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ONU, bien; solamente CELAC, mal

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Por: Carlos Holmes Trujillo

El entusiasmo pasajero que se produce en el país cuando se hacen anuncios provenientes de La Habana sobre nuevos acuerdos, no debe conducir a una especie de unanimismo producto del silencio o de la falta de caja de resonancia para las posiciones orientadas a formular críticas razonadas, preguntar y proponer.

Eso está sucediendo con el mecanismo de verificación del cese bilateral de fuego y hostilidades y la dejación de las armas.

Para que no haya lugar a malas interpretaciones, es conveniente afirmar primero que el entendimiento entre el Gobierno y las Farc acerca de la necesidad de la verificación es bueno para Colombia.

De hecho, ese es uno de los aspectos en cuya necesidad ha insistido a lo largo del proceso de conversaciones el Centro Democrático.

Debe decirse, también, que la presencia de la ONU en el mecanismo que se acordó es una prenda de garantía.

Esta organización tiene la suficiente experiencia y capacidad para desempeñar el rol de verificador con solvencia y eficacia. De igual manera, es positivo que se coincida en que debe diseñarse un esquema de monitoreo especial para nuestro país, el cual se verá reflejado en la resolución que apruebe el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Así debe ser, mejor, eso es lo que se ha hecho en todos los casos.

¿Qué preocupa?

En primer lugar, suscitan muchos interrogantes aquello de que se trate de un instrumento tripartita.

Lo anterior significa, para ponerlo en términos bien sencillos, que quién va a ser verificado ¿será a la vez integrante del equipo de verificadores?

Quiere decir que, ¿a diferencia de lo que ha ocurrido usualmente, la responsabilidad exclusiva de la verificación no será de la ONU?

¿Cuál es, entonces, el alcance real del papel de la organización?

Además de presidir el grupo de verificación, hacer sugerencias y arreglar problemas internos, ¿cuáles son las otras funciones que se le asignan?

¿La ONU como tal hará parte del componente internacional o se limitará solamente a integrarlo con observadores civiles de la CELAC?

De ser así quedaría muy limitada la tarea del organismo que tiene la experiencia.

Por otra parte, no es bueno que el Gobierno y las Farc hayan excluido de la posibilidad de integrar el mecanismo a países y organizaciones que, no solamente están colaborando ya, si no que pueden tener un papel muy importante en el futuro.

Recuerden ustedes a la Unión Europea, Alemania, Noruega y Estados Unidos, por ejemplo.

Por último, en materia de armas ¿qué es lo que se va a verificar?

¿Simplemente que las Farc no las están usando, la entrega real a un tercero serio y confiable, el abandono en un sitio inaccesible o la inutilización definitiva de cualquier manera?

El éxito de las tareas de verificación depende del conocimiento, la experiencia, el músculo político y económico y la imparcialidad real de quien las hace.

La ONU cumple con esas condiciones, la CELAC sola no.

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