Crónica
Fútbol a ciegas

Andrea Perozo Pardo
“Las limitaciones no existen, solo hay adaptaciones”
Jesús David Trigos, es un joven de 17 años que gracias a su gusto por el fútbol maneja técnicas básicas referentes a este deporte. Todos los domingos desde las 7:30 de la mañana se reúne en la cancha Villa del Mar con seis amigos con limitaciones visuales, entre ellos su hermano.
Esta familia de deportistas invidentes – FUNDADIVI – la integra Robert López, Brayan Castaño, Nairon Pérez y Jesús Padilla. En la cancha cada uno tiene una característica en particular. El balón tiene en su interior un cascabel que suena cuando lo patean.
Jesús tomó la responsabilidad con muchas ganas y buena actitud de entrenar a este grupo de jóvenes invidentes. Al tener limitaciones visuales otros sentidos se desarrollan, entre ellos el oído, por ello la adaptación del cascabel dentro del balón; el escenario donde ellos disputan sus competencias debe estar en completo silencio por parte del público para no robarles concentración a los atletas; además también usan sus manos como sistema de protección y contacto. El que lleva el balón en sus pies va gritando “voy”, lleva una posición con manos abiertas en señal de alerta y corre rápidamente, pero con cuidado para no tropezar de manera brusca a sus oponentes.
Para Jesús estos muchachos son unos guerreros y su forma de jugar es admirable, eso significa mucho en su vida. Gracias a ésta noble acción de su parte uno de sus anhelos es entrar a la universidad a estudiar medicina o actividad física para perfeccionar sus bases, cuenta que todos los implementos y trasporte individual corre por cuenta de cada integrante. Todo este grupo desea ser reconocido en la ciudad y departamento para así poder participar nuevamente en el torneo nacional.

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