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Por: Ernesto Fidel Villa Sánchez

Ricardo Villa Salcedo nació en Santa Marta, pero con raíces en el Piñón Magdalena, hijo de doña Gilma y Salvador Villa Carbonell ‘El Mono Villa’, uno de los mejores abogados penalistas para su época, Magistrado, Representante a la Cámara, entre otros logros; su hijo continuó con el legado familiar, un abogado impecable, hábil, con una oratoria envidiable, la misma que le otorgaba a sus audiencias un carácter interesante, dignas de estudios académicos.

Para la década de los años 70 logro obtener un cupo en la Universidad Nacional de Colombia, donde desde muy joven lideró espacios, en momentos históricos, para sentar las bases del movimiento estudiantil; así como, para la garantía de sus derechos, allí fue donde descubrió su vocación de servicio, su esfuerzo incansable y compromiso por encontrar el camino hacia una sociedad más justa para todos.

En 1981 logró un espacio como cabildante en el Consejo Distrital de Santa Marta, desde donde ofreció discusiones, siempre enrutado hacia el bien común, hacia las poblaciones menos favorecidas, fue el primero en colocar en la agenda pública los derechos y el mejoramiento de la calidad de vida de las personas en condición de discapacidad; tanto fue la aceptación del pueblo samario y magdalenense que rápidamente escaló a la Asamblea Departamental, siendo Diputado, logró sacar adelante la ordenanza que creó el Colegio de Bachillerato de Guachaca, que para esos años, todavía hacía parte del departamento; institución educativa que llevó su nombre, pero que inexplicablemente, al convertirse en zona rural del Distrito de Santa Marta, desapareció, otra de las tantas luchas que han liderado sus familiares a través de la Corporación que lleva su nombre, sería un acto de reparación para resaltar su nombre, que dicha institución vuelva a su nombre original, -Bachillerato de Guachaca Ricardo Villa Salcedo- de esto depende que el Concejo Distrital emita un Acuerdo Distrital.

Creó el movimiento político ‘Alternativa Democrática’ que con el lema ‘Cambiemos Juntos Esta Vaina’ logró junto a sus aliados políticos del momento, un importante capital electoral; el cual, sumando esfuerzos, en divergencias con diferentes fuerzas políticas, se abrió paso en la política nacional, obteniendo junto a Miguel Pinedo, una curul en el Congreso de la República.

Eran finales de la década de los 80, un momento difícil y complicado, no solo para los que pensaban diferente, sino para la sociedad y la defensa de los ideales políticos en favor de los ciudadanos; la izquierda venía en crecimiento, pero al mismo tiempo la violencia sistemática, los grupos armados al margen de la ley y, principalmente el narcotráfico en su máximo esplendor, desde su posición denunció lo que venía tomando fuerza al interior del Congreso de la República, la venta de avales, la compra de votos, la inmersión de capitales oscuros, de bandidos disfrazados de políticos; todo esto, plasmado en uno de sus libros: ´Penumbra en el Capitolio’, escrito a cuatro manos junto a la reconocida escritora Olga Behar, texto que se convirtió en una referencia bibliográfica obligada para los estudiosos, curiosos, analistas políticos, texto que al día de hoy sigue vigente.

Siendo Senador de la República lideró debates en torno a la igualdad, a la erradicación de la pobreza absoluta, pero siempre ondeando las banderas de la paz, cuando nadie se atrevía a hablar de estos temas, él lo hizo con su talante y valentía; tanto es así que, el Presidente Virgilio Barco, lo designó como Consejero de Paz; también, como delegado y facilitador, junto con Horacio Serpa, para la negociación y entrega de Álvaro Gómez Hurtado, quien se encontraba secuestrado, de esto existe un relato plasmado en el libro ‘El Precio de ser Liberal’ donde le dedican un capítulo a Villa.

En sus días como Senador fue quien se atrevió a tomar la palabra para leer una carta, escrita a puño y letra por Carlos Pizarro León Gómez, comandante del M-19, asesinado a bala al interior de un avión, hecho que marcó la historia del país, su sucesor, también amigo personal, Bernardo Jaramillo Ossa, también asesinado en el Puente Aéreo en Bogotá, cuando pretendía abordar un vuelo hacía la costa caribe junto a su pareja sentimental, diciendo en su lecho de muerte ‘Estos hp’s me mataron’. La guerra se encontraba en un momento crucial, confluían intereses ocultos que obedecían a un mismo fin, la búsqueda del poder político; proyecto financiado por mafias; tanto él como sus compañeros de luchas vivieron momentos difíciles, persecuciones, amenazas, interceptaciones telefónicas, y demás formas de violencia utilizadas para amedrentar y causar terror en personas que venían avanzando en el bien común, en las garantías para el establecimiento de un Estado Social de Derecho.

Ricardo Villa Salcedo continúo adelante con sus ideas y sus consignas, con esa valentía que lo caracterizaba, varios allegados le recomendaron parar, pero siguió su camino de luchas sociales, siempre pensando en una Colombia mejor para cada uno de sus ciudadanos, sin importar su nivel económico, su posición o situación para él todos teníamos los mismos derechos.

Gracias a la lectura de la carta de Pizarro y, luego de varios encuentros exploratorios en las montañas colombianas, se abrieron las puertas para la dejación de armas y el posterior exitoso proceso de paz con el M-19, del que se desprendió la Constituyente de 1991, hoja de ruta que al día de hoy nos rige como Estado, para la muestra hoy contamos con un presidente ejemplo de paz y reconciliación.

Durante su vida pública fue un servidor intachable querido por seguidores y amigos, que a hoy, luego de 32 años de su vil asesinato, un 23 de diciembre del año 1992, en el Parque Sesquicentenario, en Santa Marta, perpetrado y orquestado por órdenes y manos criminales y cobardes, cambió el rumbo de la historia, no solo para sus familiares, sino para la política, la sociedad y el bien común de todos los colombianos.

Luego del proceso de paz Villa Salcedo aspiró a un espacio en la Asamblea Nacional Constituyente, no le alcanzó, para luego inscribirse como candidato al Senado de la República, junto a Vera Grave, hoy delegada por el Gobierno Nacional para los diálogos de paz con el ELN, con el aval del recién creado movimiento ‘Alternativa Democrática AD M-19’ del cual fue fundador, aportando conocimiento para su creación. Volvió a Santa Marta para dedicarse a dos de sus grandes pasiones, el derecho y el periodismo, llevando a cabo procesos históricos y, escribiendo columnas de opinión y artículos periodísticos, en su mayoría publicados en el diario El Informador; escritos, que en algunos sectores no encajaban, denunció la interferencia de grupos con influencia en el mercado público de Santa Marta; así como, malos manejos administrativos al interior de la Alcaldía del momento.

A Ricardo Villa Salcedo no lo podemos olvidar, su legado y sus aportes no solo fueron importantes, sino que siguen vigentes, un visionario para su época, un pensador, ideólogo, siempre poniendo el pecho ante la desigualdad, defensor de los derechos humanos, del ambiente, del acceso a la educación como herramienta para el escalonamiento social, con la frente siempre en alto por su pueblo, por su gente, ejemplo que su familia, sus hijos han seguido a cabalidad.

Su crimen, catalogado como de lesa humanidad, caso emblemático, que hasta el momento ha escalado hasta instancias internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que ha solicitado explicaciones, argumentos y respuestas al Gobierno Nacional, para después de tantos años, poder esclarecer los hechos que llevaron a su muerte. Sus familiares seguimos esperando la tan anhelada, verdad, la Justicia, Reparación y, las garantías para la no repetición.

En 2022, fecha en que se cumplieron 30 años de su asesinato; desde la corporación Ricardo Villa Salcedo se lideraron dos homenajes a su legado, el primero en Bogotá, en las instalaciones del Congreso de la República, al que asistieron importantes personalidades de la política nacional; el segundo, en Santa Marta, una noche inolvidable en Museo Bolivariano, ubicado en la Quinta de San Pedro Alejandrino, encuentro de amigos, familiares, compañeros de lucha, entre otras personalidades, se dieron cita en este emblemático lugar para recordarlo.

En la actualidad, existe una distinción, una medalla conmemorativa para personajes ilustres que lleva su nombre, fue creada a través de la Ordenanza N°138 del 11 noviembre de 2022,  que le otorga nombres, de acuerdo con sus logros, la medalla Ricardo Villa Salcedo será entregada a personajes o instituciones que sus esfuerzos estén relacionados con la defensa de los derechos humanos.

Ricardo Villa Salcedo, un nombre para no olvidar y que mejor fecha para recordarlo, que hoy, 23 de diciembre, fecha en que cambió la historia de nuestro país, vísperas de noche buena, que para el año 1992, se convirtió en una noche callada por balas llenas de cobardía, colmada de dudas e incertidumbre para sus allegados, en medio de amenazas y miedo, han sabido llevar sus banderas en alto, la paz, la igualdad, la justicia social, pero sobre todo el ser humano.

Gracias a los que se atrevieron a leer estas letras, por recordarlo siempre y por seguir avanzando hacia una sociedad más justa y equitativa. #VillaVive