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Columnistas

Agua para el presente y el mañana

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Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza

El siglo presente, ya lo estamos viendo, se encuentra marcado por la lucha por el agua, así como el anterior lo estuvo por la lucha por el petróleo. Tenemos y enfrentamos, teniendo este elemento de sobra, una crisis hídrica grave, sequías y contaminación de ríos que amenazan la disponibilidad de este recurso vital, por lo que la gestión del agua ya no es un problema del futuro, sino una importante urgencia del presente, razón por la que nuestros mandatarios deben apurar claves y avances significativos por su enfoque en la eficiencia de su uso, la recuperación de cuerpos hídricos y la inversión en infraestructura que responde a una necesidad impostergable, como es garantizar sí o sí y de manera adecuada, agua suficiente y de calidad para todos.

Además de las muchas falencias y asuntos por superar en la ciudad de Santa Marta, Distrito Turístico, Cultural e Histórico – DTCH, graves y prioritarios muchos de los cuales, debe ser el problema del agua eje rector de la presente administración, entender a fondo el fenómeno y delinear las soluciones mejores de cara a que sea definitiva a través de un nuevo, adecuado y coherente plan hídrico que garantice su abastecimiento, a la par de evitar abusos en la explotación y transferencia del agua, establecer medidas obligatorias para su tratamiento en el sector industrial, comercial, agropecuario y los demás que deban ser, así como desarrollar nuevos megaproyectos en tal dirección, ya que si se quiere asegurar el acceso al agua en los próximos 50 años, hay que ir más allá y consolidar tal estrategia con medidas adicionales del inmediato al largo

Nos encontramos entre los ciudades que no cuentan con una adecuado abastecimiento de agua potable. Nos falta una infraestructura moderna para su almacenamiento y distribución. El crecimiento urbano desordenado también es un factor determinante, cuenta el aumento de población que de no preverse pondrá en riesgo su sostenibilidad del inmediato al largo plazo, lo que impone, para consolidar una estrategia hídrica, avanzar en y con medidas estructurales que permitan la gestión sustentable del agua, en lo que bien pueda tenerse en cuanta de ser factible y posible un fondo de inversión enfocado en la modernización de la infraestructura hídrica; captación y reutilización del agua, estableciendo incentivos fiscales para que hogares, industrias y agricultores adopten tecnologías de captación de agua de lluvia y sistemas de tratamiento y reúso; protección de acuíferos estratégicos; hacer que la industria de alto consumo cumpla con normas claras de eficiencia y responsabilidad ambiental; educación hídrica, ya que la cultura del cuidado del agua debe enseñarse desde la infancia, en lo que es importante la inclusión de programas de educación ambiental en las escuelas para permitir que las nuevas generaciones comprendan la importancia de este recurso y aprendan a gestionarlo de manera eficiente; incentivos para los productores del campo, afecto que adopten sistemas de riego tecnificado, evitando el desperdicio y optimizando el uso del agua en la producción de alimentos.

El problema del agua es multifactorial, lo que debe comprender una mejor normatividad, invertir en una infraestructura eficiente y regular el uso excesivo por parte de grandes industrias y ganaderos, siendo fundamental igualmente que como ciudadanos asumamos nuestra responsabilidad en el consumo sustentable y responsable del agua. Es de tener en cuenta que bajo ningún punto de vista podemos darnos el lujo de seguir aplazando más las soluciones. El acceso al agua no solo es una necesidad básica, sino un factor determinante para el desarrollo económico, la salud pública y la estabilidad social, por lo que deben y obligados están nuestros dirigentes, en cita con la historia, generosa cuando se le cumple e implacable cuando no, marcar un nuevo paradigma. Su éxito dependerá de la capacidad que se tenga para consolidar todo lo cual con una gestión firme, positiva y cierta, en la que concurran todos los actores que deben hacerlo y la colaboración decidida y decisiva de los sectores todos sin excepción.