Crónica
¡Masacre en su paraíso! Aguerridos pero destruidos moral y trágicamente

Un día, irrumpen tierras donde las tortugas marinas, el amplio suelo amarillo y las cristalinas aguas posan de manera tranquila en este lugar en el que podríamos ver, tan claramente, la mano de Dios y el amor con que esta parte de La Guajira fue creada. Esa irrupción destroza los sueños de muchas familias que representan estas tierras, destrozan de manera arbitraria y terrorífica la vida de cinco personas, pero sobre todo, pierden en esos momentos algo que hacen respetar, algo que es supremamente valioso para ellos, su moral.
Bahía Portete, la habita la cultura wayuú, esa cultura que tan aguerrida surgió de Wotkasainru, una tierra en la Alta Guajira. Fue Maleiwa (Dios) quien los fabricó. Eso cuentan los ancianos. Esos mismos que habitan allí son aquellos que hacen respetar sus clanes, sus familias, su sangre, pero a quienes un día los humillaron dejando de su paraíso un infierno.
Este paisaje paradisíaco repentinamente pasa de ser un lugar de ensueño para ellos, a convertirse en tinieblas en el que el día 18 de abril del 2004 aproximadamente 40 paramilitares llegaron a dejar sangre, llanto y destrucción en una minoría que es la cultura más representativa de nuestro país. Profanando el cementerio, calcinando a las personas, destruyendo sus hogares fue como se escribió esta dolorosa historia de la que se recuperan poco a poco.
Ésta tan rechazada masacre fue organizada por el jefe paramilitar del Bloque Norte de las AUC y Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40, y el comandante militar del Frente Contrainsurgencia Wayuu Arnulfo Sánchez, alias Pablo, con ayuda del wayuú José María Barros Ipuana, conocido como Chema bala, comerciante de la zona.
¿Y los culpables? Es una satisfacción que en casos como éstos se haga justicia y podríamos decir que es un total alivio saber que cada uno de los participante de esta atroz masacre se encuentran pagando sus condenas. ‘Chema bala’ y su sobrino Adrián Agustín Bernier fueron condenados por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia por los delitos de homicidio agravado, desaparición forzada, tortura, terrorismo, hurto calificado y concierto para delinquir. También se encuentra condenado alias Pablo, quien fue capturado en noviembre del 2010 en Bogotá. Por su parte Jorge 40 durante una versión libre ante la Unidad Nacional de Justicia y Paz de la Fiscalía General de la Nación, admitió su responsabilidad en la masacre.
Es cierto que no pueden devolver a quienes mataron, desaparecieron y torturaron tan vilmente, pero corre por las venas un poco de tranquilidad al saber que presos de su libertar por lo menos pueden pagar un poco la pérdida no solo de sus familiares, sino también de su dignidad, de sus tierras, de su tranquilidad y de su moral.
Aterrorizaron a cerca de 600 habitantes de este lugar, asesinaron a cinco de manera aterradora y hay aún un brazo calcinado sin identificar. Ciertamente un paraíso destruido que trata de recuperarse, por eso algunos, con un poco de miedo en sus corazones, regresan para estar en lo que es suyo, para continuar con la vida que llevaban, para seguir diciendo que esas son sus tierras, tierras que los representan y les dan el sustento diario, a ese Parque Natural como fue nombrado en año pasado el día 24 de diciembre, regresan los hijos que nunca debieron haber salido y menos de esa manera tan desalmada.
Por: Marisol Ramírez

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