependen de lo que ingresa, eso sí, el Alcalde es puntual en esos desembolsos que pueden llegar a los 5 o 10 millones de pesos mensuales”, afirma el líder del organismo de socorro de la tierra de ‘Gabo’.
La Estación de Bomberos de Aracataca está integrada por doce voluntarios, quienes se dividen en dos turnos porque deben salir a ‘rebuscarse’ como señala el sargento Dairo. “Como no hay un aporte, deben mirar qué hacer para el sustento de su familia. Desde el año pasado estamos tratando de lograr un convenio con la Alcaldía, pero su respuesta es que no hay dinero para eso. Estamos sufriendo la situación de los cuerpos de bomberos, nos toca pedir apoyo, pero si una máquina de afuera sufre un accidente, debemos asumir la responsabilidad, pero de dónde”, precisó.
Además, que “la situación de los bomberos no es un problema exclusiva del municipio, nos queremos reunir con la Gobernadora y no ha sido posible, nunca está para los Bomberos. Uno sufre el día a día de la estación, mirando que se quiere labrar un mejor futuro para tus compañeros, pero no se valora eso. Es un abandono, si firmaran un convenio, tendríamos salarios y prestaciones adecuados”.
Asimismo, comenta el Sargento del Cuerpo de Bomberos, que “cuando recibimos este predio en comodato, estaba sin nada, hemos construido lo poco que tenemos, ni siquiera no los han donado para presentar un proyecto de infraestructura a la Dirección Nacional. Nos tienen tirados cuando somos los primeros que ponemos la espalda ante una emergencia, porque realmente la Alcaldía no nos está apoyando, trabajamos con recursos de la comunidad”.
Esta es una labor que no tiene precio, porque cuando se habla de vidas, los números no son suficientes para reflejar el valor de un ser humano. Y por ello deberían recibir ingresos económicos o por lo menos, el respeto y trato que se merecen, pero esto no es así.
Frente a lo anterior, el alcalde de Aracataca, Pedro Sánchez, señala con orgullo, que “logré subir la sobretasa del 2 % al 10 % para recaudar más recursos y girarles mensualmente, además, entregamos una sede del municipio. No tenemos el vehículo, hice la gestión en el Gobierno Nacional para que nos colaboren con uno”.
Según el Mandatario municipal el recorte presupuestal le ha impedido firmar un convenio con el Cuerpo de Bomberos, que espera ser tenido más en cuenta en la administración al ser ellos los que ponen el pecho ante una emergencia.
ALGUNOS EN LA BUENA; OTROS EN LA MALA
El Magdalena solo cuenta un cuerpo de bomberos oficial, el de Plato, 12 más son voluntarios, pero únicamente existe convenios en tres de estos, con las administraciones municipales y operan con esfuerzos propios y con grandes limitaciones, como no tener maquinaras y si las tienen, estas no se encuentran en óptimas condiciones.
El de Fundación, luego de la tragedia con los niños, despertó la preocupación por mantener dotado al organismo de socorro. Hoy cuentan con un convenio que les permite tener una ‘solvencia’ económica en comparación con la situación de otras instituciones del Magdalena.
“Estamos recibiendo la sobretasa bomberil y tenemos un convenio por 60 millones de pesos con la Alcaldía para pagar las prestaciones sociales, nos giran mensualmente de 11 a 3 millones de pesos, de acuerdo con los recaudos que haga el municipio”, informó el comandante de Bomberos de Fundación, Pablo Villa.
Otros de los organismos de socorro con dotación son el de Ciénaga y Algarrobo; mientras que El Banco, Salamina, trabajan a media marcha. Lo que pasa en Aracataca y Nueva Granada es el reflejo de la precaria situación en que se encuentran los Cuerpos de Bomberos del Magdalena.
UN FONDO SIN FONDO
La Asamblea del Magdalena a través de la Ordenanza 23 del 26 de diciembre de 2014 creó el Fondo Departamental de Bomberos del Magdalena, como cuenta especial con fines de asistencia social con el propósito de contribuir a la dotación, funcionamiento y desarrollo de los Cuerpos de Bomberos.
Este fondo iba a ser alimentado por la suma que el Departamento le apropiara anualmente en su presupuesto; las transferencias que le hiciera la Nación con especificación al apoyo bomberil; la donación de organizaciones públicas y privadas; y por aportes de los municipios, entidades centralizadas y descentralizadas. Esta ordenanza fue firmada en la administración de Luís Miguel Cotes.
Hoy, los comandantes de los Cuerpos de Bomberos del Magdalena no han recibido ni un peso de este fondo que ellos han denominado un ‘fondo sin fondo’. “Hemos querido hablar con la Gobernadora, pero no se ha podido, nunca tiene tiempo para nosotros, tenemos un fondo desfinanciado, no recibimos ningún tipo de apoyo”, aseguró el sargento Dairo de Aracataca.
Alan Bocanegra Barraza, comandante del Cuerpo de Bomberos del municipio de Sitionuevo, manifestó, que “queremos fuente de financiación para el fondo departamental de bomberos, para fortalecer los cuerpos y mirar la posibilidad si creamos organismos de socorro para cubrir todo el Departamento, no se justifica que teniendo tantos municipios en el Magdalena, solo existan 11 Cuerpos de Bomberos y 12 con el del Distrito”.
Por su parte, el comandante Barrera, también manifestó, que “por Ley 1575 como bomberos, estamos exento de pagar peaje, pero nos los están cobrando. Cabe resaltar, que no somos unas empresas con unas solvencias económicas muy buenas para atender las emergencias, pero resulta, por decir un ejemplo, el Cuerpo de Bomberos de Aracataca acude a atender una emergencia en el puente de Tucurinca, el peaje no deja pasar los móviles, porque tenemos que pagar el peaje, ante esto queremos que la Gobernación del Magdalena haga cumplir la Ley”.
Dichas situaciones deben ser revisadas con mucha atención por parte de los entes territoriales, puesto que es preocupante la manera en la que los voluntarios están prestando el servicio.
LA LEY 1575, UN CANTO A LA BANDERA
La Ley 1575 establece, que “la gestión integral del riesgo contra incendio, los preparativos y atención de rescates en todas sus modalidades y la atención de incidentes con materiales peligrosos es responsabilidad de todas las autoridades y de los habitantes del territorio colombiano, en especial, de los Municipios o quien haga sus veces, los Departamentos y la Nación”.
Lo anterior es claro al estipular que toda la responsabilidad sobre una eventual emergencia es responsabilidad de la administración municipal, es decir, no de los bomberos, quienes voluntariamente acuden al llamado sirviendo de escudo a los Alcaldes, que parecen desconocer esta Ley al rehusarse a apoyar esta labor misional.
El artículo 27 de la Ley 1517 estipula que la actividad bomberil deberá contar con seguridad social y seguro de vida al ser considerada como una labor de alto riesgo para todos los efectos, y los miembros de los Cuerpos de Bomberos gozarán de los derechos de seguridad social. Quienes laboren como bomberos tendrán la cobertura de un seguro de vida durante el tiempo que ejerzan dicha labor.
Lo anterior no se cumple en el 70 % de los Cuerpos de Bomberos del Magdalena, algunos voluntarios tienen como seguro de salud el Sisbén; es decir, si les sucede algo sus familias quedarán desamparadas por la falta de voluntad por parte de los mandatarios municipales.
Y LA PROCURADURÍA
La Procuraduría General de la Nación le ha insistido los alcaldes y concejos municipales y distritales a cumplir con la obligación de prestar el servicio público esencial de gestión integral de riesgo contra incendio, preparativos y atención de rescates en todas sus modalidades y la atención de incidentes con materiales peligrosos, a través de los Cuerpos de Bomberos oficiales o voluntarios.
La Procuraduría Delegada para la Descentralización y Entidades Territoriales recordó la responsabilidad que tienen los mandatarios locales de suministrar los recursos para esta actividad y asegurar su continuidad y calidad, ejercicio que está dispuesto en la Ley 1575 de 2012.
“Los ingresos recaudados por concepto de la sobretasa bomberil deben destinarse únicamente a la financiación de la actividad, estos valores deberán transferirse al Cuerpo de Bomberos para que administre los recursos teniendo en cuenta las necesidades del servicio”, señala el Ministerio Público.
Igualmente, explica, que es fundamental mantener las sobretasas establecidas en la ley para conservar la capacidad de respuesta de los Cuerpos de Bomberos ya que, si existe recorte presupuestal para financiar la actividad bomberil, “(…) afectaría de manera directa la garantía de la prestación del servicio, poniendo en riesgo inminente la seguridad, vida, bienes y medio ambiente de la entidad territorial”.
Reconoce la importancia de que “(…) el Cuerpo de Bomberos cuente con una estación física idónea, con herramientas y equipos mínimos para atender las emergencias, así como garantizar un espacio adecuado para que las unidades estén preparadas para prestar el servicio oportunamente”.
Aunque esto está estipulado, la mayoría de los alcaldes del Magdalena hacen caso omiso, estando avocados a una suspensión por incumplir la Ley 1575.
Diariamente los bomberos están disponibles para cualquier emergencia que se le presente a los magdalenenses, siempre están pendientes de las líneas para atender el llamado de la comunidad, son esa mano amiga que, aunque muchos no vean, siempre está estirada para cuando la necesiten y en los momentos más difíciles saben cómo ayudarla.
Muchas estaciones de bomberos no cuentan siquiera con los equipos o herramientas necesarias para actuar frente a estas emergencias, pero están en la disposición para sacarlas adelante y solucionarlas. Sin embargo, no contar con ellas les dificulta el trabajo al momento de auxiliar a las personas frente a cualquier situación y para ejercer sus actividades diarias.
Lo ilógico es que las personas no reciben lo justo por sus acciones. Es injusto para esas personas que solo dedican su vida a hacer el bien en la comunidad, y no se justifica que quienes velan por el bienestar de un territorio, pasen por estas vicisitudes. Por lo menos, deberían contar con los recursos suficientes para sustentarse, además de los implementos fundamentales para salvar vidas.
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