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La inequidad de la educación superior
En pleno Siglo XXI cientos de bachilleres no tienen acceso a la U
La Universidad del Magdalena incumple el sentido social por el que fueron constituidas las universidades públicas del país, por cuanto ha centralizado su oferta académica en Santa Marta.
Educar a los jóvenes es la mejor arma que tiene un país para defenderse de la pobreza y de la desigualdad social. Esta premisa conocida por todos, se incumple en el Magdalena. En pleno Siglo XXI todavía es catalogado como privilegio acceder a la educación superior pública en los municipios, no todos tienen la fortuna de asistir a una universidad, las condiciones de pobreza y la falta de oportunidades educativas, lleva a que jóvenes talentosos se pierdan en la drogadicción y en la delincuencia.
Lo anterior es irracional, cuando el Departamento cuenta con una de las mejores universidades de la Región Caribe, como es la Universidad del Magdalena, acreditada institucionalmente por alta calidad por el Ministerio de Educación Nacional. La mayor crítica hecha a esta institución es la centralización de su oferta académica, ampliándose cada día más la brecha de la inequidad educativa contra la que tanto lucha el Gobierno Nacional.
Los bachilleres del Magdalena solo tienen dos opciones, tratar hasta lo indecible por ingresar a la universidad y romper cadenas de pobreza o ayudar a sus padres en sus labores diarias. Situaciones que en otros departamentos han sido mitigadas con la descentralización de la educación superior. Universidades como la de Bolívar, Atlántico y Cesar muestran mayor interés en llevar su oferta académica a las subregiones que la propia Unimagdalena.
Cada año en el municipio de Zapayán se gradúan aproximadamente 250 bachilleres, de los cuales el 80% hace parte de los índices de pobreza multidimensional, es decir, si desayunan no almuerzan o viceversa. Son pocas las posibilidades que tienen de mejorar su condición de vida y sin acceso a la educación les queda difícil cruzar esa línea.
“Desafortunadamente tenemos pocas probabilidades de ingresar a la Universidad del Magdalena, su oferta académica se encuentra centralizada en la Capital y observamos que no existe la intención de regionalizarla”, señala el alcalde de Zapayán, Manuel De La Cruz.
Para la población de este municipio es paradójico que la Universidad del Sur del departamento del Atlántico muestre mayor interés en ofertar sus carreras profesionales en las subregiones del Centro y del Río de este ente territorial, que la propia Unimagdalena.
De materializarse esta iniciativa, se beneficiarían los jóvenes de los municipios de Salamina, Cerro de San Antonio, Concordia, Remolino, Sitio Nuevo, El Piñón, Zapayán, Pijiño del Carmen y Pivijay. “A la Unimagdalena le hace falta iniciativa y nuestros bachilleres solo tienen esperanza en ser los mejores para ingresar a los programas que ofrece el Estado para ingresar a la educación superior y tener una mejor calidad de vida. Aquí somos pobres, si se come no se desayuna o cena; en esa dimensión los padres no tienen para mandar a estudiar a sus hijos a Santa Marta”, afirma el alcalde De La Cruz.
La Constitución Política fundamenta la naturaleza del servicio educativo indicando, que ‘se trata de un derecho de la persona, de un servicio público que tiene una función social y que corresponde al Estado regular y ejercer la suprema inspección y vigilancia respecto del servicio educativo con el fin de velar por su calidad, por el cumplimiento de sus fines y por la mejor formación moral, intelectual y física de los educandos. También se establece que se debe garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las condiciones necesarias para su acceso y permanencia en el sistema educativo’.
Esta premisa consignada en la Constitución Política de Colombia se incumple en gran parte del territorio magdalenense, porque no se asegura a los adolescentes las condiciones para que accedan a esta. Un reflejo de esta situación es Salamina, donde de los 350 egresados este año de la educación media, solo el 2% tiene la oportunidad de cursar una carrera profesional.
“Los estudiantes no tienen acceso inmediato a la educación superior, la Universidad del Magdalena debe venir a ellos, es importante que su oferta se extienda por lo menos a las subregiones, porque los municipios pagamos la estampilla y ninguno se ve beneficiado con esos recursos”, indica el alcalde de Salamina, José Díaz.
La vocación del municipio de Salamina es la agricultura, es decir, la mayor parte de la población se dedica a cultivar, lo cual no genera altos dividendos para que un padre mande a estudiar a su hijo a la capital, se requiere del pago semestral de la carrera, del sostenimiento y alimentación.
EL SENTIR DE TODOS
Si por Salamina llueve, por Pijiño del Carmen no escampa. Ciento setenta jóvenes se graduarán este año de bachillerato y muchos de ellos, por no decir que todos, no tuvieron recursos para pagar el examen de admisión de la Universidad del Magdalena.
“Es preocupante el manejo que le dan a la educación superior, la única universidad pública que tenemos en el Magdalena y no tenemos presencia de ella en las subregiones. Los jóvenes no tienen dinero para ir a estudiar a Santa Marta, es más, ni siquiera para hacer el examen, ahora van a tener para el sostenimiento. Ella es la que debe venir a cumplir su razón social a nuestros municipios”, expuso Orlando Machado, alcalde de Pijiño del Carmen.
Si bien existe la remota posibilidad de la construcción de dos sedes de la Universidad del Magdalena en Plato y El Banco, la Subregión Centro del departamento solicita a la clase política tenerlos en cuenta y se construya una en Santa Ana, debido a que la población continuará alejada de estas sin mayores posibilidades de acceder a una carrera profesional.
La educación superior es de vital importancia para el desarrollo y competitividad de una región. El gran reto de la nueva administración de Unimagdalena en cabeza del Ingeniero Pablo Vera Salazar, es la de educar a la mayor cantidad de jóvenes para abrir las puertas hacia un mejor futuro y bienestar de ellos, sus familias y del Magdalena.
LA VOLUNTAD POLÍTICA
El llevar oferta educativa superior a los municipios del Magdalena, también es un tema que involucra a la clase política de este departamento, que poco o nada ha hecho para cerrar durante años la brecha de inequidad educativa existente en el territorio magdalenense. Parece que hasta ahora despertarán del letargo en que han estado sumidos.
El alcalde de Ariguaní, Rivelino Mendoza, asegura que la descentralización de la oferta institucional de la Universidad del Magdalena, no se ha dado durante muchos años por la falta de voluntad política de los alcaldes que son los responsables de gestionar este tipo de iniciativas.
“Solo asistió un alcalde a una reunión tan importante como era la socialización del proyecto de la construcción de la sede en Plato”, afirma Rivelino Mendoza, quien ha expresado la intención de donar un predio y unos recursos para cofinanciar la construcción de una sede de la Unimagdalena en su municipio, porque este año egresarán 340 bachilleres.
“Como Plato continúa con sus problemas de gobernabilidad, propuse que se construya en nuestro municipio esta sede. No es culpa de la Universidad del Magdalena la descentralización de esta, son los alcaldes que deben gestionar las becas, los subsidios para este tipo de proyectos”, sostiene el Alcalde de Ariguaní.
La Universidad del Magdalena, al constituirse en una de las instituciones educativas más importantes de la Región Caribe, tiene grandes retos frente a la calidad y cobertura de la educación superior en el departamento; esto acompañado de un adecuado y transparente manejo de los recursos que permitan garantizar la formación de los jóvenes magdalenenses.
Otro de los grandes desafíos es la apertura de por lo menos una sede que atienda a diversos municipios y así se pueda contar con la presencia institucional en todo el territorio departamental. Adicionalmente, fomentar la apertura de centros de investigación y desarrollo tecnológico.
“Ojalá se pudieran crear estrategias entre gobernador, alcaldes y demás entidades públicas y privadas encaminadas a eliminar las barreras de acceso, que tiene la población juvenil a la educación superior. Así mismo, abrir puentes para que estos puedan acceder a fuentes de empleo, generando un impacto integral para garantizar bienestar”, dice el senador Honorio Henríquez.
Otro de los puntos que no se debe olvidar es la reducción de los niveles de deserción estudiantil. Se deben constituir mecanismos para que los jóvenes permanezcan en la universidad y no abandonen su carrera a mitad de camino. “Desde el Senado de la República estaremos dispuestos a apoyar e impulsar cualquier iniciativa encaminada a fortalecer la educación superior de los jóvenes del departamento”, aseguró el senador Henríquez.
En este sentido, el parlamentario Ángel Cabrera, presidente de la Comisión Sexta del Senado de la República, dijo que los recursos se han incrementado para las universidades públicas con el fin de que cumplan las metas. Fue aprobada la Estampilla Todo para Universidades Públicas, donde los primeros cinco años el 80% fue para la Universidad Nacional y el 20% para el resto del país; y al quinto año este mecanismo es revertido, todas tienen el 80% de los recursos y el 20% para la Nacional.
“De aprobarse la Reforma Tributaria, un porcentaje del IVA tendría un destino social para financiar la educación superior pública, seguiremos fortaleciendo a las universidades públicas”, aseguró el senador Cabrera, quien manifestó que el mayor reto de los rectores es corregir los problemas en la parte administrativa, porque muchas veces no son eficientes o hacen un manejo presupuestal inadecuado. Se debe lograr la eficiencia administrativa para fortalecer la educación pública.
Por su parte, el concejal de Santa Marta, Carlos Pinedo Cuello, destacó el avance que tuvo la Universidad del Magdalena bajo la administración de Ruthber Escorcia Caballero y espera que esta gestión la continúe el nuevo rector Pablo Vera Salazar.
“La Unimagdalena ha avanzado y el rector entrante va hacer lo propio. Esta institución está abierta para municipios y otros departamentos, porque si acuden estudiantes de otros lugares es porque la educación ofrecida en esta institución es buena”, señala el concejal Pinedo.
Los alcaldes de la Subregión Centro y Río guardan la esperanza de que la descentralización de la Universidad del Magdalena se dé en sus municipios. Mientras tanto, gestionan ante la Universidad del Sur para que se instale una sede donde se ofrezcan programas de la Universidad del Atlántico, del Sena y de la Esap.
LA EXCELENCIA DE LAS UNIVERSIDADES
La universidad de excelencia del futuro no será esa ‘torre de marfil’ de la que se hablaba hasta hace poco tiempo. Tampoco será un centro de formación cuyo objetivo principal sea que los estudiantes obtengan un título, sin preguntarse demasiado si los conocimientos impartidos sirven a sus estudiantes y no se encuentran muy alejados del mundo laboral. La redefinición de la misión universitaria va más allá del cambio de contenidos y métodos educativos. La universidad está comprometida también con la formación de la sociedad en su conjunto, con la elevación de sus niveles medios de formación y su productividad, de la que depende su progreso económico y bienestar social.
UNIVERSIDADES ACREDITADAS
La Universidad Libre, la Universidad Pedagógica Nacional, la Universidad del Magdalena y la Institución Universitaria Tecnológica de Antioquia son las cuatro instituciones que recibieron este año la Acreditación Institucional de Alta Calidad. El reconocimiento de estas cuatro instituciones beneficia cerca de 76.701 estudiantes.
La Universidad del Magdalena es la primera de Santa Marta en recibir el reconocimiento y la segunda de carácter público en la región, además, el Ministerio de Educación ha reconocido que la Unimagdalena es un ejemplo de resiliencia después de ser testigo de la violencia dentro de su campus.
CALIDAD EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR
La calidad de la educación superior es la razón de ser del Sistema Nacional de Acreditación, así entendida, supone el esfuerzo continuo de las instituciones para cumplir en forma responsable con las exigencias propias de cada una de sus funciones. Estas funciones que, en última instancia pueden reducirse a docencia, investigación y proyección social, reciben diferentes énfasis en una institución u otra, dando lugar a distintos estilos institucionales.
¿CÓMO SE DETERMINA LA EXCELENCIA?
El Consejo Nacional de Acreditación para determinar la calidad de una institución tiene en cuenta las características universales expresadas en sus notas constitutivas.
- ?Los referentes históricos, es decir, lo que la institución ha pretendido ser, lo que históricamente han sido las instituciones de su tipo y lo que en el momento histórico presente y en la sociedad concreta se reconoce como el tipo al que esta institución pertenece.
- ?Lo que la institución, singularmente considerada, define como su especificidad o su vocación primera.
- ?La evaluación de la calidad en el marco de la acreditación en Colombia implica un ejercicio interpretativo a través del cual el desempeño de las instituciones y programas es reconocido en el contexto social, económico, ambiental y cultural en el cual se inserta y cobra sentido.
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