Columnistas
Salvemos lo nuestro

Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez*
E.Mail.: saulherrera.h@gmail.com
La historia, es la disciplina que estudia y expone, de acuerdo con determinados principios y métodos, los acontecimientos y hechos que pertenecen al tiempo pasado y que constituyen el desarrollo de la humanidad desde sus orígenes hasta el momento presente. Desde la óptica de la contemporaneidad, es el conjunto de estos acontecimientos y hechos, especialmente los vividos por una persona, por un grupo o por los miembros de una comunidad social. Como ejercicio de análisis de problemas de las sociedades de otros tiempos, ayuda a comprender la complejidad de cualquier acontecimiento, de cualquier fenómeno social, político, económico y de cualquier proceso, lo que además de claro, no registra discusión.
Perciben muchos y lo manifiestan sin tapujos, que como departamento estamos marginados del resto de la región Caribe y del país. Como si no existiéramos. Otros que estamos bajo los mandatos de una dictadura disfrazada, donde se disimula y falsea la información sobre el verdadero estado de la economía y de todo lo demás, lo que amerita por lo tanto que es esta una situación que debe cambiar entre más pronto, mejor. El diagnóstico es grave, por no decir que gravísimo. Desempleo, mal manejo de la emergencia que vivimos, paralizadas las actividades económicas, al garete lo social, una polarización que cada día y cada vez más va dejando heridas que difícilmente sanarán.
Los problemas sobre el tapete son muchos y exigen para solucionarlos la vía de la negociación, en los que debería primar la sensatez en todos los actores políticos del departamento y demás otros actores sociales, quienes obligados están a comprender la situación, a arriar sus banderas y comprometerse a seguir rutas en beneficio de lo sanitario, político, económico y social, con medidas tendientes a estabilizar la administración de un departamento sitiado por la pobreza y demás otros flagelos.
Importan caminos de salvación. Que se convenga un soportado pacto en esa dirección, pues hoy por hoy cobija en coincidencia a todas las fuerzas políticas, sindicales y sociales, la necesidad de un pacto que se convierta en ejemplo de diálogo y convivencia democrática. Reunirse la clase política para dejar de lado sus diferencias más allá de las palabras, promesas y sus intereses: hay que salvar al departamento. Interesa concertar por la Democracia. Pasamos por una gran crisis sanitaria, política, económica y social, requiriéndose con urgencia y de manera importante que los partidos políticos y demás fuerzas vivas sigan los muchos ejemplos que señala la historia; esto es, se depongan las banderas y nos unamos topos para salvar al Magdalena. *Abogado. Especializado en Gestión Pública

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