Columnistas
“El maluco” – Por: Cecilia López Montaño
Pero lo que acaba de suceder con el senador costeño Musa Besaile, en su encuentro político en el municipio de Tuchín, Córdoba, le agrega a nuestros líderes políticos de la Región Caribe, un elemento adicional claramente vergonzoso. Este “honorable senador” no tiene idea ni de lo que representa en el país y en el departamento ni en que momento vive, ni cuáles son las reglas básicas de lenguaje y comportamiento que se espera de un individuo que ocupa semejante posición en el país. ¿Qué dirán la madre, sus hermanas y sobretodo su esposa ante semejante salida de tono? O le sucederá ese gravísimo mal de los colombianos que llegan a donde no deben estar y se creen por encima de las reglas mínimas de convivencia?
Tener la desfachatez de llamar a la candidata a la Alcaldía de ese municipio, Noris Hernández, “maluca” y además agregar que “cómo con tanta mujer bonita como es posible que la elijan a ella, que según este Senador no califica en el grupo de agraciadas. Los mensajes que envía con estas palabras y con la insolencia con que las pronuncia denota un nivel primitivo en su comportamiento y la forma de machismo más grosera, desinformada y agresiva posible. Las mujeres solo existen si son bonitas, entre otras, de acuerdo a su propio criterio.
Sinceramente, es absolutamente inaudito que la Región Caribe, llena de gente valiosa, tenga como representantes en el seno de la democracia, personajes tan primitivos, tan atrevidos, tan groseros y tan patriarcales. Que tipo de leyes podemos esperar las mujeres de este país con semejantes hombres en el Congreso de la República?
La responsabilidad de situaciones como la que se discute, recae en esos pobres y desacreditados partidos políticos que tenemos en Colombia que generan y permiten este tipo de liderazgos que ni nuestra Región ni Colombia se merecen. Los colombianos somos mucho más que altanería e irrespeto pero como el voto es lo único que les importa a las agrupaciones políticas, les dan vía libre a muchos que no responden a lo que se espera de los “Honorables” miembros del Congreso. Son estos personajes los que definen las normas que determinan nuestras vidas y las de los hijos de nuestros hijos.
Ojalá, esta inconcebible actitud del Senador, sirva para que muchas mujeres con capacidad de ejercer su derecho al voto no se limiten a ir con la corriente sino que valoren su decisión y las consecuencias que trae consigo. Que en las lecciones que se aproximan, miren y analicen este penoso episodio y se pregunten si ese es el país que nosotras, cada vez más educadas, nos merecemos. Sin duda, el maluco es él.
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