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Especial Santa Marta

El cerro de El Cundí: Un mirador en el olvido

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En el tradicional barrio El Cundí, fundado a finales de la década del cincuenta, se encuentra el cerro del mismo nombre que, en época de la Colonia servía de punto vigía para avizorar los barcos que se acercaban a la Bahía. Hoy, pese a ser un lugar con una gran vista de la ciudad y un potencial espacio de explotación turística, se ha convertido el sitio propicio para la venta y consumo de estupefacientes. Los líderes de la comunidad aseguran que el cerro se encuentra en el olvido e impulsan desde hace siete años un proyecto para hacer de este un recorrido obligado para quienes arriban a Santa Marta.

Entre las Calles 17 y 18 y las carreras 13 y 14, se levanta, bordeado de casas, el cerro de El Cundí, que para unos fue un lugar de diversión en la infancia y para otros tantos es solamente el imaginario de los más viejos.

Subir al cerro significa, como quizá lo han dicho en repetidas ocasiones quienes se aventuran a visitarlo, poder ver una majestuosa vista de la ciudad en 360 grados, observar cómo nace y se oculta el sol y, punto que, en épocas de la España conquistadora y de las colonias, se constituyó en zona vigía que permitía a los pobladores observar a las fragatas de los piratas que se acercaban a atracar la Bahía y avisar, desde el campanario, a la comunidad para que se resguardara.

En su cúspide se encuentra la estatua de la “Virgen de la Medalla Milagrosa” que fue esculpida a finales de la década de los años cuarenta por Antonio Esteban Sánchez Jiménez, quien tomó como referencia el rostro de su esposa Eva Molinares Llinás.

Al subir el cerro se observan gran cantidad de basuras y de escombros, carece de total iluminación y como sólo es frecuentado en noviembre cuando se hace la procesión a la Virgen, se ha convertido en un espacio propicio para la delincuencia, así como lo manifestó la Coronel Sandra Vallejos de la Policía Metropolitana de Santa Marta.

“Existen constantes quejas y denuncias por el consumo de sustancias alucinógenas en este sitio porque en él se presenta un escenario en donde los factores de iluminación, los lotes baldíos, y una zona poco poblada, son situaciones que de una u otra manera facilitan el accionar de algunos jóvenes que se esconden para el consumo de estupefacientes. Se hace la acción preventiva, se hacen recorridos, muchas veces se les quitan las sustancias y se hace verificación de registro a las personas y a las motos en el mismo sitio. El control se está haciendo y sí ha habido un gran número de capturas por tráfico y comercialización de estupefacientes pero, afortunadamente, los delitos de mayor impacto en los últimos meses no se han presentado en el lugar, no se han presentado homicidios ni lesiones personales” puntualizó Vallejos.

Hoy, cuando la ciudad ha crecido a su alrededor, el cerro que sigue siendo parte del Centro de la ciudad y debería ser considerado un lugar histórico y turístico tanto como alardea el nombre de nuestro distrito, está en el olvido, así lo manifiesta Rafael Guerra Campo Presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio El Cundí “el fundador del barrio y del parque fue mi bisabuelo Ramón Campo Camacho en el año de 1946, ahora una de mis metas es tratar de sacar el barrio de las problemáticas y una de ellas es la que tiene el Cerro de El Cundí, que se ha convertido en un espacio utilizado como punto de encuentro para consumir fármacos. El cerro sigue siendo el mismo, allá uno se subía, jugaba boliche y me produce nostalgia que mis hijos no puedan gozar de ese espacio, estamos en el punto central pero nos tienen olvidados, y la inversión a la que se comprometió el alcalde para recuperar el parque sería la primera vez que en mis 37 años alguien le va meter plata al barrio, porque siempre han estado las mismas bancas, los mismos juegos” expresó Guerra.

Por su parte, Jaime Antonio Ortega, Vicepresidente de la Junta de Acción Comunal, asegura que en la mayoría de las ciudades donde ha estado “hay cerros que tienen un objetivo como Monserrate, y yo tengo 60 años de estar viviendo en el barrio, y me acuerdo que en mi infancia subíamos al cerro y se hacían las procesiones de la Virgen que todavía continúan pero antes era más atractivas, ahora lo que pasa es que eso lo han cogido como un lugar para fumar marihuana, la policía hace presencia pero no es suficiente y una que otra vez subimos a pintar la virgen y arreglar todo” expresó el líder.

EL PROYECTO

Tal y como lo manifestó a OPINIÓN CARIBE el presidente de la JAC, “presentamos un proyecto hace siete años a la administración de ese entonces en el que proponíamos primero crear una biblia pero, después lo modificamos y propusimos la habilitación del mirador, quisiéramos revivir la época de la colonia de esta zona y mostrarle a la gente que la ciudad tiene un cerro atractivo, con una historia, que podría ser como Monserrate pero en la actualidad somos la gente del barrio la que le pone las luces a la Virgen e invierte en el mantenimiento de la misma, ha sido una labor conjunta con la comunidad que ya parece un poco agotada de insistir en que la zona sea visible y no encontrar ninguna respuesta de la administración” expresó Guerra.

“Aunque son tierras del distrito, en un principio se pensó poner una reja para evitar la entrada de extraños al lugar pero si no hay una vigilancia contante y sino se le invierte para turismo ecológico, para que la gente llegue en las chivas y empiece su recorrido y encuentre un mirador como no lo hay en ninguna otra parte de Santa Marta, la misma comunidad se roba las cosas y pasa lo que pasa porque no hay quien se adueñe de algo histórico para la ciudad” manifestó Rafael Guerra.

Para el vicepresidente de la JAC, Jaime Antonio Ortega el proyecto de habilitar el mirador significaría “mostrarle al mundo el cerro de El Cundí, y al convertirlo en un punto turístico la comunidad no se opondría porque se recuperaría el cerro desde el cual se visualiza toda Santa Marta, la gente subirá caminando y habrá lugares para acceder a artesanías y refrescos” expresó Ortega.

Al indagar con Pablo Lacouture, secretario de la Oficina de Infraestructura del Distrito, aseguró que se trata de un proyecto viable pero que el comité del barrio de El Cundí no presentó proyecto al respecto del cerro cuando el alcalde visitó las comunidades y armó su plan de desarrollo que dependía del interés de la comunidad y de su esfuerzo por convocar a sus vecinos y ponerlos a trabajar en función del proyecto y que, debido a su poco tiempo en el cargo desconoce de algún radicado pero está seguro de que a estas alturas del tiempo de gobierno no se puede planificar un nuevo proyecto.

Por su parte, Carlos Iglesias, Jefe de la Oficina de Turismo de la Alcaldía, expresó que “no es una idea descabellada, es un escenario encantador que se presta para el desarrollo turístico, tiene todo el potencial con esa hermosa vista de la ciudad pero, hay temas como el de la seguridad que se tendrían que afinar antes de que un proyecto así se desarrolle. Sería bueno propiciar un espacio de identidad que se vuelva un escenario de interés como lo es hoy la entrada a Barranquilla. Hay muchos espacios que tienen todo el potencial turístico y apenas la gente se está empezando a despertar en lo que significa un destino o un atractivo, hasta ahora la ciudad está entendiendo su vocación y en ese proceso de definición surgirán ideas, porque si algo tiene esta ciudad son escenarios naturales con potencial para ser atractivos turísticos” puntualizó

Mientras espera que se pueda encontrar una solución efectiva que permita combatir el escenario de tráfico de estupefacientes que se produce en el cerro, la comunidad espera que así como será una realidad la construcción del parque en algún momento sea una realidad la rehabilitación del cerro y la puesta en marcha de un mirador turístico.

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