“A líderes los asesinan más por tierra que por coca y minería”: Investigación Urosario

La investigación adelantada por la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario: ‘Killing social leaders for territorial control: the unintended consequences of peace”, dejó evidenciada que a los líderes sociales no los han matado tanto por minería o coca como por tierras.

Esta situación fue analizada desde enero de 2011 hasta diciembre de 2017. Según los autores, es improbable que sus conclusiones se modifiquen si el estudio se actualiza hasta el 2018. La investigación revisó los datos de asesinatos de líderes sociales entre 2011 y 2017, permite entender cuándo aumentaron, dónde han ocurrido, por qué razones y quiénes están detrás.

Las conclusiones a las que llega esta investigación es que el asesinato de líderes sociales se disparó cuando las Farc decretaron el cese al fuego unilateral y permanente el 20 de diciembre de 2014.
Según el artículo, lo anterior fue incentivo suficiente para que esos asesinatos empezaran a crecer, y ni el desarme ni la implementación del Acuerdo de paz cambiaron la velocidad de crecimiento. A los líderes sociales los han matado en mayor proporción en los lugares en los que estaban las Farc y, que además son cercanos a lugares con presencia de otros grupos armados.

La hipótesis para explicarlo es que con el cese al fuego las Farc enviaron la señal de que eventualmente dejarían las armas, lo que otros grupos armados -como las bandas criminales de origen paramilitar y el ELN- vieron como una oportunidad para adueñarse de esos territorios y una estrategia para hacerlo fue asesinar sistemáticamente a civiles, especialmente, líderes.

Otra variable que muestra el estudio es que el asesinato de líderes sociales disminuyó, en los lugares donde sólo había presencia de ELN y/o bandas criminales, pero no de las Farc. La hipótesis es que esos grupos tienen una capacidad bélica limitada, y privilegiaron adueñarse los territorios que dejaban las Farc, disminuyendo su capacidad de asesinar líderes en otras zonas.

También la investigación señala que donde la justicia es más cuestionada es donde proporcionalmente más han asesinado líderes. La hipótesis de los investigadores, es que en esos lugares las personas tienen menos incentivos para denunciar delitos.

Asimismo, revela que a los líderes no los han asesinado tanto por minería o coca como por tierras, porque donde hay solicitudes de restitución de tierras las bandas criminales son los principales asesinos. Su hipótesis es que en esos lugares dichas bandas están al servicio de élites locales que tienen intereses de concentración de tierra.

Han asesinado más líderes comunales que otro tipo de líderes, como afros, indígenas o de otras organizaciones, como líderes sindicales o ambientalistas. La hipótesis del estudio es que, tras el vacío de autoridad dejado por las Farc y el abandono histórico del Estado, los líderes comunales adquirieron mayor visibilidad pues son quienes gestionan las demandas de la gente en los territorios, lideran la resistencia civil y posibilitan la acción colectiva.