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Análisis

 ¿Y quién llora por Colombia?

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Nuestro país y el vecino no son tan distintos

Por Marcela Escandón Vega

El pasado 17 de agosto el presidente Juan Manuel Santos publicó un artículo en el diario El País de España exhortando a la comunidad internacional para que presionara para restablecer la democracia y solucionar la situación actual de Venezuela. La columna titulada Lloramos por ti Venezuela1 resalta las ‘grandes diferencias’ que existen, según el Mandatario, entre el vecino país y Colombia:

“…mientras Colombia en estos últimos años ha crecido muy por encima del promedio latinoamericano, tiene una inflación por debajo del 4%, es campeona en la región en reducción de la pobreza, en nivel de inversión y en generación de empleo, obtuvo y mantuvo grado de inversión, ha modernizado su infraestructura y ha fortalecido la educación como nunca antes, para solo citar algunos datos relevantes, Venezuela se convirtió en el país más endeudado y con la inflación más alta del mundo, la pobreza supera el 82%, la contracción de la economía es cercana al 40%, la inseguridad se disparó, la muerte de pacientes en los hospitales se multiplicó por 10 y de recién nacidos, por 100.

Y, como si fuera poco, hay escasez crónica de divisas, de medicinas y de alimentos. La gente se está adelgazando por física hambre y emigrando en busca de una mejor vida.”

Al leer este diagnóstico se podría pensar que los dos países van en caminos completamente opuestos: a la democracia colombiana, con su larga tradición electoral y el inicio del posconflicto, le esperaría un futuro prometedor; mientras que a Venezuela le aguarda un espiral de pobreza y polarización política sin fin.

Aunque ambas imágenes son bastante simplistas e incluso engañosas, es común escuchar a columnistas, políticos y colombianos del común manifestando su preocupación por el destino de sus vecinos. Sin embargo, el asunto amerita un repaso por algunos temas clave y cifras objetivas que permitan realizar una comparación informada. ¿En realidad somos tan distintos?

HAMBRE, POBREZA, DESIGUALDAD… INDICADORES SOCIOECONÓMICOS

Los medios de comunicación colombianos e internacionales muestran a diario la difícil situación que atraviesa el vecino país: hambre, violencia, pobreza, división política, represión a marchas e inconformidad ciudadana hacen parte del panorama actual venezolano.

Ahora bien, es importante recordar que Colombia no ha sido ajena a estos fenómenos, tanto en su historia como en la actualidad. En efecto, al comparar algunos indicadores socioeconómicos se evidencia que la realidad de ambos países no es muy diferente (ver tabla No. 1): Colombia tiene mejores resultados, pero por pocos puntos porcentuales en indicadores como mortalidad infantil (en niños indígenas y no indígenas), nacimientos atendidos por personal con entrenamiento en salud, muertes por tuberculosis y el Índice de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud).

Este último es un indicador que se elabora a partir de tres dimensiones básicas del desarrollo humano: la esperanza de vida al nacer, que refleja la capacidad de llevar una vida larga y saludable; los años promedio y los años esperados de escolaridad, los cuales reflejan la capacidad de adquirir conocimientos; y, finalmente, el ingreso nacional bruto per cápita, el cual refleja la capacidad de lograr un nivel de vida digno2.

De la información recopilada, otros indicadores sí muestran una mejor situación para el caso colombiano, como la población por debajo de la línea de pobreza, la mortalidad neonatal, materna, por tuberculosis y por servicios sanitarios inseguros (ver tabla No. 1).

Finalmente, un indicador que evidencia mejores resultados en Venezuela frente a Colombia es el porcentaje de jóvenes que no estudian ni trabajan, siendo menor en el país vecino.

Si bien las cifras anteriores son apenas unos pocos ejemplos de muchos indicadores que pueden analizarse y se requieren muchos más datos para sacar conclusiones contundentes, también permiten dibujar un panorama general de la calidad de vida de los ciudadanos en ambos países y el resultado es muy similar. Compartimos los mismos problemas y casi que en las mismas proporciones.

CORRUPCIÓN, NARCOPOLÍTICA Y MÁS…

En el artículo mencionado, el presidente Santos señala con preocupación que “…Infortunadamente, la corrupción se convirtió en la voz cantante del régimen (venezolano).”3 Esto resulta ser cierto, pues “Desde sacar la licencia de conducir hasta comprar la leche, pasando por encontrar trabajo o conseguir un permiso de construcción, muchas de las interacciones sociales que uno establece en esta tierra petrolera suelen implicar cierto nivel de corrupción.” Pero esto también aplica para Colombia, y para casi cualquier país de América Latina. Las ‘palancas’, ‘contactos’ y ‘conocidos’ son quienes agilizan cualquier trámite y junto con la ‘mordida’, el ‘cuadre’, la ‘ayudita’ o el simple soborno, permiten que unos cuantos consigan servicios, realicen diligencias y obtengan favores.

Pero la corrupción cotidiana no es lo único que comparten colombianos y venezolanos. El mal uso de los recursos públicos y la prevalencia de intereses privados en las decisiones estatales también son comunes en ambos países.

El Índice de Percepción de Corrupción de 2016 elaborado por la organización Transparencia Internacional (TI)4 muestra que Venezuela y Colombia son naciones con graves problemas de corrupción. Entre los 176 países evaluados en el índice, Venezuela se ubica en el puesto 166 y Colombia en el 90. Siendo 100 el puntaje máximo de transparencia, Venezuela obtuvo 17 puntos y Colombia 37.

En definitiva, el asunto no es solo de percepción. Fenómenos colombianos como el proceso 8.000 (relaciones entre la campaña presidencial de Ernesto Samper con cárteles del narcotráfico) y la parapolítica (que implicó a altos funcionarios del Estado -incluyendo numerosos congresistas- con grupos armados ilegales y narcotraficantes) tienen su paralelo en Venezuela con el Cártel de los Soles, que consiste en una organización aparentemente liderada por militares de ese país para el tráfico internacional de drogas.

Finalmente, el más escandaloso caso de corrupción reciente en el mundo, el de Odebrecth, involucra a ambos países. Se ha descubierto que es posible que quienes se habrían visto beneficiados por la compañía brasilera no solo son altos funcionarios públicos tanto en Colombia como en Venezuela, sino los actuales presidentes de ambos países.

Si bien aún se conoce muy poco de las numerosas operaciones irregulares de la compañía, el caso es evidencia de que Colombia no puede mirar por encima del hombro a su vecino en este sentido.

VIOLENCIA DE GÉNERO Y ASESINATOS

Tristemente, la violencia es otra problemática compartida por ambos países. Por ejemplo, las cifras oficiales sobre violencia de género son preocupantes, tanto en Colombia como en Venezuela, no solo por su alta incidencia sino por la impunidad generalizada y el escaso rechazo social. En Venezuela, 40% de las mujeres venezolanas han sido, son o serán víctimas de la violencia, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) e informes de varias ONG de ese país.

Además, de los delitos denunciados, el 96% no son atendidos por la justicia5. Por su parte, en Colombia, 7 de cada 10 mujeres son víctimas de alguna agresión6 y una de cada tres ha sido víctima de golpes por parte de sus parejas, tendencia que aumenta con la edad y con la baja escolaridad.

En el 4% de los casos, además, se llega a configurar intento de homicidio.7

Se le suma otra expresión de violencia que afecta a ambos países son los asesinatos. La tasa de homicidios en Venezuela es de 91.8 homicidios por cada 100.000 habitantes8 en 2016; en Colombia es de 25.2 por cada 100.000 habitantes para el mismo año. Pese a la diferencia, ambos superan la tasa promedio de América Latina, que está alrededor de 219. A ello se adiciona la violencia política: en Colombia, a pesar del éxito del proceso de paz, entre 2016 y 2017 van 186 líderes sociales asesinados10. Mientras, en Venezuela, 157 personas han perdido la vida durante las protestas en contra del gobierno de Nicolás Maduro11.

En ambos casos, esta violencia política responde a la intolerancia, la división política, los intereses económicos, el poder, los prejuicios y la actuación de organizaciones amparadas aparentemente en la complicidad o la negligencia de los Estados.

ENTONCES, NO SOMOS TAN DIFERENTES COMO DICE SANTOS…

La historia siempre reconocerá al premio Nobel que desarmó a la guerrilla más grande y antigua de América Latina, Juan Manuel Santos. Además, el Mandatario colombiano acierta a la hora de rechazar la vulneración de derechos y el debilitamiento de la institucionalidad democrática en el vecino país. Sin embargo, mirar ‘la paja en el ojo ajeno’ impide reconocer realidades propias que merecen atención. Si hay que ‘llorar por Venezuela’ como lo hace Santos, pero ¿quién llora por Colombia?

Como se ha mostrado, nuestros problemas son los mismos. Hay pobreza, violencia, niños con hambre y ciudadanos inconformes a lado y lado de la frontera. Entonces, ¿por qué no escandalizarnos también por lo que pasa en nuestro país? ¿Por qué no ver que la historia y cultura en común deberían llevarnos a buscar soluciones conjuntas en lugar de construir falsas imágenes de superioridad frente a los vecinos? ¿Por qué no somos ciudadanos más críticos y cuestionamos algunos estereotipos? Ojalá lloremos por Venezuela y Colombia, para dejar de juzgar a quienes llegan a nuestras ciudades y trabajar por la calidad de vida y la dignidad de todos los seres humanos por igual, venezolanos y colombianos.

*Nota: Durante la redacción de este artículo, militares venezolanos incursionaron en territorio colombiano, en el departamento de La Guajira. Aparentemente realizaron disparos al aire, lanzaron gases lacrimógenos y robaron a algunos ciudadanos colombianos. El incidente es una muestra de lo delicada de la situación en la frontera. Hasta ahora, las tensiones han sido generadas por algunos colombianos en las ciudades principales quejándose de que los venezolanos les roban los empleos o estigmatizándolos a través de imágenes prejuiciosas de hombres que solo vienen a robar y de mujeres que llegan a prostituirse.

Pero el asunto es más grave y la frontera se ha convertido en violencia latente que amenaza con pasar de ataques a indígenas y lugareños hasta una confrontación armada entre los dos países.

Por ello, hoy más que nunca el llamado debe ser a la prudencia, la solidaridad y la calma. Los ciudadanos del común no deberíamos contribuir a la generación de odios y violencia con nuestros vecinos.

 

NOTA AL PIE

1 Ver: https://elpais.com/elpais/2017/08/16/opinion/1502878814_934471.html

2 PNUD (2016). Informe sobre Desarrollo Humano 2016. Desarrollo humano para todas las personas. Disponible en: http://www.undp.org/content/undp/es/home/librarypage/hdr/2016-human-development-report.html

3 Pardo, Daniel (2013). Qué hace que la corrupción en Venezuela sea única. En: BBC Mundo. Disponible en: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/12/131203_venezuela_corrupcion_trasnparencia_dp

4 Transparencia Internacional (TI). Índice de Percepción de Corrupción, 2016. Disponible en:https://www.transparency.org/news/feature/corruption_perceptions_index_2016#table

5 Diario El Nacional (2016). Venezuela supera promedio mundial de violencia de género. Disponible en: http://www.el-nacional.com/noticias/sociedad/venezuela-supera-promedio-mundial-violencia-genero_664

6 El Tiempo (2016). 64,1% de mujeres y 74,4% de hombres han sido agredidos por pareja. Disponible en: http://www.eltiempo.com/justicia/cortes/cifras-de-violencia-contra-las-mujeres-en-colombia-33079

7 El Tiempo (2016). Se conmemora Día internacional para eliminar violencia contra la mujer. Disponible en: http://www.eltiempo.com/vida/salud/violencia-de-genero-en-colombia-segun-la-ends-44035

8 El País (2016). Venezuela registra un aumento de los asesinatos: 28.479 en 2016. Disponible en: https://elpais.com/internacional/2016/12/29/actualidad/1483002766_821425.html

9 Fundación Ideas para la Paz (2017). Se desactiva la guerra, pero la violencia sigue en Colombia. En El Espectador. Disponible en: http://www.elespectador.com/noticias/nacional/se-desactiva-la-guerra-pero-la-violencia-sigue-en-colombia-articulo-688480

10 Caracol Radio (2017) Van 186 líderes sociales asesinados en Colombia . Disponible en: http://caracol.com.co/radio/2017/07/13/nacional/1499969113_783056.html

11 Información disponible enhttp://runrun.es/rr-es-plus/319427/fotos-infografia-y-mapa-muertos-en-protestas-en-venezuela-parte-dos.html

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