Connect with us

Columnistas

¿Qué ha sido del bien común? Análisis de la conferencia de Michael Sandel

Published

on

Por circunstancias especiales, me topé con una conferencia magistral del profesor y filosofo político Michael Sandel, debo reconocer que no sabia de su existencia, pero también reconozco que es de aquellos personajes que logran implantar la necesidad de debatir posturas que damos por sentadas, y porqué no, hasta de cambiar las opiniones sacramentales que poseeos sobre variadas temáticas.

La actual columna es un análisis de lo expresado en la mencionada conferencia, de la cual dejaré el enlace para que la puedan disfrutar. No siendo más, “Vamos Sancho”.

En occidente tenemos varias ideas canonizadas, como, por ejemplo: que “el mérito es la medida de lo justo” y “que la educación es la solución a todos los problemas sociales”.

Partamos de que nos encontramos en una sociedad de mercado, específicamente de libre mercado, claro está, con los límites que impone la Dignidad Humana y el  interés general (pilares del Estado Social de Derecho- Cont. 1991), pero sin olvidar que es una sociedad  de mercado al fin y al cabo, tengamos en cuenta que la primera parte de esa afirmación es la que nos gusta cumplir a quienes son como el suscrito, esto es, la de alcanzar nuestros logros dentro de las lógicas del mercado y  la competencia, de luchar por escalar socialmente a punta de garra y disciplina, y de incluso aplicar un poco de inclemencia contra el competidor, y esto es muy normal en el Derecho, donde para ganar en el litigio tienes que buscar todos los puntos débiles del contario y explotárselos en el pecho.

Pero hay que preguntarnos, qué pasa con la segunda parte de la afirmación; esto es; con la Dignidad Humana y el interés general, y sumémosle, que pasa con la felicidad real del ser humano, que pasa con el amor en la familia, la satisfacción personal de estar en el camino indicado, o con la alegría de querer que nuestros congéneres también estén bien, y que nuestros actos no solo originen un beneficio propio, sino que impregnen a quienes nos rodean.

Extraigo de las enseñanzas de Michael Sandel que existe una contradicción entre los valores del mérito y la educación y el contenido de los mismos, pues el nombre de tales virtudes y fenómenos están bien, pero no la sustancia que las alimenta, explico; el profesor cita en varias ocasiones su obra “La Tiranía del Merito” donde expone que el merito no puede ser visto como la panacea que nos ayuda a alcanzar la efectivización de otros escalones, como lo es el éxito económico, educativo, la justicia etc., pues dicho merito se nutre de enseñanzas y condiciones de egoísmo y desigualdad.

Por ejemplo, alguien realiza un examen para poder acceder a una prestigiosa Universidad, sin embargo, aunque se haya esforzado de forma excepcional, parte de una posición desventajosa, ante aquel que fue educado con profesores personalizados, fue a mejores colegios, le contrataron tutorías y refuerzos y tuvo acceso a mejor material y medios de estudios. Si partimos del mérito, ambos son dedicados y disciplinados, pero el segundo ha tenido mejores condiciones materiales para obtener éxito por sus esfuerzos. En este ejemplo, el merito no es un derrotero de lo justo, además hay que resaltar que una vez se excede a la educación superior, la Universidad se convierte en lo que el profesor Sandel llama “máquina de clasificar”, esto es, una replicadora de las lógicas que originan la desigualdad dentro del mérito, pues sigue ayudando a colocar en mejores posiciones profesionales, a quienes mejores medios han tenido para alcanzar sus objetivos, resaltando además, (lo que sigue es mío)  que los departamentos de bienestar universitario, poco hacen para ayudar a los estudiantes a crear una conciencia colectivista de las soluciones a los diferentes problemas, demás del poco o nada esfuerzo por fundamentar o enriquecer las otras competencias de los educandos, como lo es la familiar, psicológica y emocional.

Volviendo al centro del asunto, lo anterior quiere decir, que el merito personal por alcanzar estamentos de éxito, está ligado a condiciones previas de exclusión y discriminación. Considera el profesor Sandel, que se debería partir de condiciones igualitarias de oportunidades para que el merito sea la correcta medida de una sociedad justa, pero critica que esta medida es falaz en las circunstancias actuales.

El frenesí que traen las sociedades de consumo y el culto al individuo, al egocentrismo y el estrés propio de las sociedades competitivas, denigra de valores colectivistas y de mayor relevancia en la pretensión de plenitud de la existencia humana, y en suma, tergiversan el concepto de éxito personal, que no solo debería limitarse a los logros alcanzados por el “merito o el trabajo propio” sino, a que tan a gusto nos sentimos con nuestras familias, amigos y la sociedad, de cara a los sueños que hemos alcanzado o deseamos alcanzar.

En ultimas, ni el merito es la medida de lo justo, ni la educación es la solución de todos nuestros problemas, por la sencilla razón de que el contenido de dichas afirmaciones está permeado por las lógicas del mercado y el individualismo, por lo que los valores que creemos nos enriquecen, realmente están impulsando la erosión de la sociedad.  Actualmente la idea del merito como la conocemos, es una paradoja que camina en el sendero contrario al que originalmente busca, pues se alimenta de la discriminación previa, y cimenta la discriminación posterior.

Me gusta el capitalismo, pero usado para elevar el espíritu del individuo, respetando condiciones igualitarias de competencia para poder determinar que sujeto merece más, y cuyo principal fin, sea trabajar por un mayor bienestar social.

https://www.youtube.com/watch?v=ERRpg_FEMck