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Columnistas

Unión Magdalena, símbolo y pertenencia

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Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*

El sentido de pertenencia debe ser ese sentimiento aunado a todo cuanto implica y entraña aprecio e interés ciudadano. Así lo vemos en distintos escenarios, el deporte entre ellos, y en nuestro caso en el fútbol, del que somos en el país su cuna indiscutible. El Unión Magdalena, a pesar de todo y de no tener un buen pasar, es símbolo de nuestra ciudad y sigue integrando a su gente, al barrio, a la comuna, a la localidad, al departamento. Incrementan los equipos, dicen connotados psicólogos, la cohesión social, la calidad de vida de las personas, que como seres sociales buscan bienestar, compartir emociones, sentimientos, motivaciones, objetivos y propósitos, a efecto de sentirse fusionados a la comunidad. Los clubes son una representación legítima, ya que agregan valores a su lugar de origen y dan sentido de pertenencia y de unidad.

Un equipo, insisto, debe albergar sentido de pertenencia por la ciudad y el departamento, contar con el entusiasmo de todos dentro y fuera de la cancha, integrantes, directivos e hinchas, aspectos fundamentales en su apoyo que debe mostrarse con actitud y ambición. Debe identificarnos y nosotros hacerlo valer y apoyarlo siempre sin importar los resultados, que sí exitosos fueran, mejor sería. Acompañarlo debe ser una fiesta, un placer, una continuidad, una permanencia, de ahí que importe quererlo; más, cuando hemos sido por antonomasia una urbe que respira fútbol como pocas, pero a la que algunos directivos le han impedido competir y celebrar como lo merece y bien podría hacerlo.

No tenemos hoy un equipo competitivo, sumamos más penas que glorias. No logramos un buen rendimiento, mucho menos el esperado. No encontramos el camino, no hay planeación, no vemos que haya para el club un trabajo a largo plazo que pueda darnos un nuevo título. Requerimos un equipo identificado real y verdaderamente con Santa Marta y su historia futbolística. La falta de esa identidad y compromiso es otra de las razones que tanto prensa y aficionados reclaman de los jugadores que se visten con los colores del Unión Magdalena. No producimos como ayer jugadores en la cantidad y calidad deseada, hacemos contrataciones a quienes se les nota en la cancha no tienen sentido de partencia, no les duele el equipo. Es innegable que vienen a lucrarse y buscar un mejor nivel de vida, pero con poco interés en conseguir resultados deportivos.

Tiene el fútbol samario a todos los niveles que volver por sus fueros, tener jugadores con ética profesional y espíritu de lucha y sacrificio, sentir sintiendo la camiseta y la institución, ya que los colores que se portan deben defenderse con denuedo y con ello respetar de paso a su hinchada, más una como la nuestra que viene acumulando muchas frustraciones. Los jugadores deben sudar la camiseta, ser un verdadero ejemplo de compromiso y amor por el fútbol. Sentir amor, respetar y trabajar para conseguir y luchar por objetivos. Fomentar las divisiones menores y con ello evitar numerosas contrataciones y recambios foráneos temporada tras temporada en la nómina de jugadores, aspectos que obstaculizan se genere sentido de pertenencia entre jugadores, con el agravante que los hinchas, urgidos de nuevos éxitos, poco resisten los fracasos o la pérdida de partido, resultando insultos y agravios contra jugadores y directivos que no se hacen esperar y bajan de la gradería a la cancha, empeorando el ambiente y la relación aficionados jugadores,

Recuperemos con buenos resultados una mejor relación hinchas/futbolistas, a fin que resulte de ello una superior entrega, para que no se crean resentimientos de parte y parte, más cuando son los fanáticos la razón de ser de la institución y a quienes hay que dar triunfos y alegrías. Como aficionados importa comprometernos más con el club, ya que no podemos negar que pertenecer a la misma ciudad o ser hincha del club desde la infancia genera lazos más fuertes que pueden tener como resultado mayor entrega, apoyo y acompañamiento hacia el equipo.

Mucho interesará trabajar en esa dirección, divisiones menores, plantilla profesional, directivos y empleados; jalonar para el mismo lado en busca de objetivos claros y trazados a principio de cada temporada. Llevarle a los jugadores, charlas, conversatorios y conferencias con ídolos que han sido del equipo, en la seguridad que sus experiencias, títulos conseguidos y la forma en que los hicieron, servirán como estímulo para los actuales jugadores; más por cuanto cuando dichos ídolos del fútbol samario alcanzaron la gloria era cuando se jugaba por el honor, por el orgullo de ser el primero y por el privilegio que era jugar en el glorioso Unión Magdalena, razón de peso por al que no podemos seguir permitiendo más años de derrotas y fracasos deportivos que disminuyen la confianza