Proyecto Musesi va por buen camino: 745 mil árboles han sido sembrados en la Sierra Nevada

A través del programa Musesi, que significa restaurar, 745 mil árboles han sido plantados en la Sierra Nevada de Santa Marta.

Estos logros han sido posibles gracias al convenio firmado entre el Fondo Colombia en Paz, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y Conservación Internacional para adelantar procesos de restauración ecológica del cabildo Arhuaco Magdalena, Guajira. Contando con el apoyo de la Fundación Promigas.

“Más allá de la cifra, este proyecto permite demostrar como un ejercicio de restauración ecológica puede ser desarrollado de manera satisfactoria, cumpliendo con altos estándares técnicos y sobre todo alineado con los principios culturales de una comunidad indígena que como la Arahuaca, tienen un relacionamiento tan profundo con la naturaleza”, enfatizó Andrés Páez, director de servicios ecosistémicos de Conservación Internacional.

429 familias fueron involucradas en el proceso; las cuales, son parte de 14 comunidades indígenas distribuidas por los ríos Palomino, Don Diego, Fundación y Aracataca. Alrededor de mil hectáreas fueron restauradas y las plantas utilizadas, fueron producidas en la misma Sierra, por medio de la creación de 429 viveros, de los cuales, dos de ellos son comunitarios y están asociados a escuelas de la región.

La siembra de estos árboles significó ir a sitios alejados con comunidades que están a varios días de camino, sin pavimentación. Además de formar a 21 técnicos en restauración, todos ellos jóvenes indígenas Arahuacos bachilleres.

También fue necesaria la capacitación a comunidades, cursos para construir los viveros y sembrar las plantas, protocolo técnico y el trabajo cultural y espiritual de la comunidad para armonizar los principios culturales con lo técnico.

Los 745 mil árboles sembrados tienen un potencial económico asociado a la captación de carbono que puedan llegar a tener. El proyecto, en sus inicios, estaba previsto para junio de este año, pero se extenderá a tres años, para garantizar el monitoreo y crecimiento de los árboles.