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Internacional

Errores humanos: Causa del accidente del Chapecoense según Aerocivil

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Aeronáutica Civil de Colombia afirma que el accidente de avión en el que viajaba el equipo de fútbol brasileño Chapecoense se produjo «por un factor humano”, según el informe preliminar del incidente
Las irregularidades que han terminado en negligencias comenzaron desde el despacho del vuelo en Bolivia. El plan de vuelo de LaMia (empresa no regular, solo presta servicio de chárter) certificaba que el aparato solo podía volar a 29.000 pies de altura y durante el vuelo alcanzó los 30.000.

El informe asegura que el avión salió de Santa Cruz en Bolivia con el combustible al límite, es decir, el tanque estaba lleno, pero no con la gasolina de reserva que establece la normativa internacional para volar una hora y media más allá de destino.
Según el secretario de Seguridad Aérea de Aerocivil, coronel Fredy Bonilla, las grabaciones de la cabina de mando del avión boliviano muestran que el piloto y el copiloto conversaron sobre la posibilidad de hacer una escala en Leticia (Colombia) o en Bogotá «porque se encontraba en el límite de combustible», pero finalmente no lo hicieron.

Otro de los factores que apuntan a que la cadena de errores sería la falta de comunicación del piloto con la torre de control del José María de Córdova, para advertir de la gravedad de su situación minutos antes del descenso final

Cuando el piloto pidió a la torre de control que le permitieran aterrizar, pese a que todavía no estaba en la aproximación a la pista, no informa que ya se le han apagado dos de los cuatro motores. Además, cuando el tercer motor se ha apagado, se escucha en los audios divulgados cómo la torre le pregunta si necesita algún servicio adicional en tierra por una posible emergencia, y el piloto responde que no.
A su vez, 4 minutos antes del accidente se le apaga el cuarto motor y se produce el fallo eléctrico total, de la cual el piloto informa por un sistema primario ya que el resto había quedado desconectado por la falta de energía.
En su última conversación, el piloto pide «vectores» mientras desciende sin autorización para aterrizar. La torre le pregunta entonces su altitud y le informa de que todavía está a 8,2 millas (unos 13,1 kilómetros) de la pista, pero el avión ya no responde y todo queda en silencio por el impacto del aparato, que se produce a unos 230 kilómetros por hora.

La aeronave además habría partido con el exceso de peso, «despegó con 500 kilos más», pero esto no es un “factor prioritario” para el accidente según el secretario de Seguridad Aérea de Aerocivil, coronel Fredy Bonilla