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“En pedazos” la crisis que rodea a la educación en el departamento del Magdalena
La educación en Santa Marta vive una crisis en varios factores que ha llevado a deficiencias en el sistema educativo de la ciudad, así como en el departamento del Magdalena, donde se han presentado en los últimos meses denuncias de supuestos cambios en los nombramientos de docentes al interior de la Secretaría de Educación. También se han producido reiteradas suspensiones de las actividades académicas y paros programados por parte del sindicato de educadores del Magdalena a lo largo de este año, pero nada se ha resuelto en cuanto a las falencias que experimenta la educación distrital y departamental.
En cuanto a algunos docentes, han vivido una tortuosa batalla contra el sistema educativo en la ciudad de Santa Marta debido a una serie de irregularidades que han afectado a 10 profesores. A pesar de haber sido nombrados en 2022 para dar clases en escuelas rurales de la Sierra Nevada, hasta el momento no se les ha asignado carga laboral. Actualmente, sus cargos son ocupados por contratistas que prestan servicios.
En la denuncia, hecha por estos docentes y publicada por OPINIÓN CARIBE el pasado 3 de mayo, se aseguraba que las listas fueron objeto de alteraciones, debido a que en las plazas ofrecidas estarían laborando familiares y allegados a servidores de la Secretaría, según los denunciantes.
Pero esta problemática persiste al día de hoy a pesar de que la Procuraduría General de la Nación ya había iniciado una investigación contra la Secretaría de Educación por supuestas irregularidades en el nombramiento de docentes, ante varios precedentes ocurridos en torno a este tema.
La activista y defensora de los derechos humanos Jennifer del Toro se refirió al tema que hoy afecta a varios educadores, “Muchos docentes que han sido elegidos en los concursos no han sido nombrados porque aparentemente, en contubernio con el sindicato de educadores, esconden las plazas de docentes para impedir que los mejores docentes que han ganado las plazas lleguen a las aulas y que los niños reciban una educación de calidad”.
Pero esto no queda ahí; en todo lo turbio que rodea a la educación en el departamento del Magdalena, el pasado 23 de agosto se suspendieron las clases en los colegios públicos de la ciudad debido a la convocatoria del sindicato de educadores del Magdalena a una Asamblea.
En esta convocatoria se especificaba que los docentes podían hacer uso de su permiso sindical y los no afiliados también podían asistir y realizar su afiliación.
Esta reunión generó inconformismo entre algunos padres de familia, quienes argumentan que la situación actual de los colegios públicos en la ciudad no es la mejor como para perder clases. Además, señalaron que este tipo de reuniones se deben realizar en horarios que no afecten la jornada académica de los menores.
Ante esto, Jennifer del Toro, activista y defensora de derechos humanos, se pronunció al respecto, “El departamento del Magdalena lleva décadas ocupando las últimas posiciones en términos de educación de calidad, y este sindicato saca a los docentes y deja a los niños sin clases para acudir a eventos proselitistas que no tienen otro propósito que esconder el fracaso del modelo educativo de este gobierno”, aseguró del Toro.
También, la activista asegura que la educación del departamento tiene muchas falencias en cuanto a la inversión en adecuación y equipamiento de las instituciones educativas, “que se caen a pedazos”.
“No ha habido una preocupación por parte de Edumag por la educación y por su calidad de los más de 300 mil estudiantes que tenemos en el Magdalena, y estos actos confirman el irrespeto hacia la comunidad educativa y los magdalenenses”, aseguró Jennifer del Toro.
La crisis que envuelve la educación en el departamento del Magdalena y en la ciudad de Santa Marta es un asunto preocupante y complejo que abarca diversas problemáticas. La falta de asignación de carga laboral a docentes nombrados, las denuncias de alteraciones en los nombramientos, las reiteradas suspensiones de actividades académicas y los paros convocados por el sindicato de educadores son solo algunos de los síntomas visibles de un sistema educativo afectado por deficiencias estructurales.