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Nación

Constructora del puente Hisgaura se defiende

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La forma de acordeón de los bordes del puente Hisgaura, en la vía Los Curos-Málaga, en Santander, que despertó esta semana la preocupación de la comunidad y sacó a la luz las diferencias de la firma Sacyr con el Fondo Adaptación y el Invías, es una situación que se ve en puentes similares en cualquier parte del mundo.
Así respondió, de forma enfática, la compañía española a la polémica que surgió cuando se conocieron las imágenes de la infraestructura, que según su director de Ingeniería en Colombia, Miguel Ángel Ordóñez, está lista para usarse.

En entrevista exclusiva con EL TIEMPO, el directivo reveló que aunque ni el Fondo ni la interventoría se han pronunciado sobre la prueba de carga, se iniciará el 19 de noviembre.
El contrato era de tres puentes vehiculares en la vía que une Málaga con Los Curos. Ese contrato era por precios unitarios, con el diseño proporcionado por el Fondo Adaptación y en donde Sacyr tenía 30 días para realizar los ajustes que considerara necesarios.

Producto de la revisión, verificamos que los planos que entregó el Fondo presentaban deficiencias técnicas que hacían inviable la construcción.
Era una estructura sin ningún estudio de viento, no tenía garantía estructural y, por tanto, llegamos a la fundada conclusión de que no era resistente, tampoco a eventos sísmicos.
Entramos en una discusión con el Fondo y la interventoría, y eso paraliza los trabajos, porque Sacyr no estaba dispuesto a asumir la responsabilidad de los diseños que nos entregaron. Cuando iba a vencer el plazo original, de noviembre del 2016, se firmó el otrosí número 3, ampliando el plazo en 18 meses, hasta mayo de este año.

Además, con la interventoría y el Fondo se aprobaron los nuevos diseños que Sacyr aportó.
El del Sitio Crítico 43 y el de La Judía también presentaban defectos estructurales muy importantes en el diseño.
Por lo menos Sacyr no los va a hacer, porque en el otrosí número 3 se acordó que se suspendía la ejecución. Sacyr no ha abandonado nada; acordó con el Fondo, que estuvo de acuerdo, en suspender la ejecución. Eran más cortos y diferentes; no eran atirantados, pero tenían gravísimas deficiencias de diseño.
La fecha era mayo de este año, pero diversas circunstancias produjeron que fuera necesario prolongarlo hasta el 31 de agosto. Eso se concretó en el otrosí número 6.
El proyecto se desarrolla con los avatares del proceso constructivo y en un momento dado se evidencia, por parte de la interventoría, la necesidad de hacer una prueba de carga.
Es algo muy habitual en Colombia. Hemos construido otros puentes para otras entidades, como el Invías, y no tienen prueba de carga. Por contrato, por norma, no lo traen.
En el proceso de licitación no tuvieron en cuenta ni la realización de la prueba ni tampoco la instalación del faldón y, por tanto, nuestro contrato modificado, con el otrosí número 3, tampoco. En junio, la interventoría, que defendía que la prueba de carga era necesaria, cambió de criterio y dijo que no era necesaria pero sí conveniente, e igual con el faldón metálico, para eliminar esa imagen de sinuosidad.
En absoluto. Habitualmente en puentes de esta complejidad, en los que se trabaja en voladizo, en 165 metros que se van construyendo en tramos de a cinco metros, estos van haciendo una poligonal, que por arriba debe ser regularizada.

La rodadura es perfecta; es una calzada nueva. Son normales, en estos tipos de puentes, estas situaciones.
Absolutamente. En la carrera 9.ª de Bucaramanga tenía ese mismo efecto y por eso se dispone del faldón, que es un elemento habitual; también en el puente Pumarejo. Si se tienen 360 metros, hechos en tramos de 5 metros, es imposible que todo sea una línea recta.
En junio presentamos el diseño y empezamos a debatir con la interventoría y el Fondo un precio unitario y un plazo. Pero faltando tres días para el vencimiento del plazo del 31 de agosto recibimos una comunicación del Invías y del Fondo diciendo que son obligaciones del contratista, que las debe realizar a su costo y que no piensa recibir la infraestructura.
El 19 de noviembre. Llevamos más de cinco meses detrás de la ejecución de la prueba de carga y ya hemos informado a la interventoría que si no nos manifiestan por escrito que no la hagamos, vamos a proceder a hacerla.
Los ojos de los organismos de control del Estado ya están puestos en la obra. La Procuraduría ordenó abrir una investigación en contra de dos exgerentes del Fondo Adaptación por posibles irregularidades en su construcción. Se trata de Carmen Elena Arévalo e Iván Mustafá Durán. Y la Contraloría investiga por qué en el contrato no se incluyó lo correspondiente a la iluminación del paso elevado.

La Gobernación de Santander exigió que el Fondo Adaptación entregue un informe técnico que exponga la verdad sobre el estado del puente. Según Ramón Ramírez, jefe de la Oficina de Gestión del Riesgo y de Desastres de Santander, desde el 2017 por diferentes canales, incluso derechos de petición, se ha requerido al Fondo sobre las obras que ejecuta en el departamento, incluido el paso elevado, sin haber obtenido respuestas claras./Tomado de El Tiempo.com

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