Columnistas
Contradicciones. Por: Cecilia López
Se acaba el convulsionado 2015 y es hora de hacer balances para que el nuevo año nos obligue a continuar lo bueno y resolver lo malo, hasta donde sea posible. Estas sumas y restas son inevitables y saludables pero en lo que poco se profundiza es en aquellas situaciones cuyosresultado se contradicen, y que por consiguiente, ameritan una reflexión más de fondo. En el caso de Barranquilla debe pensarse seriamente en lo siguiente porque no cuadra.
Difícil mencionar la capital del Atlántico sin escuchar maravillas sobre lo bien que está la ciudad. Sus dirigentes se han encargado con éxito de vender la mejor imagen de Barranquilla, donde por fin se le está encontrando salida a sus peligrosos arroyos; donde gracias a una excelente Alcaldía, la infraestructura se ha mejorado y ahora inclusive se mira al río, tan subestimado pordécadas. Todos los días se inauguran escuelas y se supone que esta ciudad, encontró el modelo de salud adecuado mientras en el resto del país la atención de este derecho fundamental, es realmente un caos. Y como si algo faltara para demostrar la buena salud de la ciudad, las cifrasde desempleo son las mas bajas del país. Parecería entonces que Barranquilla es la ciudad de mostrar en Colombia.
Sin embargo, la noticia más destacada de El Heraldo ha sido textualmente, «2015, el año másviolento de los últimos 10 años en Barranquilla». La cifra es de 419 homicidios en la ciudad y sedistribuye así: por intolerancia social110 personas muertas; en atracos han fallecido 45 personas; pandillas juveniles han cobrado la vida de 14 jóvenes mientras que por violenciaintrafamiliar han muerto 14 personas. A esto deben sumarse los enfrentamientos con la policía;muertes por balas perdida que con frecuencia son niños; accidentes que terminan con víctimas fatales y un alto número de asesinatos no aclarados aún.
La contradicción es obvia: ¿si el 2015 fue un año estrella de Barranquilla, como afirman los lideres de la ciudad, por qué precisamente el 2015 es tan violento y mucho más que en los últimos diez años? La primera reflexión es obvia en una sociedad como las del Región Caribe, en la cual los niveles de desigualdad son inmensos: la apreciación sobre la ciudad depende del lugar desde donde se le mire. La bonanza puede estar localizada en los sectores de siempre que viven protegidos por vigilantes, guarda-espaldas, equipo de personas a su servicio, que también los protegen a ellos y sus familias, de toda amenaza. Pero el resto, dónde y cómo vive? Y es allídonde se debe resaltar que ese bienestar todavía les es ajeno a amplios sectores de la ciudad. Ymientras esto suceda no se puede cantar victoria y menos cuando empieza un nuevo año con muestras de situaciones complejas.
Difícil entender bien el problema sin un diagnóstico de fondo pero hay preguntas que ya se podrían plantear. ¿Cuál es la situación real del mercado de trabajo no solo en Barranquilla sino en sus municipios aledaños? Existen oportunidades para una juventud pobre, con malaeducación, para que no busquen su subsistencia en el micro tráfico? Otra, ¿la bonanza que vive Barranquilla, qué tan bien distribuida está para que muchos no tengan que acudir a prestamos ilegales que según la Policía Metropolitana, está entre las causas que explican los homicidios? Y finalmente, ¿si está la justicia funcionando en esta ciudad, cuando la mayoría de los delincuentes salen libres de inmediato? Esta reflexión no sobra.
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