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La ‘profe’, ¡ella es así!

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Escribir sobre la vida de un Maestro resulta difícil y complicado, pero al tratarse de la ‘Profe’ representa un esfuerzo aún mayor, porque su personalidad es imposible describirla en unas cuantas líneas.

Gennys Álvarez Navarro

En mi experiencia periodística he tenido que hablar sobre  políticos, abogados, médicos y hasta sobre curas, pero nunca hablar de un oficio que para mi juicio, es uno de los más sublimes y dignos de admirar, el Maestro. Siempre he dicho que entre un marinero, un piloto de avión y un profesor, existe una ligerísima coincidencia: su entorno escapa de su autonomía y poder, pero lo cierto es que lo pueden domar, sortear, moldear, hasta que por fin, contra viento y marea, llegar al norte propuesto. Para todos los docentes, feliz día.

Rosario Esther Pisioti Lara, no es una estrella de rock, ni mucho menos una actriz de cine, aunque a veces lo parezca, ella es docente y trabaja como correctora de estilo de OPINIÓN CARIBE y EL CALLEJERO, tiene 57 años, está soltera, decidió no tener hijos  y se dedicó a pasar una vida chévere entre viajes, bibliotecas y fiestas. Ha trabajado como docente desde 1983, ama su profesión y no la cambia por nada. Es una mujer alegre, cada vez que ríe su carcajada resuena por el pasillo y aunque no te conozca, te dice “mi cielo”, “mi amor”, todos saben que ella es así.

Su vocación a la docencia estuvo influenciada por una maestra que tuvo en la secundaria quien impactó su vida, tanto que decidió el camino de la enseñanza. “Tuve una excelente profesora de biología de sexto a noveno, Olga Beatriz Avendaño, a ella la admiré la capacidad para impartir el conocimiento. Al ver su fuerza, carácter, alegría, me hizo que comenzara a imitarla, yo quería ser como ella, fue mi modelo a seguir. Nunca la vi impaciente a pesar de lo mal que nos portábamos. Sabía mucho, era mujer completa. Cuando la conocí enseguida dije que quería ser docente. También tuve la motivación de un hombre muy sabio, Rafael Guerra Maestre, de quien aprendí que si se forma bien al hombre habrá una gran sociedad”, dijo la ‘profe’.

Rosario hoy hace un balance y mira con tristeza cómo las últimas generaciones de estudiantes han dejado de ver al profesor como una luz en el conocimiento. Pisioti ha dado lo mejor de sí, son 36 años en los que su principal desafío ha sido llegar a la vida de sus alumnos y convertirse en su aliada en el aprendizaje: “Fíjate, que me he encontrado muchos exalumnos que me han dicho que quieren ser como yo, pero además me decían que no se querían quedar solteros como yo lo estoy (risas). Han sido muchas las satisfacciones que he tenido como docente, considero que la educación es más que un proceso mecánico, hay que estar con los ‘pelaos’ en el patio, interactuar con ellos, conocerlos de cerca. El docente no se puede quedar sentado como un espectador”, dijo.

La ‘Profe’, hoy retirada de las aulas, sale en contra de todos aquellos que piensan que enseñar es una pérdida de tiempo: “Cuando el estudiante no entiende, es ahí cuando el profesor saca su poder de persuadir y convencer. Todos los estudiantes no pueden ser iguales y así deben ser tratados, como únicos. No hay mayor satisfacción que ver unos ojitos felices y con ganas de aprender, por eso el docente debe ser formador más no castrador de conocimiento, debemos ser carismáticos, tratar bien a los muchachos”.

La misión del maestro exige un reto que la ‘Profe’ lo tiene en cuanta, enamorar al estudiante para así hacer que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea más rápido y eficaz. “Al muchacho hay que enseñarle desde su vida, instarlo a que sea más optimista, a que comprenda que el conocimiento es importante, que el alumno vea en nosotros un ejemplo ético” afirma Pisioti Lara, y continuó, “me duele ver cómo algunos profesores llegan al aula quejándose por todo, renegando de su trabajo, matando el docente que el alumno lleva por dentro. El maestro debe sentir un gran amor por las humanidades, se necesitan muchos conocimientos para salvar a la sociedad, de ahí también que me he inclinado por el periodismo y la filosofía”.

La ‘Profe’ resume su labor en una frase de Paulo Freire que reza: “El maestro debe caminar con una legítima rabia, con una justa ira, con una indignación necesaria para hacer la transformación social”, así como también es consiente que no existe un profesional sobre la faz de la tierra que antes no haya pasado por las manos de un docente.

“Si volviera nacer me hiciera maestra. Envío un mensaje a mis colegas, que se preparen para cada clase, que no le resten importancia a la situación de vida de cada estudiante, saber cómo ensañarle sabiendo si tiene hambre, por ejemplo. Infortunadamente el sistema educativo del país hoy tiene esta profesión como un escape. Para ser docente se necesitan pasión”, así concluyó la ‘Profe’. Ya jubilada sigue enseñando pero desde un contexto más doméstico.

Para todos los hombres y mujeres que se dedican a esta profesión y que como Rocío han sido abnegados y dedicados, muchas gracias y que ojalá la historia nos premie con más profesionales como ustedes. ¡Congratulaciones!

 

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