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Columnistas

El tren de los buenos tiempos

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Por: Iván David Correa Acosta

Todos alguna vez hemos escuchado a través de nuestros abuelos, la importancia que tuvo el tren a través de nuestra historia, de cómo se movilizaban pasajeros y grandes cantidades de carga hacia las ciudades portuarias. El tren constituyó una fuente importante de riqueza y de prestigio, no tanto como en México o Argentina, por enunciar ejemplos latinoamericanos. El café y el banano, dos emblemas agrícolas nacionales le deben mucho al tren, ya que gracias a este medio de transporte se sacaban toneladas desde las industrias manufactureras hasta los grandes puertos del caribe como fue el caso de Santa Marta y de Cartagena.

Sin embargo, hacia los años 70, el tren comienza su época de declive en Colombia al generarse una gran cantidad de pasivos, sobre todo por la gran cantidad de pensionados del sistema, una mala rentabilidad, así como también el sobredimensionamiento del sistema ferroviario que terminaron devorándose a los Ferrocarriles Nacionales de Colombia, otrora emblema nacional. Los números actuales son tremendos, Colombia tiene a 2024, 1875 kilómetros de vías férreas, uno de los indicativos más bajos de la región y del mundo, comparándolo con su PIB per cápita, considerando que el promedio es de 12.574 kilómetros, un índice verdaderamente bajo.

Por años, los gobiernos no han visto al tren como una alternativa clara al sector transporte del país, en especial por varias razones: La geografía sumamente accidentada del país, lo costoso que es un sistema férreo que tendría que empezar en muchas zonas casi que desde ceros, el hecho de que a pesar de que haría un complemento importante a las carreteras del país no mueve mucha carga en comparación con las apuestas de los últimos gobiernos en las 3G, 4G y 5G, entre muchas otras razones económicas y factibilidad.

Pero, por otra parte, el tren es un sistema que sí serviría para complementar el sistema de transporte de carreteras del país, es un sistema más limpio y más eficaz en muchos aspectos, además de que generaría más empleo y competitividad en el sistema de transporte del país, que siempre ha sido nuestro talón de Aquiles, un país sumamente agrícola, pero con trochas y vías primarias tan lejanas que son imposibles de transportar muchas mercancías, con materia prima increíble pero sin vías para llevarla a las grandes ciudades o a los grandes puertos. Es por esto que es importante que el esfuerzo gubernamental, que desde el gobierno Santos ha sido impulsado, hasta el gobierno actual pueda seguir materializándose y llevar por fin a Colombia al Tren de los Buenos Tiempos.