Columnistas
Y la historia se repite

Editorial
Esta semana la Policía Nacional dio de baja a Deimer Patiño Giraldo alias 80. Patiño al parecer estaba al mando de los antiguos pachencas desde la operación que abatió a su líder Jesús María Aguirre Gallego, hace un año, también en las estribaciones de la Sierra Nevada.
Las dos operaciones dejan claro que: 1. Las autoridades no tienen territorio vedado 2. Que no son intocables los criminales en esa zona, 3. Que la inestabilidad de los grupos mantiene a los comandantes en la zozobra de las delaciones, lo que con lleva a ajustes internos, disparando los homicidios selectivos en la ciudad.
Lo advertimos cuando se dio de baja a Mercancía, de nada sirve abatir un comandante sin desestructurar el grupo, sin quitarles el poder que ejercen sobre la población. Es una culebra de mil cabezas. Ya hoy hay un mando. De la muerte de Chucho se posicionó las Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada -ACSN-. Con 80 fuera del juego, ¿será que asumen otro nombre? Al parecer quien asume el poder es un familiar muy cercano a Hernán Giraldo Serna. Según dicen participó desde muy joven en la guerra como miembro del Bloque Resistencia Tayrona y que se desmovilizó siendo menor de edad. Posteriormente fue llevado a prisión por participar del rearme al lado de “los paisas”. Regresó a la Troncal y ha intentado montar imperio, monopolizando el comercio de bebidas.
Sin embargo, otras voces señalan que todo es una pantalla para poder mantener la unidad en el territorio que aún ven a los Giraldos como autoridad fáctica en la Troncal. Todo apuntaría a que dos grandes emporios estarían detrás: Oficina Caribe y Clan del Golfo. Ambos con fines de narcotráfico. En la cabeza de la Oficina Caribe estaría un desmovilizado también del Bloque Resistencia Tayrona, que pasó por Ley de Justicia y Paz, ex compañero de 80 al parecer uno de los que gestó la servida en bandeja de Patiño Giraldo a las autoridades.
Es como un Deyavú, la Troncal ni con la desmovilización en febrero de 2006 del Bloque Resistencia Tayrona descanso, pues ya tenía instalado en la cara de los verificadores internacionales y del Gobierno Nacional al Bloque Cacique Aruhacos que luego muto a Los Nevados, y así sucesivamente hoy ACSN.
De nada sirve el esfuerzo militar/policial en el territorio, si no va acompañado por un trabajo interinstitucional. Acá todo es a la inversa, dar de baja a un delincuente debería aliviar a las comunidades pero lo que hace es dejarla en la zozobra con una orden de guardar luto y que las comunidades cumplen con la obediencia debida.
La seguridad de la Troncal no puede medirse exclusivamente en acciones militares, se requiere más. Con un semestre de gobierno, aún la Alcaldía no diseña, ni implementa la estrategia de intervención que anunció en compañía del gobernador en diciembre luego del asesinato de la pareja de ambientalistas. Se vive la indiferencia, se siente la ausencia.

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