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Columnistas

Gobierno fallido de FC

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El panorama que vivimos ayer, con el torrencial aguacero en Santa Marta y Rodadero, tiene solo un aspecto positivo: Le lava la máscara a toda esta partida de oscuros «personajes», que participan del LATROCINIO, que ha acabado con la ciudad más vieja de Colombia, pues ya casi cumple 500 años de fundada. Desde los ingenieros, arquitectos, constructores y ni hablar de los gobernantes del territorio, sobre todo de los gobiernos fallidos del clan Caicedo, que más que partido, es un vulgar clan, que lleva 12 años de mandato y su bandera de campaña, cuando sacó a los españoles, que mandaban en Metroagua, dizque fue, para darnos agua potable y saneamiento básico, que nunca lo suministró. Ayer el aguacero fue, el que nos proporcionó agua a la ciudad, pero vino de las nubes y no de manos del gobierno distrital, que manejó el líquido vital, por más de una década, hasta la intervención de la Superservicios, por tan pésimo manejo. Con el aguacero, también se llenó la ciudad y el Rodadero de las heces, aguas residuales, por falta de saneamiento básico, que tampoco atendió Caicedo, Rafael Martínez, ni Virna y menos la sonada PACA, tan de moda en estos días y que dirigió la Essmar, como plataforma política electoral, al igual que su hermano y los súbditos alcaldes que puso él. Ninguno de los profesionales de la construcción y menos los gobernantes y planificadores de la ciudad, han servido para cumplir la política pública que los obliga a suministrar agua potable a este territorio, al igual que saneamiento básico, pues todos se mueven en el clientelismo, la burocracia y la corrupción, costumbres al margen de la ley, haciéndole gravísimo daño a la vida y salud de los samarios y gravísimo daño a una economía de una ciudad turística, que podría ser un grandísimo polo de desarrollo, si tuviera buenos servicios públicos, lo que bajaría el tan alto desempleo de jóvenes, que podrían trabajar en turismo y la hotelería y restaurantes encontrarían la mejor opción para sus negocios, pero no se invierte aquí con la carencia absoluta de agua potable y la inundación de aguas residuales, que aleja el turismo y enferma a los que vivimos aquí. ¿¿Todavía pretenden hablar de CAMBIO?? No sean tan cínicos. Nos dejan una ciudad inviable, sin conceptos ni hilos urbanísticos, estructurales, que dirijan y guíen su desarrollo.