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“Utopía para realistas” un balance de las ideas del controversial libro. El caso de Finlandia

Por Edgar Jafet Hernández
Por allá en el año 2017, tuve la posibilidad de leer “Utopía para realistas” de Rutger C. Bregman un popular historiador y autor holandés. Que recogió en su libro una serie de investigaciones y posturas sobre temas como la renta básica universal, la semana laboral de 15 horas y un mundo sin fronteras y el papel de la felicidad en la vida y salud de las personas.
En su momento el libro que, si bien no presenta ideas completamente innovadoras, si aborda una temática compleja de una forma sencilla, pero al mismo tiempo con datos e información científica de soporte. Su lectura se hace amena y el abordaje a las temáticas resulta muy atractivo. Una de las ideas clave que defiende el autor a capa y espada es como ya lo mencioné la renta básica universal, lo cual supone dejar de condicionar ayudas a la búsqueda de empleo o al cumplimiento de determinadas condiciones.
Rutger Bregman se arma de experiencias estudiadas sobre pruebas de transferencias de dinero que, a la larga, afirma el autor, han resultado ser más exitosas y eficaces en comparación con procesos más complejos que buscan mejorar índices de empleo, salud, rendimiento escolar, entre otros. Afirma categóricamente que allí donde se han intentado dichas apuestas (Sillicon Valley, Canadá, Finlandia, Kenia), el autor reitera que un sistema de ayudas directas no condicionadas tiene mejores resultados.
Este año volví a leer el libro, 5 años después de la primera vez y me produjo curiosidad investigar precisamente si esas experiencias que el autor catalogó como exitosas, realmente generaron unos resultados que realmente ameriten esa definición. Empezaremos hablando de Finlandia el país escandinavo encerrado entre Rusia y Suecia. Finlandia es famoso por su excelente modelo educativo, su difícil lenguaje, su compleja relación con Rusia y unos dispositivos telefónicos virtualmente indestructibles, los celulares Nokia 1100.
Finlandia realizó un experimento social de gran escala muy relacionado con la idea de renta básica universal, es decir, darle dinero a la gente sin tener que trabajar para ello y sin contar con ninguna característica distintiva, como ocurre en Colombia, por ejemplo, con programas sociales como familias en acción, jóvenes en acción, etc. Que buscan beneficiar una población especifica en atención a sus circunstancias particulares.
Lo primero de todo es entender en qué consistió el experimento que adelantó el Gobierno Fines. Este experimento tuvo lugar entre 2017 y 2019, la premisa básica era verificar que sucedería si a miles de personas sin empleo, se les proporcionaba un ingreso fijo mensual sin ningún condicionamiento. Para tal situación se escogieron al azar 2 mil personas en todo el país y se les entrego alrededor de 600 euros (aprox 2.4 millones de pesos) al mes durante dos años.
Algunas de las hipótesis que pretendían ser comprobadas con el experimento, consistieron en establecer si recibir el dinero los motivaría a buscar empleo de forma más activa, a desarrollar una noción más rigurosa del sentido del ahorro, efectuar inversiones, o aumentar sus gastos. También buscaba determinar si tal política tendría un impacto en la salud y el bienestar general de la población beneficiada.
Ahora bien, los resultados del experimento no son malos, pero la verdad es que no es claro de dejar claro sobre si es una buena idea o no implementar este tipo de medidas en toda Finlandia, o incluso en otros países ¿Por qué? Lo primero es entender lo que se hizo y después ver los resultados del experimento.
Los investigadores estudiaron si ese ingreso podría incentivar a los beneficiarios a encontrar trabajo más que el tradicional subsidio de desempleo, que puede cortarse tan pronto como el receptor comience a ganar dinero.
Las primeras conclusiones indican que no tuvo un impacto significativo en buscar o trabajar más, solo se incrementaron en 6 días adicionales, comparado con aquellos que poseen un subsidio por desempleo tradicional.
Sin embargo, el estudio si arrojo resultados positivos frente al bienestar de la población, su felicidad y disposición generalizada hacia la vida. El análisis de los resultados determinó que la renta básica tiene un impacto en el bienestar. «Los receptores del ingreso básico estaban más satisfechos con sus vidas y experimentaron menos tensión mental que el grupo de control. También tenían una percepción más positiva de su bienestar económico», se lee en el estudio.
La renta básica también aumentó la confianza de los beneficiarios en los demás y en las instituciones de la sociedad y el Estado.
Hablar de renta básica es sin duda un tema controversial, al vivir en una sociedad que establece como mandato el ganarse el pan con el sudor de la frente, se desconocen las condiciones históricas de exclusión social, inequidades generalizadas, donde aun con condiciones “favorables” es un verdadero logro superar las condiciones sociales en que se nace. Actualmente además de Finlandia, que está considerando mantener el programa, con un cambio de enfoque, así mismo, existen países donde se ejecutan pilotos como Kenia, Canadá, Alaska (Estados Unidos), Italia, Francia y Países Bajos y existen propuestas en España de avanzar en lo mismo.
La renta básica pienso debe concebirse como un mecanismo que, permita suplir ciertas necesidades básicas a sus beneficiarios, pero al mismo tiempo y con el acompañamiento adecuado lograr que quienes lo reciban puedan transitar de una vida de privaciones a mejorar su calidad de vida y convertirse en miembros que a su vez, contribuyan a la sociedad.
Hay mucho por investigar, pero con las cosas que vemos en Países como Colombia, donde la prioridad de la inversión va al son que toque el gobernante de turno, no sería descabellado, orientar recursos en esta lógica.
