Columnistas
Sobre el nuevo gobierno

Por: Román Medrano Peña
El día de ayer 7 de agosto se posesionó el nuevo presidente de la República, Gustavo Petro, en medio de un acto protocolario que él mismo denominó “fiesta popular”. Y no era para menos, porque esto es resultado de una lucha que iniciaron principalmente los jóvenes frente a un país que gritaba fuertemente por un cambio. Que Colombia se volvería igual que Cuba, Nicaragua o principalmente como Venezuela con un gobierno ‘castrochavista’ fue el miedo que lograron vencer 11.281.002 colombianos que votaron por el líder de izquierda y lo llevaron a la casa de Nariño. La juventud se cansó que el poder estuviera siempre en mano de los políticos y partidos tradicionales y no se reflejara en cambios positivos para Colombia, jugándosela así por un cambio sumamente radical e histórico y que otros piensan será el punto de declive del país.
Desde mi punto de vista Colombia ya tocó fondo desde hace mucho tiempo, la muestra es que estamos saliendo probablemente del peor gobierno de la última década. Estoy de acuerdo con el excandidato a la presidencia y ahora senador, Rodolfo Hernández, quien ha cuestionado fuertemente la gestión de Duque y se preguntó si este en su discurso de despedida del Congreso estaba describiendo a Suiza o Dinamarca, porque en Colombia, hay 22 millones de pobres muriendo de hambre y que además afirmó recientemente que el mandatario saliente se iba dejándonos ‘un cochinal’.
Las cifras hablan por sí solas, según el informe de Indepaz con fecha de corte del 01 de agosto de 2022, durante el gobierno de Iván Duque hubo 957 líderes, lideresas y defensores/as de DDHH asesinados, 555 secuestros, 261 firmantes del acuerdo de paz asesinados, 545 eventos de desplazamiento forzado, 313 masacres, 421 homicidios cometidos presuntamente por la Policía Nacional y se estima que el 39% de la población se encuentra en condición de pobreza monetaria. Entonces ¿en qué burbuja vivirán aquellos que aún no se dan cuenta de la realidad nacional? Con Duque si íbamos por ese camino de convertirnos como Venezuela y nos dejó bastante cerca de que esto fuera una realidad.
Petro no será el salvador
Los retos son grandes y el nuevo presidente habló sobre algunos de estos temas durante su discurso de posesión, uno de ellos es el de carácter económico, explicando que buscará la forma de que se genere riqueza para todos y todas y distribuirla justamente. Para esto es importante la Reforma Tributaria que tendrá como fin que parte de la riqueza de las personas que más tienen en Colombia pueda ser usada para la educación de toda la niñez y la juventud.
Por otro lado, el nuevo Jefe de Estado expresó su punto de vista sobre la búsqueda de una paz total. Este quizás es uno de los retos más importantes, porque Iván Duque y la bancada del Centro Democrático se propusieron hacer trizas el Acuerdo de Paz, y lo lograron dejando centenares de muertes de desmovilizados que querían reintegrarse a la sociedad. Además, un gasto de más de 500 mil millones de pesos destinados a la implementación de este acuerdo, de los cuales se utilizó una parte para celebrar 13 contratos que buscaban mejorar su imagen pública. Este es el momento primero para implementar el Acuerdo firmado con las FARC y segundo para que sienten todos los actores del conflicto, víctimas, fuerzas militares y grupos armados, y explorar salidas sin impunidad que permitan conocer la verdad y poner fin a una guerra que se ha llevado a miles de inocentes.
Además, hay otros temas no menos importantes que iremos conociendo a medida que se desarrolle el Plan de Gobierno cómo por ejemplo las políticas para la protección de la mujer y el ataque al narcotráfico, pero enfocado en el consumidor. Sin embargo, hago énfasis en que no debemos esperar que Petro sea el salvador y en 4 años solucione los problemas que llevan más de 2 décadas, porque esto tomará tiempo. Lo importante es que alguien con el conocimiento, la convicción y el carácter suficiente tomó un barco que iba a la deriva, ahora toca exigirle que lo lleve por un buen rumbo ‘hasta que la dignidad se haga costumbre’.
Cuarto poder
La información de los medios de comunicación es importante para la democracia y el control político de un país, tanto así, que se le ha asignado el ‘cuarto poder’ después del ejecutivo, legislativo y judicial. Sin embargo, en la actualidad las grandes cadenas de televisión y prensa están influenciados por las decisiones del Estado o en manos de personas con poder económico que se ponen a disposición de los gobernantes para recibir favores a futuro, lo que ha puesto en entredicho la imparcialidad y por consiguiente este cuarto poder.
Por esta razón las redes sociales y los ciudadanos tomaron un papel fundamental en el control y denuncias en contra de cualquier acto inconstitucional del gobierno saliente. La ciudadanía está en su derecho y considero que es importante que realice una constante veeduría, pero ante la incertidumbre que aún se tiene por las decisiones que pueda tomar el nuevo presidente, hago un llamado a los medios de comunicación para que retomen el cuarto poder informando de una manera objetiva y sin generar pánico a la sociedad.
Al nuevo gobierno solo queda enviarle los mejores deseos para que lleve a Colombia por el mejor camino. Eso sí, al ser elegido como la opción del cambio se le exigirá mucho más, no solo tendrá la vigilancia de la oposición, sino seguramente de los más de 11 millones de personas que le dieron su voto.
