Análisis
Colombianos cultivan coca para los gringos
En este Siglo XXI es común observar la comercialización de alimentos y medicamentos a base de coca y marihuana. Sin embargo, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamento (Invima no ha expedido ninguna licencia para la venta de estos productos en Colombia, por lo contrario, si tiene buena aceptación en países como Estados Unidos, donde ya se diligencian licencias para la libre venta.
Colombia le sigue cultivando la ‘yerba’ a los Estados Unidos desde tiempos inmemorables, los norteamericanos disfrutan de la que consideran el mejor cannabis del mundo, y no solo a nivel recreativo, sino que las cualidades de la planta la hacen tan versátil que cada día van descubriendo nuevos usos.
“La hoja de coca, de la marihuana y sus derivados no se encuentran reconocidos ni clasificados como alimentos o ingredientes de los mismos, por tanto, no cuentan con registro, permiso o autorización de ellos directamente. En consecuencia, su comercialización en tiendas naturistas o supermercados de cadena no están dentro del marco de la normatividad sanitaria”, expresó puntualmente el Invima, que se apoya en los decretos expedidos por el Ministerio de Salud y Protección Social.
En este sentido, el Invima, de acuerdo con lo previsto en el artículo 577 de la Ley 9 de 1979, puede imponer sanciones que van desde amonestación, multas sucesivas hasta por 10.000 salarios diarios mínimos legales al máximo valor vigente en el momento de dictarse la respectiva resolución. También puede decomisar los productos, la suspensión o cancelación del registro, y el cierre temporal o definitivo del establecimiento, edificación o servicio respectivo.
Para el senador, Juan Manuel Galán, Colombia ha logrado construir en muy poco tiempo un sistema de regulación que el mundo admira en este momento, es decir, el uso médico del cannabis y aunque acepta que hacen falta algunos pasos para ajustar esta ley, el país va por un buen camino.
Es así como hoy se pueden encontrar en diferentes ciudades del país tiendas naturistas, medicinas homeopáticas y productos alimenticios, hechos a base de coca y marihuana. La legislación colombiana rige el uso de la planta cannabis y sus derivados, reglamentándolo y autorizándolo únicamente para fines médicos y científicos. “En ningún momento se autorizó comercializar como alimento”, señala el Invima.
Por su parte, el Ministerio de Salud y Protección Social expidió el Decreto 613 de 2017, que dice: “la importación, el comercio, el uso y la posesión de estupefacientes se limitarán exclusivamente a la producción y fabricación de fines médicos y científicos”.
De acuerdo con lo anterior, el Invima ha indicado que existen consideraciones dentro de los resguardos indígenas o ‘Hermanos Mayores’, porque ellos pueden cultivar, procesar, usar y comercializar productos medicinales y alimenticios a base de coca y marihuana, con el fin de preservar las tradiciones culturales.
¿SALUD O NEGOCIO?
El pago de una tarifa cuyo valor está por definirse, la declaración juramentada de procedencia de ingresos y una fotocopia de la cédula, son los tres requisitos con los que una persona puede solicitar una licencia ante el Ministerio de Justicia para cultivar marihuana medicinal.
Así lo establece el Decreto 613 del 10 de abril de 2017, expedido por los ministros
de Justicia, Salud y Agricultura; realmente la oportunidad que estaban esperando todas las empresas que trabajan en el cultivo de marihuana con fines medicinales, como también los pequeños cultivadores que quieren darle paso a la legalidad.
El Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci), presentó la radiografía más completa de la realidad del narcotráfico en Colombia, reveló que entre el 2015 y el 2016 los cultivos crecieron en un 52 por ciento en el país, al pasar de 96.000 hectáreas a 146.000, por tanto, la producción potencial de cocaína está entre 747 y 1.028 toneladas métricas crecieron en 2017.
El Magdalena medio, Catatumbo y el bajo Cauca tenían 16 mil 297 hectáreas de cultivos de coca: para el 2016 pasaron a 40.526, con un escandaloso aumento del 147 por ciento. Esta es la zona con mayor aumento de cultivos ilegales, según el informe del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci), revelado recientemente por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Unodc.
LAS PRIMERAS LICENCIAS SON EXTRANJERAS
California pretende aprobar un proyecto de ley que permita el cultivo a gran escala de marihuana, así como su comercialización. Ahora le toca el turno a su autorización, venta y consumo, la llamada Propuesta 19, que permitiría a los adultos consumirla por placer, la cual beneficiaría a varias compañías estadounidenses.
Una de estas entidades es Cannabis Science, una empresa de biotecnología que desarrolla productos farmacéuticos a partir del cannabis, también se encuentra Cannabis Medical Solutions, una compañía especializada en soluciones de pago comercial para los dispensarios de marihuana con fines medicinales.
Por su parte, Marijuana Incorporated comercializa prendas de vestir de cáñamo, siendo uno de los primeros distribuidores en la Red de dicho material.
Completa el Top 5 GreenGro Technologies, una empresa que ofrece servicios de gestión, financiación, planificación, construcción y funcionamiento de los dispensarios de marihuana con usos medicinales.
Recientemente, en Colombia se le concedió la primera licencia a Pharma Cielo Colombia Holdings S.A.S. para el cultivo de cannabis con porcentajes irrestrictos de tetrahidrocannabinol (THC) y cannabidiol (CBD) convirtiéndose así en el productor legal más grande del mundo.
Según el senador Galán, el mundo, especialmente Colombia, debe evolucionar ante un sistema de regulación global de todas las sustancias, sobre todo, si se quiere acabar con el tráfico de estupefacientes y con el negocio de las mafias organizadas que se lucran del narco; tarde o temprano se debe desplegar un sistema de regulación que, de acuerdo con la toxicidad de la sustancia, de la peligrosidad y el uso, sea reglamentado por el Estado su consumo, el acceso y la calidad. Es un mecanismo para arrebatarles el negocio a los criminales que en estos momentos se encuentran como reguladores.
La polémica está a la orden del día para los colombianos, quienes se hacen preguntas sobre el futuro de los pequeños agricultores, porque según expertos en agro cultivos, el área de coca que será despenalizada es, en la práctica, mucho menor que la que cultivan la mayoría de familias que viven de la narco-siembra.
La Policía Antinarcóticos señala, que esa extensión de cultivo de coca no solo es mucho menor al promedio de los pequeños cultivadores, sino que generará ingresos anuales de 64 millones de pesos, lo cual lo convertirá en un negocio pleno del gobierno o, ¿realmente un campesino minifundista podrá pensar en tener ganancias iguales o mayores con sus cultivos?
BUENA O MALA
“La hoja de la coca siempre ha sido medicinal, nuestros abuelos la utilizaban para curar diferentes males, como dolor de cabeza o contra el reumatismo. La mala no es la coca, es el uso que le damos a esta planta”, así lo describe Armando Lacera, reconocido docente e historiador de la Universidad del Magdalena.
El alto valor nutricional de la coca se debe en buena parte a que sus hojas son secas, mientras que las otras tienen niveles más altos. Pero el análisis va más allá. La científica Katleen Kantak en el estudio ‘Nutrición, Nutrientes y la Acción de la cocaína’ de la Universidad de Harvard, en Massachusetts, Estados Unidos, afirmó, que «no hay esencialmente ninguna diferencia entre el uso de la coca y el directo consumo de alimento, en términos de nutrición. La ingestión de 100 gramos de las hojas de la coca puede satisfacer el índice internacional que representa la cantidad recomendada de nutrientes que debe ingerir una persona, en cuanto a calcio, hierro, fósforo y vitaminas E, A y B 2».
Para el periodista Aníbal Ceballos, la coca es buena o mala dependiendo para qué la van a usar. “Cada planta tiene sus cualidades curativas, siempre ha estado en nuestro entorno social, sin embargo, es importante resaltar que la humanidad es la que se ha encargado de “dañar el nombre” de dichas matas, por lo cual es natural encontrarse con personas que aún se abstienen de probarla por el tabú que se maneja”.
Es importante reconocer las propiedades nutritivas y también medicinales que tienen algunas plantas, sin embargo, también se hace necesario debatir sobre el tratado que se le debe dar a este tipo de cultivos y a la ley para el beneficio de los potenciales pacientes.
El senador Juan Manuel Galán aplaude la iniciativa que ha tenido el país con esta nueva ley y manifiesta, que “el gobierno a través de este proyecto promueve un acceso a una sustancia segura, de buena calidad y a un precio justo, apuntando a elaborar guías médicas, lo cual necesita un trabajo arduo con los
médicos y científicos para que el proyecto realmente alcance el propósito trazado de brindarle un excelente servicio a sus pacientes”.
Es esencial, por tanto, que se piense en los efectos colaterales que pueda traer consigo legalizar los cultivos de coca, teniendo en cuenta que la ley solo aprueba el uso de estas plantas con fines medicinales, porque tenemos las calles llenas de “happybrownie” y otros alimentos a base de las mismas, es decir, se usan con fines recreativos, cosa que no se encuentra dentro de las resoluciones.
Podría estar Colombia frente a un nuevo episodio de “contrabando legalizado” como ocurrió en la época de la marimba (ver artículo de la bonanza marimbera), donde el expresidente López Michelsen, institucionalizó los dólares que entraban al país, sin saber el origen y medir las consecuencias.
El senador Galán piensa, que si se ha logrado erradicar este tipo de comportamientos con sustancias como el alcohol y el tabaco y otras peligrosas como los opioides y las morfinas, se puede conseguir lo mismo en Colombia.
Lo cierto es que el uso en la epilepsia es una de las indicaciones terapéuticas clásicas del cannabis, los experimentos con animales muestran el efecto antiepiléptico de algunos Cannabinoides, y la actividad anticonvulsionante de la Fenitoína y del Diazepam se ven potenciados con el THCo tetrahidrocannabinol, conocido como el principal compuesto psicoactivo del cannabis y uno de los más de 80 cannabinoides distintos que contiene esta planta. A lo largo del siglo XX, mediante el uso del cannabis, algunos epilépticos han podido capaces de controlar totalmente los síntomas.
“Mi hermano sufre de epilepsia, el sigue tomando su medicamento, pero yo leí en la Internet, que la marihuana era bendita para su enfermedad y contacté a Iveth. Empezó el tratamiento hace un mes y aunque ha sido muy poco el tiempo, he sentido que han disminuido los episodios”, relató Yuli, hablando de su hermano Javier Suescún.
Igualmente, Feliciy Díaz, quien tiene 19 años, es deportista y también consume gotas a base de marihuana. “Cuando fumo, me tomo quince gotas para la migraña y en menos de media hora ya se me quita el dolor, es un poquito amargo el sabor, pero me ha servido muchísimo”
LO ILEGAL, AHORA ES LEGAL
En Colombia hace pocos meses, se consideraba el cultivo de coca, una violación a la ley que se pagaba con cárcel, hoy es íntegramente excarcelable, ya no es ilegal cultivar cierto número de hectáreas de coca en un espacio personal, según la ley solo con fines medicinales; pero, qué tipo de control va a ejercer la ley para vigilar que solo se pueda utilizar con estos fines.
Esta ley se encuentra reglamentada y sancionada cuenta con decretos reglamentarios y el apoyo de resoluciones del Ministerio de Justicia, Salud y de Agricultura, en relación con el cultivo, fabricación, exportación y para detención de semillas.
La realidad hoy es completamente diferente, porque de acuerdo con el senador Juan Manuel Galán, al país se le abre panorama atractivo, agroindustrial relacionado con el Cáñamo, el cual consiste en exportar el CBD que se extrae de la flor, para producir medicamentos relacionados con la epilepsia y también utilizar la fibra que es muy importante en la industria automotriz, entre otros.
El Gobierno colombiano, por consiguiente, le apuesta a un negocio que mueve alrededor de 30.000 millones de dólares en Estados Unidos, de acuerdo con la agencia antidrogas norteamericana, lo que lleva a preguntarse sobre el futuro de los agricultores, los encargados de cultivar, cuidar y recoger el sembrado de la coca y la marihuana.
El informe anual del control antidrogas sobre la amenaza de las sustancias ilícitas indica, que Colombia es el mayor proveedor de cocaína, con el 92% de participación.»La disponibilidad y el uso de cocaína en los Estados Unidos se están recuperando, alcanzan o sobrepasan los niveles de referencia de 2007. Además, que el cultivo y la producción de cocaína en Colombia, la principal fuente de suministro de cocaína en los Estados Unidos, parece aumentar cada día más».
Mientras, el presidente de Fedegan, José Félix Lafaurie, ha expresado su descontento con esta ley, argumentando que “muchos investigan sobre las dimensiones de la situación que se está viviendo con la coca y marihuana, pero hay que recordar las secuelas de muerte y violencia y las conexiones del tráfico internacional que estas han dejado; el país parece haber olvidado que, hace un tiempo se vivió un conflicto que cobró centenares de vidas y dejó el amargo sinsabor del narcotráfico”.
Al mismo tiempo, la DEA pronostica que la disponibilidad y el consumo de cocaína, «aumentaron entre 2015 y 2016», seguirán creciendo “a corto plazo”, y le da crédito a los «niveles elevados de cultivo de cocaína y producción potencial pura en Colombia».
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