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#BlogOC El barco de Uscátegui
En el reciente diplomado de Liderazgo y Gestión Pública entre la universidad Sergio Arboleda, La Cámara de Representantes y la fundación Hanns Seidel de Alemania, escuchaba una exposición del Dr. José Jaime Uscátegui sobre el país, que me llamo la atención y consideré prudente compartirla con ustedes bajo el criterio de “Soy Ciudadano” el cual busca coadyuvar a la orientación de las personas sobre el papel que debemos cumplir para lograr un mejor desarrollo y futuro integral de todos.
Para entender la conferencia de Uscátegui, debemos acudir a la imaginación y para ello utilizaré un escenario al que llamaremos Colombia, un país rico en agua y entre los pocos con dos océanos, por lo tanto tratemos de ver de frente a un barco grande y pesado en cualquiera de nuestros puertos, partiendo de la idea que está dentro el agua.
Empecemos explicando que el Capitán de nuestro barco se llama Presidente hoy Iván Duque, un funcionario público con responsabilidades y deberes que nos debe llevar al rumbo correcto, el que esperamos nos brinde seguridad, nos proteja y luche para que el barco no se hunda, por el contrario que logre mantenerle a flote y progresando en la medida de su avance, dando cumpliendo a los fines constitucionales para lo que fue creado.
Ese Capitán que representa al pueblo, elegido popularmente para conducir y liderar la nave, tiene unas instituciones que están atentas a su desempeño y de la tripulación, procurando que ejecuten todos los procedimientos dentro de la ley, como por ejemplo la Contraloría General de la Nación, la Defensoría del Pueblo y la Auditoria Nacional entre otras.
Si vemos el barco por la proa (de frente) y lo dividimos en tres partes iguales que representan la separación de los poderes y le llamaremos las Ramas del Poder público, la Legislativa donde encontramos al Congreso dividido en dos Senado y Cámara, allí se reforma la constitución, se hacen las leyes y se ejerce el control político, la Ejecutiva que la conforma el Presidente, Ministros, Directores Especiales, Gobernadores y Alcaldes y la Judicial donde encontramos la Corte Constitucional, la Justicia Especial de Paz, La Corte Suprema de Justicia, El Consejo de Estado, El Consejo Superior de la Judicatura, La Fiscalía General de la Nación, los Tribunales y los Jueces.
En la quilla, (parte baja del barco) hay otro sector importante de la organización, el Consejo Nacional Electoral y la Registradora Nacional como organizaciones que deben buscar la transparencia y control de las elecciones cuyo papel en este artículo es controlar la subida al barco, y en el bulbo de proa están los partidos políticos de donde salen todos y cada uno de los que quieren hacer parte de la tripulación cada cuatro años.
Actualmente existen pequeños galeones enemigos con ganas de tomarse por la fuerza el patrimonio institucional, denominados FARC, ELN, EPL, M19, narcotráfico, violencia, corrupción, secuestro, engaños y mentiras que buscan destruir y acabar con parte de la tripulación para ellos ocupar su lugar.
En mi opinión considero que el blindaje de esta embarcación debería estar representado por la honradez, el respeto, la lealtad, el servicio y la pulcritud en la administración, pero cada día se ve más lesionado toda vez que algunos de sus tripulantes se subieron para hacer lo incorrecto y no lo que la constitución manda, lamentablemente en el proceso de selección de la tripulación se filtran los que van por el bien particular y no el general.
Para proteger el barco considero se cuenta con las instituciones menos permeadas por los factores externos, como son las Fuerzas Militares y la Policía Nacional pilares fundamentales para sostener el Estado Social de Derecho organizado en forma de República Unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa, y pluralista fundada en la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general, que excelentes expresiones constitucionales para administrar el escenario al que llamamos Colombia.
Lo cierto es que muchos quieren subirse al barco, unos para administrarlo, otros para trabajar dentro de él, algunos como oportunistas y los más descarados para desfalcarlo, se suben negros, blancos, mulatos, indios, ricos y pobres de todas las corrientes y de todos los géneros, todos supuestamente quieren lo mejor pero antes de entrar muchos ya deben lo que van ganar, lo cierto es que casi todos quieren el cofre del tesoro al que conocemos como Presupuesto Nacional.
Si el motor y la hélice lo representa las empresas, la imagen internacional, la economía con la importación y exportación, la población que esta afuera y adentro, las buenas políticas públicas, la educación, la seguridad y la defensa, además de los principios y valores, entonces ¿por qué será que el barco no logra zarpar y marchar a la par de los demás barcos mundiales?
La respuesta para mi es sencilla, pero tiene muchas aristas, para empezar el barco está anclado a un puerto con 45 millones de ciudadanos que no quieren asumir una conciencia ciudadana, una actitud de realidades, una posición solidaria y responsable, un papel protagónico como ciudadano que le permita el zarpe hacia una cultura de cambio participativo, de éxitos, donde el millón doscientos mil empleados aproximadamente con que cuenta el barco logre cumplir su trabajo responsable hacia los objetivos de la llamada equidad y prosperidad social deseada desde hace muchos años.
Para lograr esos propósitos se debe considerar que el principal factor que no lo permite es la corrupción, no se puede lograr mover apropiadamente el motor si en las bases donde están los partidos políticos la gente sigue colocándose la piel de corderos a la hora de ser elegidos y luego muestran la fiera interna que existe dentro de ellos, mientras no soltemos el ancla confiando en la honestidad que no tenemos este barco se hundirá.
Coincido con el Doctor Uscátegui concluyendo que toda la tripulación del barco se selecciona en el pueblo, se educa en el pueblo, se organiza en el pueblo y si el barco está siguiendo malos rumbos es allí donde se debe revisar y actuar para que no se suban las personas equivocadas en toda la estructura que impide de manera consciente o inconsciente que nuestro barco zarpe y logre llegar a puertos bajo la teoría de “buen viento y buena mar”.
Ahora la pregunta es, ¿qué haces tú para que no ingresen malas tripulaciones? ¿Cuál es tu aporte al buen funcionamiento del barco? ¿Cómo podrías ayudar a ayudarnos a todos? La respuesta está en tus manos para ayudar al barco de Uscátegui.
“El camino puede ser difícil, pero con tu ayuda lo podemos lograr” (soy ciudadano)
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