Columnistas
“+57”, el arte, la vulgaridad y los gustos
Por: Raúl Perdomo Salinas
No es nueva la discusión generada por la canción “+57” interpretada por los más grandes exponentes del género reguetón del momento como lo son, Carol G., J Balvin, Maluma y Ryan Castro, entre otros. Su alusión a las niñas de “fourteen” (de catorce años), ha generado una polémica que ante todo les sirve a ellos para vender la canción, pero que deja nuevamente en evidencia una doble moral con la que miramos lo que para muchos es un maltrato constante contra la mujer en general y en este caso, porque se ha, supuestamente “sexualizado” a una menor de edad.
No voy a entrar a defender las letras del reguetón, porque a mi juicio, la verdad, gracias a Dios, aún existen los Rolling Stone. Lo que si voy a hacer es exponer cuan estamos equivocados atacando el arte, que, aunque queramos negarlo, el reguetón lo es para muchos. Así como yo nunca tendría un cuadro de Dalí en la pared del comedor de mi casa, ni si me lo regalaran, con todo respeto por los que gustan de su arte y disculpando mi ignorancia, tampoco escucharía reguetón y por eso no dejan de ser arte.
Que los hijos lo van escuchar, es obvio, pero yo no lo incentivo en mi hogar. He escuchado a niñas de cuatro años de edad, cantando y bailando “y me esperas en tu casa sin piyama, sin piyama”. Y los padres, felices de verlas bailar y cantar. Hoy esas son las cancines que se escuchan en los cumpleaños de los niños, si no nos hemos dado cuenta.
Y no quiero decir con esto que lo que ocurre con las letras del reguetón no ocurra en otros géneros como el vallenato y las rancheras que normalmente emiten mensajes machistas, así por ejemplo Diomedes decía: “Si cuando ella me conoció a mí, se dio cuenta que era querendón y ahora quiere hacer de mí, lo que no pudo hacer Dios, si él quiso que fuera así, así tengo que ser yo”. Alejandro Fernández por su parte dice “tiernamente” “Si quieres disfrutar de sus placeres, consigue una pistola si es que quieres o cómprate una daga si prefieres y vuélvete asesino de mujeres…”
Y qué decir de la música que desbordadamente bailaron nuestros padres y que por carambola nosotros escuchábamos, como “La saporrita” de Luis Felipe Gonzáles. Nada mas denigrante para una mujer que le digan “saporrita” o “Tanto que vaciló la la gordita y nada quiso conmigo” de Jorge Oñate. Eso sin mencionar que Alfredo Gutiérrez, como máximo exponente del género “carnestoléndico” cantaba entre otras “hay dame las tapas mi negra, hay dame las tapas mi amor”, y no había quien se quedara sentado en una caseta cuando esta canción sonaba.
Ellos, nuestros padres, estoy seguro, bailaron a ritmo de rock and roll la primera versión de la canción “You´re Sixteen”, lanzada en 1960 por Johnny Burnett, quien la llevó a ocupar el puesto No. 8 del Hot 100 de la revista Bilboard. La misma que bailamos en 1973 los cincuentones, cuando fue grabada por el ex baterista de los Beatles, Ringo Starr y alcanzó el número 1 en el mismo Hot 100. La canción dice:
“Vienes como un sueño, melocotones y crema (You come on like a dream, peaches and cream)
Labios como el vino de fresa (Lips like strawberry wine)
Tienes 16 años, eres hermosa y eres mía (You’re sixteen, you’re beautiful and you’re mine)
Saliste de mis sueños y entraste en mi auto (You walked out of my dreams, and into my car)
Ahora eres mi ángel divino Now you’re my angel divine
Tienes 16 años, eres hermosa, y eres mía (You’re sixteen, you’re beautiful, and you’re mine)
Eres mi bebé, eres mi mascota (You’re my baby, you’re my pet)”
En 1973, Ringo Starr recibió todo tipo de críticas porque supuestamente la canción hacía alegoría al amor que tiene con una chica de 16 años a la que llama, entre otras cosas, “mi mascota”. La polémica empezó porque al momento de la publicación, el artista ya tenía 33 años de edad.
Aun así, y como siempre pasa cuando se suscita una polémica, el tema alcanzó los primeros puestos de popularidad a nivel mundial. «Cuando llegué a los 50 me sentía como un sátiro. Ahora estoy en mis 70 largos y no me importa un pito. Cada noche en el escenario pregunto ‘¿Hay algunas jovencitas en la audiencia? Esta canción es para ti y para todas esas otras chicas jóvenes de corazón’”, mencionó Starr .
Unos dirán que no se pueden asemejar las cosas. Que lo uno es folclor y que lo otro es incultura. Otros, que cuando lo dicen los famosos, no importa lo que digan. Yo simplemente me voy a limitar a las definiciones:
Cultura, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, es el “conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.” Y “cultura popular”, es el conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo”. Por lo tanto, definido de esa forma, lo que vemos hoy en día es una manifestación cultural de un grupo social, en una época definida, en donde además al parecer se privilegia más el parecer, que el ser y el placer. Ahora bien, “arte” lo define el diccionario como “la manifestación humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros”. No hay duda que en este caso los cantantes en cuestión se están manifestando, interpretando lo real y lo están plasmando con recursos sonoros. ¿No se apega acaso eso al concepto objetivo de lo que la Real Academia de la Lengua define como “arte”?
Ahora bien, que a unos nos suene vulgar y detestable es válido también, pero el mejor antídoto es no escucharlos. Aunque la campaña que han hecho los medios de comunicación ha sido la más efectiva para la venta masiva del disco, porque nos pusieron a todos a escuchar una canción sin querer, que es igual o peor que otras, pero a la cual tiene derecho de acceder, todo aquel que le guste. De hecho según un estudio descriptivo realizado en colegios de España a las mujeres les gusta más el reguetón que a los hombres.
Por último, la palabra “vulgar”, procede de “vulgo” cuyo significado es “Común o conjunto de la gente popular.” Así las cosas, prefiero simplemente no escuchar, no ver, ni leer lo que no me gusta y educar a los hijos, es tarea nuestra. El mío, viaja por la música del mundo. Me quedo con estas palabras del Presidente Gustavo Petro a raíz de la polémica generada por la canción “+57”: “la ignorancia dura un segundo, el arte perdura toda la vida.”
