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Crónica

Historia en versos, El Banco, municipio imperio de la cumbia

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Por Laura Vélez Vargas

Me contaron los abuelos que hace tiempo,

navegaba en el Cesar una piragua,

que partía de El Banco, viejo puerto,

a las playas de amor en Chimichagua (…)

Era la piragua de Guillermo Cubillos, era la piragua, era la piragua… (Bis)

Ninguna generación en Colombia se ha escapado de escuchar o tararear esta emblemática cumbia, compuesta por el maestro José Benito Barros, así no se conozcan pormenores de su compositor.

Y es este autor quien en 1970 impulsó el primer Festival de la Cumbia, como un espacio abierto al público para promocionar la identidad del hombre de río. Las cantaoras, músicos, folcloristas y un grupo importante de artistas nacionales y locales llegan hasta las orillas del caluroso río Magdalena para homenajear durante tres días los sonidos tradicionales de una herencia cultural y folclórica de la región Caribe.

VERSIÓN XXXII DEL FESTIVAL DE LA CUMBIA

Este año se celebró la versión 32 del Festival Nacional de la Cumbia, en El Banco, Magdalena, cuyas actividades desarrollan concursos de baile de cumbia en diferentes categorías, canción inédita, Caña de Milleros, desfile pocabuyano, feria artesanal, danza, música al parque, foros, conferencias y el certamen que escogió a la nueva emperatriz de la cumbia 2016, Angélica Vanegas, representante de Bucaramanga.

Grupos como Kuisitambó, Herencia de Timbiquí, Orito Cantora, María Mulata, la cantante de música folclórica y nominada al premio Grammy Latino, Totó La Momposina y el pintor banqueño Evelio Mejía, recibieron la Orden ‘Cacique Pocabuy’, y se presentaron en el escenario flotante, sobre el río Magdalena.

Por su parte, Totó La Momposina manifestó en el Foro sobre el patrimonio cultural de la cumbia, que es necesario recuperar y reactivar el río Magdalena, pues por ahí entró toda la cultura al país colombiano y es el que permitirá proteger al Festival de la Cumbia. Que sueña que El Banco, en dos años, pueda contar con un escenario propio y que las nuevas generaciones continúen con el legado del maestro José Benito Barros y aflore el sentido de pertenencia.

Para Guillermo Barreto, compositor y escritor, además de ser conocedor de los pueblos del Magdalena y de los ritmos y compositores propios de la zona, el Festival es maravilloso, pero debe penetrar el ámbito nacional, pues no ha evolucionado de su nivel regional. Sin embargo, con el gobierno magdalenense anterior se dio un paso importante, con la realización del inventario nacional de la cumbia, que sirve para identificar esta expresión folclórica y cultural como patrimonio del Departamento y de la Nación.

“El Festival de la Cumbia es increíble porque te sientes transportado 400 años atrás, cuando oyes la caña de millo, sonido autóctono, despierta el sentimiento que llevamos todos. Cuando escuchamos los tambores, el corazón se acelera y el cuerpo solito comienza a moverse, porque los sonidos de la cumbia van en la sangre, son genéticos”.

Agregó, además, que la cumbia nació en la región del país de Pocabuy, comprendida por Chiriguaná, Tamalameque, El Banco, Mompox, Guamal, San Sebastián, Santana y Chimichagua.

“Pocabuy significa que los habitantes vivían alrededor de la Ciénaga. La cumbia nace entre las estribaciones de la Sierra Nevada y el país de Pocabuy”, expresó el compositor.

HISTORIA DE LA CUMBIA

Según Guillermo Barreto, quien trabajó con Carlos Vives y otros conocedores y expertos de la cumbia para escribir un libro en donde está toda la información de la historia y herencia de esta expresión musical, y que próximamente saldrá al mercado, su origen data desde el año 1500, cuando se hizo la primera publicación en la historia natural de las Indias, “Gonzalo Fernández de Oviedo señala en el capítulo V, a unos indígenas tocando unas gaitas y unos tambores en lo que hoy es el Parque de Bolívar”.

De acuerdo con su relato, la cumbia tiene una característica fundamental y es el sincretismo cultural y religioso de tres culturas: la indígena, africana y española, “las tres independientemente no tocan cumbia, tienen que estar unidas. El aporte indígena es el golpe del tambor llamador que se conoce como ostinato, que es repetitivo; el africano transformó el percutor del indio en tambora y aporta la polirritmia, que es el repique del tambor alegre; el español, la vestimenta y el baile en pareja”.

La danza de la cumbia es una combinación de rituales, los indígenas rotan de manera inversa a las manecillas del reloj, lo que para ellos significaba viaje sin regreso y lo aplicaban cuando moría un ser querido. Los africanos agregaron la alegría a los movimientos, “porque la india no mueve casi su cadera, el baile de parejas, con movimientos elegantes y la lírica de los cantos con poesía fue heredado de los españoles.

En la cultura indígena bailan solo las mujeres; los africanos bailan solo entre hombres y solo entre mujeres, echaban para adelante y para atrás y en rondas de acuerdo con las manecillas del reloj, pero los españoles eran quienes bailaban en parejas. Entonces, cuando algún español hacía una fiesta en su casa, los esclavos veían a través de la ventana este tipo de baile, sobre todo cuando se realizaba alguna festividad religiosa, se vestían con la falda, la flor en la cabeza y ahí se fue creando el sincretismo cultural. Fue un proceso de más de 100 años”, puntualizó Barreto.

Lo cierto es que la cumbia fue promocionada por las fiestas patronales festejadas por los españoles y patrocinadas hasta 1970, “a partir de los 60 comenzó a cambiar esto con las cuestiones de los festivales y de los discos, por ejemplo, la Rueda del Cumbión, expresión natural para decir que hay cumbia, se ha perdido.

El vallenato, por su parte, ha avanzado porque su estado natural está en la parranda vallenata y usualmente todos los fines de semana hay parranda, en cambio, tú no encuentras una rueda del cumbión en ninguna festividad”.

INSTRUMENTOS ARTESANALES, CARACTERÍSTICA DE LA CUMBIA

“La cumbia tiene una característica que no tiene ninguna otra expresión musical, los instrumentos artesanales, los cuales son manuales y en madera. Los demás son metálicos y/o electrónicos o que contienen alguna influencia de otros países, como la guitarra que viene por herencia de los españoles”, explica Guillermo Barreto.

La caña de millo, instrumento característico de la cumbia y que, en algunas ocasiones, reemplaza a las gaitas de los departamentos del Atlántico y del Magdalena, “es única porque es un sonido diatónico bitonal, es decir, que debe sonar para afuera y para adentro, y aunque el acordeón se le parece, es mecánico, mientras la caña de millo es artesanal, que nace de ese tallo de las estepas de la Ciénaga de Guamal”.

La gaita, por su parte, nace en la Sierra Nevada, de los cardones, sacan el corazón, los perforan y lo construyen con una cabeza de cera de abeja, revuelta con carbón de madera rayado para construir la cabeza y le introducen un pico de ala o un pedazo de la pluma de un ave, de un pavo o pato, para poderle sacar sonido. Son instrumentos únicos en el mundo y eso lleva a la cumbia a ser original”, aseveró el compositor.

Además, señaló, que, en el libro del cronista y colonizador español, Gonzalo Fernández de Oviedo, escribió a los instrumentos con su nombre, lo que indica que ya en Santa Marta se encontraban en el año 1500, los elementos musicales representativos de la cumbia, algunos bajados desde la Sierra Nevada, entre ellos, la caña de millo, la gaita, el llamador, el alegre, el guacho y las maracas.

QUIÉN ES GUILLERMO BARRETO

Guillermo Barreto es folclorista, músico y uno de los compositores más representativos de El Banco, Magdalena, quien nació el 22 de julio de 1953 y fue el primer director de Cultura de su Municipio. Igualmente, es uno de los conocedores y representantes de este estilo musical.

Compuso la primera cumbia que se grabó en acetato comercial por un grupo llamado ‘Los ocho de Colombia’ y a la que nombró “Cumbia y sudor”, y con la que ganó el segundo lugar en el concurso de Canción Inédita en el Festival de La Cumbia en 1972, “es la que más me gusta de mi autoría, porque narra el origen de la cumbia”.

Ha sido merecedor de otros premios, como el Tayrona, en la categoría de Mejor Compositor; ganó de manera repetitiva el Centauro de Oro y el Centauro de Plata en el Festival de la Canción Colombiana que se realiza en Villavicencio y en 1982 fue el ganador del Festival Nacional de la Canción Folclórica de Colcultura.

Afirma, que seguirá componiendo, además, ha hecho un sinnúmero de jingles muy pegados, canciones por grabar, “Gabriel Rumba Romero me grabó ‘El aguatero’, La India Meliyará y ganó el festival de la canción colombiana en Villavicencio con una de mis composiciones; la orquesta Sonolux también grabó una de mis canciones. Me han grabado otras clases de estilos musicales, pues pertenezco a Sayco, diferentes artistas como Galy Galeano, el grupo Raíces, Jesús David Quintana, Ana Bolena, Víctor Manuel, entre otros”.

Asegura, que las cumbias que más le gustan de otros artistas son ‘La pollera colorá’ del maestro Choperena, ‘La piragua’ del maestro Barros. Sin embargo, resalta otras cumbias del segundo autor, como ‘Navidad negra’, ‘Violencia’, que relata los paisajes de la época y los problemas que se vivían en aquellos tiempos, por tal razón Barreto dice, que aún hace falta reconocer al maestro José Benito Barros como el ‘antropólogo de la cumbia’.

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