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Columnistas

Ojo al mañana

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Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez*

Nos disponemos a elegir congresistas y ojalá no nos equivoquemos al hacerlo, En juego está en gran medida el porvenir del departamento, la región y el país. No queremos ver y por ello no hay que permitirlo, que siga entre nosotros naufragando una ya bastante debilitada democracia, como tampoco seguir propensos a las turbulencias que ello genera. Tenemos que entender que hay que elegir bien y mejor, optar por legisladores de primera condición que se interesen real y verdaderamente por los problemas importantes sin que olviden lo que de manera urgente debe hacerse en beneficio de las colectividades todas, especialmente las mayormente marginadas, cuyas demandas les han sido desoídas desde siempre.

No podemos darnos el lujo de seguir eligiendo congresistas obsesivos por beneficiarse como sea, a quienes en el mundo infinito de sus hambrunas todo les es posible así tengan que hacer hasta lo indecible. Congresistas a quienes los consume acosar, extorsionar, chantajear en beneficio de sus propios y protervos intereses. Solo les urge la componenda, el asalto a la buena fe, la villanía, adueñarse de todo, hacer cesar las investigaciones contra ellos y su camarilla, lo que directa o indirectamente los perjudica, para así seguir orondos y felices como si nada hubiese pasado; asuntos todos que de alguna manera pone en riesgo la vigencia de nuestra democracia, circunstancia esta que estamos viendo en nuestra ciudad y departamento en los que vivimos desgobierno, populismo, tiranía, robos, despilfarros, incumplimientos, falacias, felonías, farsas, engaños  y mentiras, cuyos directos responsables deberían ser llevados al patíbulo de la picota e ignominia pública.

Cambiar el rumbo y aprender a elegir es la consigna, ya que de lo contrario volver a conducirnos por los senderos mejores no será fácil. No podemos seguir alienados por cantos de sirenas, tampoco seguir viviendo mundos de fantasías y mentiras que se nos tejen día tras días como si estuviésemos en circos de irrealidades. No más debemos hacernos los de la vista gorda y las orejas sordas frente a lo malo y peor que nos está sucediendo y frente a lo también malo y peor de quienes nos representan. Tenemos que dejar de lado todo cobarde confort y toda cobarde comodidad, que nos obstaculiza, enfrentar la realidad que vivimos, la cual no es buena; y, de seguir como vamos y mal eligiendo, será peor y en verdad que no debemos ni podemos permitir.

Si no rectificamos ahora que aún podemos decir que estamos a tiempo, mañana será más que tarde y duro sobremanera el precio que pagaremos, pues bien sabemos que después de rayo caído no hay magnificat que valga. Por ahora la tarea inaplazable es elegir bien y mejor, no volver a equivocarnos y de contera defender nuestra democracia. Esa es una tarea importante y urgente. No olvidemos y ello lo conoce y sabe el país político y nacional, tenemos una de las dirigencias políticas que, con muy pocas, poquísimas excepciones, diría yo, es una de las más mediocres e irresponsables de la patria. No sigamos retrasando el reloj de los días. Por favor, pensemos en las presentes y próximas generaciones. No más indiferencia.