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Crónica

¡Un carga ladrillos de lujo!

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Santa Marta Distrito Cultural, Turístico e Histórico está próxima a cumplir 500 años de su fundación cuyo hecho se le atribuye al adelantado Rodrigo Galván de La Bastidas. Desde ese entonces han ocurrido fenómenos sociales, astronómicos y científicos que han transformado el mundo circundante a la capital del Magdalena.

La ciudad, orgullo de América, cuenta con un centenar de barrios populares, unos nuevos y otros de vieja data en su creación, cuya característica fundamental es que pertenecen a oleadas de sectores marginales deprimidos económica y socialmente.

Pescaito, 20 de Julio, Martinete, San Pablo, San Jorge, Nacho Vives, entre otras localidades, viven el diario trajinar para sobrevivir: levantarse en la madrugada para coger un poco de agua, dada su escasez, luchar con la falta del fluido eléctrico, venta de drogas, de alcohol y enfrentar el problema de la violencia social. En fin, este y otros hechos reales de carácter social forman parte de la historia de estos sectores humildes y honestos. Con ellos han crecido y con ellos se acuestan y levantan sus moradores. La mirada oficial es indiferente al desarrollo humano y geográfico de estas barriadas.

Esa discriminación social y económica ha forjado a personas humildes, honestas y luchadores naturales que se han levantado, en buena hora, para protestar contra esa ignominiosa carga; esa carga social los ha convertido en luchadores populares, creados y criados de manera natural dada el estigma social que los circunda.

En el barrio San Pablo, del Distrito samario, localidad orgullo de la ciudad como los anteriores sectores populares, a pesar de los hechos reales que enfrentan a diario han crecido y se han desarrollado unilateralmente sus habitantes. Ellos y solo ellos, son responsables de su diario luchar y de su desarrollo por su crecimiento administrativo y popular. Es la lucha de sus líderes naturales que los encumbra.

En la localidad de San Pablo, vio la luz un 6 de noviembre 1962 Víctor Manuel Polo Rodríguez, un frustrado cancerbero que vio sepultadas las esperanzas de llegar a la selección Magdalena a ocupar los maderos de su amado Unión Magdalena. No obstante a esa malograda oportunidad, por la cual luchó, no dejó de ser considerado una promesa para los tres palos del fútbol aficionado de los equipos locales en los que militó. Fue en el club deportivo de la ‘Guerrilla Deportiva’, onceno aficionado del apreciado y recordado periodista deportivo Hugo Alberto Morales Rubiano (q.e.p.d.) donde pudo mostrar sus excelsas cualidades de portero. Este elenco samario fue el telar que catapultó al “pipa” De Ávila para el rentado nacional. Allí jugo y allí comprobó que tenía talante para esa posición en el fútbol aficionado cuyos créditos no le sirvieron para representar al departamento del Magdalena o ganarse un cupo en el equipo profesional de la Ciudad. No interesó esa malograda oportunidad. La historia le tenía reservada mejores cosas. Escribiría mejores logros en otra etapa de la vida. No sería el futbol donde lograría figuración. La historia le reservó un mejor escenario. En definitiva no era el fútbol la tarima donde se destacaría nacionalmente.

EL PERIODISTA DEPORTIVO

El término de ‘carga ladrillos’ no es un apelativo estigmatizador o peyorativo. Ni más faltaba. Víctor Polo Rodríguez siente orgullo de este apelativo y él mismo lo utiliza e invoca como cosa propia. Este término nació, para bien del oficio humano, inmortalizado por Gabriel García Márquez cuyo fin era destacar la tenacidad y entrega de aquel trabajador en el arte u oficio.

Víctor Polo Gámez, su fallecido padre era el vigilante de Radio Rodadero y al lado de doña Magola Rodríguez Viva, construyeron un bonito hogar donde prevaleció el amor, la honestidad y la humildad. A estos valores se agregaron la calidad humana y el servicio al prójimo de los esposos Polo Rodríguez, características humanas y personales, que conserva incólume Víctor Polo Rodríguez después de 53 años de haber nacido. De esa unión matrimonial nacieron José, María, Rita, Luz Corina Polo Rodríguez, sus hermanos del alma.

“Me Inicié en Radio Rodadero cargando cable, siendo operador. Mi padre era celador en esa emisora y me permitía en las noches aprender el oficio como asistente técnico en el estadio Eduardo Santos. Después de pasar por ese oficio, por un largo tiempo, nace la oportunidad de participar en un programa dominical del profesor Joaquín Acosta, donde leía boletines y programaciones de las corporaciones en los barrios. Cesar Corbacho me escucha y le dice a Hugo Morales Rubiano -q.e.p.d.- que me escuche y Hugo me lleva a su programa ‘Guerrilla Deportiva’ en Radio Galeón. Yo me quedé como carga ladrillo donde conocí la esencia del periodismo y hasta la fecha eso es lo que me considero: Un carga ladrillo”, expresa este periodista deportivo que partió en dos la historia de este noble oficio. Antes y después de Joaquín Sierra Silva. Nació para la labor de la comunicación social deportiva una estrella que destacó nacionalmente después del ‘poeta’ del fútbol como se le conoció a Sierra Silva.

EL INOLVIDABLE, QUERIDO Y RECORDADO DEPORTE ESPECTACULAR

“Mi primer sueldo me lo pagó Julio Bolaños como subgerente de Radio Rodadero de Todelar. Luego me contrató Junior Beltrán en RCN cuando era gerente. Formamos un equipo deportivo bravo con Joaquín Sierra Silva y Jorge Eliecer Torres. Fue una época inolvidable en el estadio Eduardo Santos. Llegué a la Voz del Turismo dirigiendo el programa deportivo El Aficionado de Pedro de Andreís, quien me hizo responsable de dirigir su programa extendiéndolo a una hora de emisión y allí en medio de mis equivocaciones gané seguridad y desarrollé improvisación”, recuerda Polo Rodríguez.

En un partido Junior – Unión Magdalena jugado en Santa Marta asistió al clásico de la Costa Fabio Poveda Márquez, director y propietario del sintonizado programa ´Deporte Espectacular’ que se emitía por emisora Atlántico.

“William Gómez Polo me recomendó a ojo cerrado con Fabio Poveda y pude trabajar en informes desde Santa Marta en un programa que era escuchado en toda la costa”, aseguró Víctor Polo.

FELIZ ESTADÍA EN LA GUAJIRA

En Riohacha, La Guajira, tuvo un paso fugaz donde dejó impresa la huella de la calidad de su periodismo. Ya se había retirado del oficio deportivo. Ahora incursionó en las lides del periodismo de las noticias generales. En este género de la comunicación como en el periodismo deportivo, los oyentes disfrutaron de la calidad de su trabajo. Acá, como en el anterior oficio sobresalieron la honestidad, el respeto al oyente, el respeto al micrófono, apelativos expresados en los medios del deporte.

Fueron esos argumentos que le sirvieron para abrirse paso en una sociedad conservadora, como la comunidad riohachera que aplica el refrán de ¡a lo tuyo tú! con lo cual indican que primero lo tuyo, con o sin razón. Triunfó. Salió avante su humildad, el respeto y la disciplina periodística de la que hizo gala en su natal Santa Marta y Barranquilla, dotes humanas heredadas de sus padres, que se erigieron en el trofeo de sus triunfos.

Al lado del samario Hugo Leones Carranza y del guajiro Albeiro Sánchez estructuró un equipo en Caracol Riohacha que le merecieron ser escogido para dirigir el programa institucional de la Gobernación de La Guajira donde ratificó que en cualquiera de los géneros de la comunicación social había condiciones para triunfar.

A tal punto llegaron los triunfos en Riohacha que la multinacional Cerrejón, explotadora e importadora del carbón, en dos oportunidades le otorgó el premio periodístico “Cerrejón” en crónicas de televisión y prensa, relata este versátil y destacado periodista que se desempeñó durante 10 años de monaguillo en la iglesia del barrio Manzanares cuando era un niño.

Reconocido por la clase dirigente y política de Riohacha regresa triunfante a la perla de América llevando sobre sus hombros el honor del deber cumplido. Había triunfado y a fe que lo logró. Con la misma dedicación, disciplina y respeto al micrófono que impuso en la capital del Atlántico y ahora en Riohacha, ciudades que fueron testigos y escenarios de su natural estilo de trabajo.

ADIÓS AL PERIODISMO DEPORTIVO

El momento de partir estaba cerca y no se iba porque le hubiese ido mal en el oficio que lo realizó profesionalmente. Se iba porque la historia le tenía asignada otra tarea. El Unión Magdalena estaba en crisis institucional y deportiva. Debía buscar otros rumbos. Se iba. Y se fue. “Me cansé de la forma como Eduardo Dávila, máximo accionista del equipo samario trataba a los seguidores y a la prensa deportiva. No veía cambio en su actitud y preferí irme para el periodismo de noticias generales, medio en donde había tenido ocasionales apariciones”, recuerda Víctor Manuel Polo, el ex cancerbero frustrado que nunca tuvo la oportunidad de representar al Magdalena o llegar al profesionalismo del balompié colombiano defendiendo los colores de su equipo.

Este cambio de periodismo deportivo al de las noticias, fue antes de triunfar en Barranquilla o Riohacha. El retiro del periodismo deportivo fue estando en su natal Santa Marta.

Relata una anécdota que le jugaron al profesor y comentarista deportivo Arturo Montaño Barros -q.e.p.d.- quien tenía por aquel entonces un programa radial en Ondas del Caribe y recuerda la jugada que le hicieron al profesor Montaño Barros, “con Jesús Iguarán- otro periodista de la ciudad- llamábamos diariamente a su programa haciéndonos pasar por oyentes. Lo vacilábamos y lo gozábamos casi a diario hasta que el profesor Montaño nos descubrió y en el estadio Eduardo Santos me correteó furioso y me iba a pegar. Estaba iracundo por la broma que le hicimos”.

El periodismo deportivo perdió la “pelea” con el periodismo de noticias generales. Ganó al final de cuentas este último. Le arrebataron de las manos al periodismo deportivo a uno de los mejores comentaristas honestos que ha tenido la ciudad y que dividió el oficio, antes y después de Joaquín Sierra Silva. Hoy es un reputado y connotado periodista general que confirma que en este oficio –cualquiera que sea el género en el que te desempeñes- debes tener cultura y conocimiento general. Es decir, debes ser un periodista integral y Polo Rodríguez lo es.

Hoy en día es el Director General del radio periódico Galeón Caracol ´Mi Radio Periódico’, órgano del periodismo general que dirigió en su época el más reputado y mejor periodista que ha tenido la ciudad: Rodrigo Ahumada Bado -q.e.p.d.- Acá triunfa con lujos de detalles como lo hizo en su anterior labor hasta el punto que ha sido laureado con el Premio Universidad de Magdalena y Premio Universidad Sergio Arboleda a la mejor crónica en Radio.

“Mi esposa me llevó a los pies de Jesucristo y eso cambió mi vida, tenemos una fundación con mi esposa que le enseña a los niños vulnerables acciones de comportamientos humanos a través de la tolerancia. Juego con ellos fútbol todos los sábados donde compartimos con más de 120 niños y niñas del Barrio San Pablo. Le pido a Dios me permita andar en los senderos de la humildad hoy hacemos un noticiero con respeto a los oyentes de servicio y atención de calle, de barrio, de campañas, de investigación incluyentes, de debates civilizados, sin miedo a la verdad, pensando en la construcción de una sociedad civil que requiere de estos escenarios. Estoy enamorado de mi profesión a la que le profeso igual cariño como el que le tengo a mi esposa e hijos. Desarrolló una Radio dinámica, ágil, de presente, armoniosa, directa al corazón y la mente”, expresa con orgullo este destacado periodista samario, hoy en mano de Jesucristo que no se cansa de devolverle a la ciudad y a sus habitantes el aprecio y cariño que le profesan a su trabajo.

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