Columnistas
Construir democracia y más construir
Votar vale la pena cuando ese acto de sufragar se hace consciente, sesuda, reposada, analizada y coherentemente. Cuando por quienes se vota cumplen al menos los requisitos de honestidad, preparación, capacidad, voluntad de trabajo y servicio, proyección, horizontes, se han mostrado, probado y demostrado positivamente en sus condiciones y calidades mejores, sin que importen las muchas atrocidades y desventuras de otros muchos que perjudican el edificio societario, abonan con creces el desánimo y nutren la abstención, lo que no debe hacernos desfallecer en el propósito de construir sociedad y ciudadanía, por lo que no podemos permitirnos como ciudadanos dejar que los menos decidan por nosotros, en lo que es definitivo no perder nunca la perspectiva del mediano y del largo plazo, algo que en nuestro medio mucho solemos hacer, esto es, perder el horizonte.
Hoy el mundo asiste a una serie de transformaciones por todos conocidas que han cambiado el mundo, lo que obliga desde la participación activa, la construcción colectiva de regímenes democráticos acordes con las verdaderas realidades y propias necesidades poblacionales, implicando lo cual que los procesos electorales dejen de ser una transición formal legitimadora de un régimen que sólo es democrático en el discurso, para convertirse en espacios de seria reflexión y adecuada escogencia de las personas que han de representarnos.
Construir democracia y ciudadanía debe ser ese algo pertinente y plataforma donde podamos afianzarnos y depositar nuestra confianza, para a partir de allí hacer de nuestros propósitos la gran realización colectiva, ponernos acordes con la evolución del mundo de hoy, definirnos contra los autoritarismo siempre malsanos, imperfectos e inacabados, lo que señala una auténtica animación social; razón por la que debamos votar a conciencia, entender que el voto libera y bien puede ayudar a conquistar nuevos espacios en beneficio colectivo.
Fortalecer la democracia es urgente. Construir una mejor democracia y una superior ciudadanía, prioritario; más, cuando lo que está en peligro es la paz social ante la amenaza de la delincuencia de distinto origen y propósito que ha permeado las instituciones. Votar a conciencia debe traducir que se renueve nuestro sistema político, de allí que nuestro voto deba ser un sufragio útil que apunte a lograr las verdaderas, múltiples y apremiantes transformaciones que necesitamos en provecho de la masa poblacional y unidades territoriales todas de nuestro departamento.
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