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Entrevistas

“Mi interés es devolverle a la universidad lo que me ha dado”: Pablo Vera

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La Universidad del Magdalena está próxima a elegir nuevo rector. Pablo Vera Salazar, ingeniero civil egresado de la Unimagdalena y doctor en Administración y Dirección de Empresas, actual vicerrector de Extensión y Proyección Social, es uno de los candidatos para ocupar el cargo. OPINIÓN CARIBE le consultó sus propuestas, además de conocer sobre el análisis que hace de la situación actual de la Alma Máter y las estrategias de trabajo que propone desarrollar.

OPINIÓN CARIBE: ¿Cuáles son los lineamientos con los que plantea dirigir la Universidad del Magdalena?

PABLO VERA: En primer lugar, la propuesta se basa en más condiciones de inclusión, no solo sociales y económicas, también para las personas de condición diferente, un mayor acceso a madres cabeza de familia, cumplir un viejo anhelo del Magdalena de tener sede propia en el sur del departamento, incluso a mediano plazo en el centro. Tenemos un contexto político, alcaldes de El Banco y Fundación han incluido en su Plan de Desarrollo la posibilidad de que la universidad esté presente.

Los mejores estudiantes podrán ingresar a la Universidad del Magdalena, eso significa que se trabajará con el Distrito para fortalecer el fondo de becas y avanzar hacia una disminución de las matrículas para el estrato 1.

En segundo lugar, una apuesta por la innovación, la universidad tiene una capacidad científica importante que la actual administración ha privilegiado con la formación de sus profesores, por esa política pude cursar mi doctorado en temas de innovación y con la capacidad de la universidad podemos contribuir al desarrollo del territorio, a través de la transferencia de tecnología y conocimiento en las empresas del sector público.

Hemos propuesto la creación de una agencia de desarrollo local que sea un aliado estratégico de los alcaldes municipales, es decir, que nosotros acompañemos a los alcaldes en la formulación y estructuración de proyectos de desarrollo social, productivo económico y de inclusión. El concepto de innovación nosotros lo entendemos como una forma diferente de hacer las cosas, hacer lo mejor y utilizar la tecnología. Queremos introducir el concepto de ‘smart university’, que nuestro campus sea inteligente por utilizar paneles solares, aprovechar el agua para los sistemas de riego, crear estructuras artificiales para la recarga de nuestro acuífero.

Una universidad de excelencia académica debe ser dirigida por doctores, nuestra política será atraer a los mejores egresados y formarlos en maestrías y doctorados en universidades del exterior, así como nosotros tuvimos la oportunidad, para que retornen y se incluyen de manera activa a la universidad. En este momento, somos cerca de 53 profesores con doctorado y necesitamos llegar a 200.

O.C: ¿Qué proyectos de los que hoy quedan en curso podrían ser sus abanderados?

P.V: Hemos tenido un atraso grande en infraestructura, los dos edificios de aula que tenemos están previstos para una población de 7 a 8 mil estudiantes, hoy son casi 17 mil, eso ha creado condiciones de hacinamiento que tienen un efecto sobre la calidad académica. Debemos impulsar y dinamizar la construcción de las obras que ya adjudicó el rector en este último año de gobierno después de 7 años, para que se terminen en el tiempo previsto, mientras tanto, necesitamos garantizar una infraestructura en la sede centro.

Voy a invertir en el área deportiva, hemos hablado con el alcalde la posibilidad de que en el marco de los Juegos Bolivarianos se puedan hacer algunas inversiones en infraestructura que le sirva a la ciudad, pero también a la universidad. Vamos a construir parques biosaludables, en el interior de la institución es una buena práctica y nuestro campus lo permite. También pensar en un centro de convenciones o una cancha cubierta, creo que con una alianza pública privada se puede tener el centro de convenciones que a la ciudad le atraería el turismo académico, de eventos y congresos.

O.C: ¿Qué falencias le ve a la universidad en estos momentos?

P.V: La universidad tiene la necesidad de generar más cupos, porque muchos jóvenes no pueden acceder a la educación superior y en ese aspecto, la Alma mater se solidarizó y aplicó las políticas del Ministerio en ampliar la cobertura, pero cuando no se cuenta con la planta adecuada de docentes, los laboratorios, entre otros, se genera un problema de calidad que empeora la situación. Hoy, tenemos cohortes de 200 estudiantes en derecho y no se hizo la planificación necesaria. En cuanto a lo académico, hay debilidades, somos conscientes de eso, tenemos muchas fortalezas, pero debemos mejorar.

Hasta que no tengamos una infraestructura adecuada, no podemos ampliar más cupos en las carreras, debemos aprovechar la capacidad que se tiene para crear otro tipo de ofertas, la formación técnica y tecnológica se ha acabado, se deben tener carreras tecnológicas de acuerdo con las necesidades del sector productivo y a las inversiones del desarrollo vial en todo el Caribe, debemos formar técnicos en topografía, suelos y obras civiles.

O.C: Usted tiene una historia de vida muy particular, ¿cómo inculcarle al estudiante que el estudio es la clave del progreso?

P.V: Muchos jóvenes no creen que mediante el estudio es posible que la gente se pueda superar, creo que uno debe dar ese ejemplo, salí de ser vendedor de la playa a ser doctor. Siempre cuento que el machuelo que halaba con el trasmallo en Playa Salguero, luego me lo terminé comiendo en Lisboa, ya no como pescador sino como turista. Yo estaba allá gracias a mi perseverancia en los estudios, debemos inculcarles a los jóvenes que, con la disciplina y trabajo duro, sí se puede.

Sueño que la universidad a través de la Casa Museo de ‘Gabriel García Márquez’ tenga un programa sobre la literatura del Caribe para que formemos escritores en la tierra del realismo mágico. Invitar a los artistas para que le apuesten a la formación académica.

Necesitamos identificar el potencial de los jóvenes, hemos entendido las inteligencias múltiples, no todos somos buenos para todo, creo que el gran problema del sistema educativo es, que a veces frustra las inteligencias al no reconocer y pensar que todos tenemos un tipo de inteligencia.

O.C: Muchos estudiantes se quejan de la dificultad para hablar con el actual rector, inclusive administrativos y docentes, ¿será usted un rector más cercano a los estudiantes y docentes?

P.V: Los estudiantes necesitan y quieren un rector más cercano a ellos, creo que es el rector quien debe salir del edificio administrativo a buscarlos, es el primero que tiene que dar ejemplo de eso, debe caminar por los salones, hablar con los profesores y así es más fácil escuchar y resolver los problemas, cuando una está aislado en lo administrativo es difícil tomarle el pulso a la institución.

O.C: La Universidad pública siempre ha sido un centro de debate, ¿la Universidad del Magdalena ha perdido ese horizonte? ¿Qué ha pasado con la ideología de ese estudiante con ganas de transformar su entorno?

P.V: Está desideologizado, la mayoría de los estudiantes le presta más atención al reality. De manera equivocada la universidad se excede en las fiestas y no comparto eso, se hace una bienvenida de primer semestre y tiene la parte espiritual, luego les ponen ‘el serrucho’, no saben si hacerle caso a Jesús Adrián Romero que habla de valores o al otro cantante, a partir de ahí, entran en otra órbita.

Hay grupos de estudiantes del uribismo, seguidores de Robledo, de Fuerza Ciudadana, de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil, entre otros, que tienen ideologías, pero son minoría.

O.C: ¿En qué momento se perdió el debate en el interior de la Universidad del Magdalena?

P.V: En la medida en que la universidad se ha ido masificando, de cada cohorte de 200 estudiantes de derecho hay de 2 a 4 con sentido crítico, los que hablan, se cansan, porque nadie quiere que alcen la voz, por tanto, se dejan llevar por la manada, por eso, he propuesto crear la escuela de liderazgo, hay que reactivar lo que viví cuando fui estudiante, éramos menos de 2 mil y debatíamos entre comunistas, los del Movimiento Obrero Independiente Revolucionario – Moir, grupos que creíamos en algo.

Hoy han percibido que el que se queja termina sancionado o estigmatizado, es una cultura subliminal. Ejemplo, si pasa una carta quejándose, no lo escogen para ayudantías, se cometen esos errores, al estudiante no se le debe seleccionar en función de lo que piensa o no.

La universidad debe recuperar su expresión política de debate, en estos momentos hay demasiados odios, no hay ideologías en aras de luchar por mejorar el entorno, la ciudad o la región, por ejemplo, me quieren asociar con las falencias del ex rector Carlos Caicedo, pero lo positivo que fue lo que yo impulsé, no- ninguno de ellos estaba aquí-, dicen que la parte buena de la refundación es de la universidad y las malas de Pablo Vera.

Están haciendo una campaña para que la universidad regrese a la época del terror, porque soy una persona de debate, señalan que voy a dañar el clima, Carlos Caicedo abrió más de 20 programas cuando la universidad estaba en crisis, estos ocho años han sido de superávit y no hemos dado para hacer, quieren ponerlo a uno en los extremos, que se es de un lado o de otro, soy ecléctico, veo el mundo con diferentes matices.

Quiero ser rector y que esté el alcalde Rafael Martínez, la gobernadora Rosa Cotes, el representante a la Cámara Eduardo Díaz Granados, entre otros. No me interesan las relaciones personales de ellos, me interesa que la clase política trabaje en función de la universidad.

O.C: Hace tiempo los congresistas se han alejado del Alma Máter. ¿Qué opina de trabajar con ellos? Ya Eduardo Díaz Granados está haciendo propuestas. ¿Qué le parecen?

P.V: La universidad debe trabajar con la clase política, con los diputados, los concejales, la autonomía no significa aislarse, aquí hay que dejar de ‘satanizar’ a la clase política, porque nosotros mismos hemos impulsado el descrédito de ella. La clase parlamentaria tiene una función que cumplir, hay que trabajar con lo que hay, es lamentable que hoy sólo tengamos a un senador, y casi no contamos con ninguno, porque siempre es de la oposición.

En la Universidad de La Guajira todos trabajan para nacionalizar a la universidad, es un viejo anhelo que se tiene aquí y toca hacerlo, porque si no se nacionaliza, no se equilibran las transferencias como si lo llevan a cabo las otras universidades públicas. Todos en torno a lo mismo, decirle al Gobierno Nacional que asuma la parte de pasivo pensional y mejore la transferencia.

Cuando trabajé con Caicedo, tuvimos gente de la política, Jaime Noguera llegó por Miguel Pinedo y eso no lo volvió menos funcionario, eso de ‘satanizar’ porque vino recomendado de un político, no debe ser así; Mercedes de la Torre lleva años en la universidad, recomendada por José Dávila, ya no está con él; Edilson Palacio por Jorge Caballero y estuvo trabajando con nosotros bastante tiempo. El problema no es que recomienden, lo imprescindible es que sea una persona trabajadora y honesta.

Si dicen que no sé quién es cuota de fulano, aquí, quién no es cuota de alguien, cuál nueva clase política, Miguel Pinedo cuando lanzó a José Pinedo a la gobernación, Rafael Martínez le decía que era la misma clase política de apellidos tradicionales, y él le respondió, que, si él era candidato al Concejo, luego aspiraba a seguir un periodo más, luego en la Asamblea, y por qué no un Congreso, después de esa primera elección será un político tradicional, porque la novedad solo duraría la primera vez.

O.C: Hace algunos años era una universidad con poca incidencia sobre el entorno, ahora impacta la vida política, porque uno de sus egresados es el actual alcalde y usted es aspirante a la rectoría del Alma Máter. ¿Seguirá generando espacios para ese liderazgo?

P.V: Claro que sí, por eso he dicho que se debe crear la escuela de liderazgo universitario y desarrollo social, para que se formen nuevos líderes de los partidos que quieran, pero líderes. Por eso le apostamos a la innovación, para que se formen nuevos empresarios, que dentro de 5 o 10 años se pueda decir que las empresas exportadoras son de los egresados de la Universidad del Magdalena.

Lo que está mal es que la universidad se politice, se les debe inculcar a los estudiantes y docentes, liderazgos políticos, qué bueno sería que el rector con gran suficiencia llegue al Congreso, como ha ocurrido con otras universidades; uno no da de lo que no tiene y no puede pretender quedarse toda la vida ahí, porque no hay cuerpos gloriosos. Puedo ser rector cuatro años y quizás otros, pero no me quedo, Dios no me mandó para perpetuarme en la universidad.

O.C: ¿A quién le pertenece ese cuerpo?

P.V: Habrá que preguntarle a quién han encargado de la rectoría 198 veces en estos ocho años, he sido encargado tres veces, llegué y aprobé una especialización y una maestría, habría hecho más. No soy yo, maestro; una vez me dijeron que servía para alcalde y así no habría aguantado ni la campaña cada quien tiene lo suyo, y yo hablo clarito por mí mismo.