Columnistas
El día de la madre: El más violento
Desde hace varios años e incluso décadas, el Día de la Madre dejó de ser una fecha para departir con la familia alrededor de una persona que sólo merece amor y respeto, la mamá. Ella, quien en el acto más noble que puede hacer un ser humano por otro, de afectar su cuerpo, dañar su cotidianidad e inclusive perjudicar su sueño, son un resumen de los sacrificios que hace para darnos la vida.
Sin embargo, en nuestro país no somos recíprocos con ellas y hemos convertido esta reunión en una tragedia, cuyas consecuencias son fatales. Las cifras son alarmantes. Del año 2016 a 2017, según Medicina Legal, aumentaron los homicidios de 114 a 126, las riñas de 1214 a 1290. Al frente de lo anterior, el año pasado se denunciaron 426 casos de violencia de pareja y 206 de violencia intrafamiliar, número muy similar a lo reportado en los años arriba mencionados.
Según las autoridades, todo esto sucede por la carga emocional que implica este día, sumado a los conflictos familiares existentes con la ingesta desproporcionada de alcohol. Algunos gobernantes han propuesto decretar la ley seca, lo que sólo impediría el consumo en espacios públicos y como siempre ocurre, lo que se hace es comprar el licor con anterioridad -por lo general más de lo que se va a utilizar- y consumirlo en la residencia. En resumen, es una medida que no soluciona lo comentado.
Lo que se requiere son campañas de educación involucrando todas las partes, Gobierno nacional, alcaldías, empresas licoreras y ciudadanía. El Ministerio de Salud, junto a las secretarías departamentales y municipales, deben implementar una política real a largo plazo que reduzca efectivamente el consumo de alcohol en el país, sin más políticas de choque que le cuestan millones al sistema. Aquí también tienen gran responsabilidad las licoreras. Es necesario y conveniente que su responsabilidad social se centre en la reducción del consumo; no es suficiente un mensaje al final de cada comercial advirtiendo que “el exceso de alcohol es perjudicial para la salud”.
Por lo expuesto, mi invitación es a que celebremos este Día con responsabilidad y armonía, dejando los problemas a un lado. Pensemos antes de hablar y evitemos el conflicto, sin dejarnos alterar, controlando el consumo del licor. Recordemos que este es un día por ellas y para ellas, nuestras madres.
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