Análisis
Fondo de Adaptación no garantizó protección al Magdalena
Iniciada la temporada de lluvias, el desbordamiento del río Magdalena deja cerca de 2 mil damnificados en El Banco, situación que denota el peligro de grandes inundaciones en las poblaciones magdalenenses.
La carencia de gestión política y el desconocimiento para manejar el riesgo, mantienen al Magdalena en vilo ante los embates del río que lleva su mismo nombre, el cual ha dejado apenas en el inicio de la temporada de lluvias a más de dos mil familias damnificadas en El Banco, donde parecen estar resignados a ver como la corriente se lleva cada uno de sus sueños.
Este panorama es similar en todas las poblaciones del Departamento, hoy vulnerable ante la llegada de una temporada de lluvias similar a la del 2010, donde el segundo ente territorial más afectado a nivel nacional con el fenómeno de ‘La Niña’ fue el Magdalena, sin embargo, el Fondo de Adaptación no le adjudicó recursos para ejecutar obras que resolvieran esta problemática, como sí sucedió en el Atlántico.
“El Fondo de Adaptación fue mal orientado”, dice una fuente consultada que pidió reservar su nombre por seguridad. A esta afirmación se le suma la debilidad política de los congresistas, los dos habilitados en ese momento, a quienes les faltó mayor gestión para apoyar desde el Gobierno Nacional las solicitudes realizadas por los alcaldes de ese momento y el gobernador encargado, general (r) Manuel José Bonett, para que estas se materializaran. Dependía de la voluntad burocrática para que el departamento obtuviera recursos para pensar en una solución definitiva a la problemática de las inundaciones.
Además, los magdalenenses se ilusionaron cuando la Presidencia de la República creó el Fondo de Adaptación para manejar recursos por el orden de los 9.8 billones de pesos para reconstruir las zonas afectadas por ‘La Niña’, sobre todo cuando designaron a Carmen Arévalo Correa y posteriormente a Cecilia Álvarez Correa, como gerentes de esta cartera, ambas coterráneas, pero al Magdalena no le fue muy bien con ellas, lo que se evidencia en la vulnerabilidad del Departamento ante los desastres naturales.
“No se construyeron obras de protección, no vimos los dineros que les fueron asignados a poblaciones como El Banco, solo reconstruyeron con materiales de baja calidad las aulas, pero no se hicieron obras de protección definitivas, por eso estamos inundados”, señala Víctor Rangel, alcalde de El Banco.
Los recursos del Fondo de Adaptación fueron manejados directamente desde el Gobierno Nacional, para, según sus funcionarios a cargo de esta cartera, ‘blindarlos’ de la corrupción. “Este organismo se politizó, hace parte de la ‘mermelada’ regional y porque nuestra clase política en los últimos años ha sido débil, no se ha unido para obtener los beneficios para invertir en lo realmente importante.
Magdalena no fue beneficiada con recursos del Fondo de Adaptación para construir un megaproyecto que permitiera protegerlo del desbordamiento del río, como sí se destinó para el Canal del Dique en el Atlántico. “El Fondo de Adaptación fue mal orientado. Le hizo ‘pistola’ al Departamento, no lo vincularon al presupuesto para ejecutar obras importantes.
En 2014 fue que aparecieron los recursos para educación y salud, cuando estos debieron ser asignados en el 2011”, subraya la fuente técnica consultada.
Según el informe del Fondo de Adaptación, las inversiones en esta zona del país se direccionaron a la reconstrucción de las instituciones educativas, puestos de salud, sistemas de agua potable y alcantarillado y rehabilitación de algunas vías de acceso, contratadas, en su mayoría, desde el 2013 con fecha de entrega 2016. Las inversiones oscilan entre los 9 mil y 16 mil millones de pesos.
En este sentido se aprobaron recursos para la rehabilitación de infraestructuras deterioradas por el fenómeno de ‘La Niña’ 2010-2011, desconociendo los estudios de riesgo, planearon reconstruirlas en las mismas zonas, es decir, cada vez que se inundaran los municipios, estas obras se verían afectadas, debido a que no se implementaron soluciones de fondo.
El Fondo de Adaptación no le ofreció la posibilidad al Magdalena de reconstruirse, a sabiendas que fue el segundo del país más afectado con el fenómeno de ‘La Niña’. Esto fue ratificado por la exgerente de esta entidad, Cecilia Álvarez, en la visita que realizó en el 2011 al Palacio Tayrona. “Tenemos una gráfica impresionante de los municipios del Magdalena, somos una entidad que pretende dar soluciones definitivas”.
La exgerente Álvarez Correa recalcó que la entidad tendría como fecha límite hasta diciembre de 2014, afirmando que “no existiremos eternamente”, aseveración que no se ha cumplido, porque su vigencia fue extendida hasta el 2019, algunos se atreven a decir que este organismo estará por mucho tiempo porque “es la ‘caja’ menor del presidente Juan Manuel Santos y de muchas campañas políticas del país”, dice la fuente consultada.
SIN OBRAS, NI PLATA
Después de cinco años de recorrer los municipios beneficiados con recursos de Colombia Humanitaria y el Fondo Nacional de Adaptación, se observan infraestructuras inconclusas y las que están, se encuentran deterioradas. “Esas obras no existen, el Estado asignó unos recursos que sólo servían para mitigar la inundación, no para solucionar definitivamente el problema, nos seguiremos inundando porque estamos sin protección”, afirmó la fuente técnica consultada.
En esta época, nadie da razón de los muros de contención y jarillones financiados por Colombia Humanitaria que asignó 25 mil millones de pesos para obras de rehabilitación menores, 19.725 millones de pesos para mayores y 13.337 millones de pesos para la contención de cuerpos de agua en el 2011.
Algarrobo fue beneficiado con 249.650 millones de pesos invertidos en la construcción de un muro de contención con bolsaconcreto en la ribera del río Ariguaní en el sector La Finca, Santa Lucía y El Ensueño. Además, con 249.840 millones de pesos para la instalación de sacos suelos de contención sobre la margen derecha del río Ariguaní en Las Américas.
Aunque se contrataron estas obras en Algarrobo, la alcaldesa Maribel Andrade, asegura, que su municipio se encuentra desamparado. “Los jarillones que tenemos fueron construidos con arena, la plata invertida se perdió, nuestra población esta desprotegida”.
Los cataqueros viven similar situación. En este municipio fueron invertidos 249.228 millones de pesos en la rehabilitación del colector de aguas lluvias, estructura y protección en el gavión revestido en los corregimientos Buenos Aires y Sampués.
“El río inunda a Aracataca por Buenos Aires y Sampués, porque al muro de contención lo dejaron incompleto. El Presidente conoce la situación, es necesario que programemos menos reuniones y comencemos de alguna manera a concretar proyectos de infraestructura”, exigió el alcalde Pedro Sánchez.
El informe sobre las inversiones ejecutadas en el Magdalena con recursos de Colombia Humanitaria entre el 2011-2013 indica que en Ariguaní fueron invertidos 248.819 millones de pesos en obras de prevención de desastre en el arroyo El Coqueto, mientras que Cerro de San Antonio fue beneficiado con 750 millones de pesos para obras protección en Boca de Caño, en la Ciénaga de Cerro de San Antonio y para la construcción de un terraplén en el corregimiento La Candelaria.
A Ciénaga, por su parte, le aprobaron 249.972 millones de pesos para la construcción del dique de defensa del corregimiento Sevillano y a Concordia le asignaron para la ejecución de dos boxcoulvert en los corregimientos ‘Orlando Iglesias’ y El Zumbón, 115.532 millones de pesos y 96.407 millones de pesos respectivamente.
Con la suma de 249.425 millones de pesos fue beneficiado El Piñón para el reforzamiento del jarillón entre este municipio y Salamina, mientras que a Fundación le giraron cerca de 249.958 millones de pesos para la construcción del muro de contención en concreto en la cabecera municipal.
Pijiño del Carmen resultó beneficiado con 248.213 millones de pesos para la construcción del dique en Cabrera. Para Puebloviejo, Colombia Humanitaria desembolsó 177.853 millones de pesos para mantenimiento de los muros de contención de Palmira y Tasajera.
Remolino obtuvo la aprobación de 998.786 millones de pesos para la construcción de terraplenes en los corregimientos Santa Rita, La Victoria y Salao. También el municipio de Salamina fue beneficiado con 998.233 millones de pesos para reforzar los diques en Guáimaro y Matadero.
Para San Sebastián la partida aprobada fue de 995.973 millones de pesos, ejecutados en la construcción de diques en los corregimientos El Coco, La Pacha, Los Galvis y Buenavista. El municipio de San Zenón recibió según el informe de Colombia Humanitaria 996.128 millones de pesos para la construcción de tres diques en el barrio San Martín, en Bermeja y Santa Teresa.
En Santa Bárbara de Pinto fueron invertidos, según informe, 749.333 millones de pesos en dos gaviones en Cienagueta y Tierra Grata, respectivamente. Estos recursos no fueron suficientes para mitigar el riesgo debido a que no fueron terminados.
“No se sabe qué hicieron los recursos porque se contrató la construcción de un dique en Barro Blanco y este quedó a media marcha. Los riesgos de inundaciones siempre estarán presentes”, señaló el alcalde de Santa Bárbara de Pinto, Ricardo Andrade.
Sitio Nuevo fue otra de las jurisdicciones que recibió recursos del Gobierno Nacional para la construcción del jarillón paralelo al caño Agua Negra, cuya inversión fue de 250 millones de pesos. Tenerife, uno de los municipios más damnificados obtuvo un aporte de 749.642 millones de pesos, invertidos en el muro de contención corregimiento San Luís y reconstrucción de los jarillones de la cabecera municipal y de Real del Obispo.
Zapayán fue el último municipio beneficiado con 989.127 millones de pesos para la construcción de dos terraplenes en la cabecera municipal y la Finca ‘Los Rodríguez’.“Se intentaron construir muros de contención, en uno se hizo el levantamiento; el otro no se ejecutó, se devolvieron 600 millones de pesos”, destacó el alcalde de Zapayán, Manuel De La Cruz.
De igual forma fueron destinados 13.337 millones de pesos para obras de contención de cuerpos de agua en los municipios de Cerro de San Antonio, Pedraza, Remolino, Santa Ana y Tenerife.
El informe de Colombia Humanitaria concluye que el Magdalena no sufrirá inundaciones similares a las de 2010-2011, sin embargo, los alcaldes, las autoridades como la Defensa Civil y la población, piensan lo contrario, porque el Departamento tiene todas las condiciones para que se repita el efecto con mayor magnitud.
“No tengo referente de obras de impacto en el Magdalena. Con cada temporada de lluvia nos damos cuenta que las infraestructuras no funcionaron, porque se construyen sin los apropiados estudios técnicos”, sostuvo la fuente consultada.
A lo largo de la historia, los municipios que sufren más con las inundaciones son: El Banco, Guamal, San Sebastián, San Zenón, Pijiño del Carmen, Santana, Santa Bárbara de Pinto, Plato, Tenerife, Zapayán, Pedraza, Concordia, Cerro de San Antonio, El Piñón, Salamina, Remolino, Sitio nuevo, Puebloviejo, Pivijay, El Retén, Ciénaga, Zona Bananera, Aracataca, Fundación, Algarrobo, San Ángel, Ariguaní, Chibolo y Nueva Granada.
“En el Magdalena no tienen en cuenta la dinámica de los ríos, caños, ciénagas y arroyos para ejecutar obras. Se deben desarrollar procesos de reducción con mayor conocimiento del riesgo. Hay que desarrollar una iniciativa diferente a la construcción de diques, se debe hacer un manejo integral como recuperar sedimento y el cauce”, aseveró Luís Barraza Escamilla, director de Fundación Prociénaga.
A partir de esto, se puede analizar que el Estado derrocha dinero asignando recursos para obras con vida útil con menos de dos años, como lo hizo al crear Colombia Humanitaria, cuando puede hacer mayores esfuerzos para construir infraestructuras de gran envergadura que protejan realmente a la población del desbordamiento del río Magdalena.
Es importante recordar, que el fenómeno de ‘La Niña’ 2010-2011, fue la tragedia más grande sufrida por el Magdalena en los últimos años, porque resultaron afectadas, según el censo hecho por la Gobernación del Magdalena cerca de 77.457 familias. Sin embargo, parece que los gobiernos municipales no aprendieron la lección, así que la única verdad es que la plata de Colombia Humanitaria y del Fondo de Adaptación se perdió y las jurisdicciones seguirán inundándose por los siglos de los siglos.
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