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El Dulcino en extinción

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El ecosistema natural está amenazado por construcciones a su alrededor. Estefany Suárez, habitante del sector denuncia las acciones que han llevado al lago a su estado crítico.

Daniela Pirela Wisman

El lago El Dulcino ubicado en el sector de Pozos Colorados en Santa Marta atraviesa por una crítica situación, según denunció Estefany Suárez ante OPINIÓN CARIBE.

El sistema de humedales costeros de Lagos del Dulcino se encuentra localizado en la Región Caribe en la franja costera fronterizo con el piedemonte occidental de la Sierra Nevada de Santa Marta, al sur del casco urbano de la ciudad de Santa Marta en el departamento del Magdalena, sector de Pozos Colorados.

Esta zona desde hace varios años ha sido el centro de atención en el que importantes constructoras han decidido adquirir lotes para construir grandes y lujosos edificios ubicados en primera línea de playa, además de ofrecer una vista al mar excelente y directa. A medida que se construyen grandes edificaciones en esta zona, la naturaleza sufre el impacto que ellas traen consigo.

En esta zona de Pozos Colorados se encuentra un gran humedal, fuente de vida de seres vivos y distintos microorganismos que allí se desarrollan. Estos son vitales para la supervivencia humana, los entornos húmedos son cuna de diversidad biológica, fuente de agua y hogar de innumerables especies vegetales y animales, en este se halla una cantidad significativa de Mangle Rojo.

“Este lago padece por todo el desarrollo del sector. El ecosistema empezó a deteriorarse hace muchos años, y todo se hizo bajo permisos, con usurpación a los derechos del lago como el caso de Sierra Laguna. Se hicieron canales que no se manejan adecuadamente, por eso el ecosistema  no tiene entradas de agua”, denunció Estefany

Suárez, habitante del sector.

Pozos Colorados ha progresado vertiginosamente y el humedal casi ha desparecido con la llegada de las grandes construcciones que se han levantado alrededor de este. Han buscado la forma para que el lago no desaparezca, pero a los canales de agua no se les ha hecho mantenimiento.

Estefany Suárez decidió alzar su voz de protesta y denunciar esta problemática que se vive en el sector desde hace 42 años, sobre todo, porque con el pasar su deterioro es más notorio. Este era un lago en el que había muchos mangles y habitaban distintos animales, por ello, la indignación que se refleja en cada una de sus palabras es sinónimo de que la situación es muy grave.

EL NACIMIENTO

Estefany Suárez, habitante de Pozos Colorados.

El lago comienza desde  Punta Gloria, para ser más exactos, en la zona donde está ubicado el edificio Cabo Tortuga; pasa por la parte trasera del edificio Sierra Laguna hasta llegar a la zona de Plenomar. “El daño viene desde arriba y a eso se le suman los canales, porque no los drenan quienes los construyeron ni tampoco lo hace la Alcaldía de Santa Marta”, comenta  Estefany.

Según denuncia Suárez, la entrada natural de agua que alimenta este lago es obstruida por las construcciones que se encuentran al inicio del humedal. Este es un daño que data de tiempo atrás, los trabajadores y habitantes del sector, quienes llevan tiempo de estar en la zona, afirman, que poco a poco ven morir a El Dulcino. Una zona que antes estaba rodeada de numerosos mangles, hoy solo sobreviven algunos.

Estefany señala, que la culpa es de todos, refiriéndose no solo a las constructoras de los edificios, sino también a los entes administrativos de la ciudad.

La responsabilidad comienza desde el momento en el que se otorgan licencias de construcción en zonas donde se puede atentar contra un recurso natural.

“¿Qué podemos hacer nosotros a través de la comunidad? No podemos echarle agua, no tenemos maquinaria, no tenemos los medios para destapar los canales. Estuve hablando con un delegado del Dadsa y él me dijo que ellos le suelen hacer mantenimiento frecuente”.

¿Y EL DADSA?

Manuel Fuentes, funcionario del Dadsa, informó, que esta entidad realiza las actividades pertinentes con el fin de preservar al lago El Dulcino. Constantemente se controla y vigila el sector de Pozos Colorados. Además, el Dadsa como entidad ambiental emitió la Resolución 869 de 2013 con el ánimo de proteger los humedales de Santa Marta, incluso el lago El Dulcino.

En esta resolución se describe que la desprotección y el acelerado deterioro del humedal lago El Dulcino ubicado en la zona de Pozos Colorados, radica en la falta de un plan de manejo y la efectiva gobernanza en el Distrito Y esto tiene como efectos ambientales negativos la pérdida de área del espejo del agua del lago, originada por la invasión ilegal de bienes de uso público. Además, el aumento de la erosión costera también ha influido.

De igual forma, en la Resolución 869 se evidencia que la constructora Siglo XXI Santo Domingo Ltda, en la construcción del edificio Sierra Beach Resort, afectó el humedal por la descarga de sedimento sólidos que favorecen la colmatación (relleno de una depresión natural o artificial) acelerada, con los daños ambientales respectivos.

La desaparecida entidad Dadma detectó desde el año 2013 algunas irregularidades que involucran a la Curaduría, quienes emiten licencias de construcción y en el momento que la entidad ambiental accede a hacer un control ambiental en la zona, por las quejas de las construcciones que se encuentran alrededor del humedal, al contar con licencia de construcción, se exige suspender las actividades y se solicita un plan con medidas de manejo ambiental. Con el ánimo de que el proceso del desarrollo constructivo se lleve a cabo, teniendo en cuenta una serie de acciones que mitiguen los impactos que se puedan generar, tales como material particulado, residuos sólidos o ruidos ensordecedores.

En la Resolución 869 también se demuestra que la Administración Distrital, en su momento, permitió que fueran ocupados de manera ilegal bienes de uso público, como áreas de playa y bajamar, por parte de constructores privados. Y esto ha traído consecuencias relacionadas con el aumento de los impactos por inundación, destrucción de la vegetación propia de los ambientes salobres, como  las especies de manglar, lo cual también provoca la pérdida de hábitats para especies de flora y fauna que se dan en la región, además de traer como consecuencia la pérdida de la biodiversidad de la región.

“Tenemos la dificultad de que luego de expedida la licencia de construcción, ya es muy difícil retroceder la obra. Y lo que hacemos es mitigar y compensar el daño que produzca por esa ello”, afirmó Manuel Fuentes, funcionario del Dadsa.

Estefany Suárez,  a su vez, expresa, que son mentiras y que a esto se le suma que a las obras nuevas prácticamente les ha convenido que se seque el lago, porque cuentan con más espacio para diseñar otros que complementen los edificios, “nosotros tenemos ya, a nivel de comunidad, el oficio para mandarlo a la Alcaldía de Santa Marta, a la Procuraduría, y a todas las autoridades competentes. Lo tenemos redactado, listo para las firmas. Queremos dejar constancia que la comunidad está preocupada  por el deterioro avanzado en el que se encuentra el lago”.

Al proceso de sequía del lago se le suma la contaminación, factor que poco a poco lo ha deteriorado, pues se encuentran en este, desechos plásticos, icopor y otra “cantidad de locuras” como dice Estefany. Ella tiene 42 años de vivir en el sector y no se explica cómo han permitido que poco a poco se acabe con esta importante reserva, en la que también se construyó un puente de madera. Han desaparecido las iguanas y los mangles en la zona cercana a la entrada del hotel Tequendama, en la calle 80 y frente a la base de Policía de Ecopetrol.

“A veces hace falta eso, que los medios hagan ruido para que las cosas se conozcan”, señala Estefany. Los dos canales que fueron hechos uno por Lago Mar Marina Club y otro canal por Lagos del Dulcino, fueron abandonados totalmente, “y eso es un exabrupto, porque si el municipio o las entidades autorizan para que eso se haga, deben tener muy claro y muy en cuenta, de que eso lo deben limpiar de manera permanentemente”.

Poco a poco EL Dulcino se va acabando y las especies que viven en el humedal se van muriendo.

Con respecto a estos canales, esta defensora de la zona donde vive,  denuncia que han estado cerrados hace muchos meses y son abiertos cuando una constructora, tiene el interés de vender y enganchar al turismo, en ese momento sí los dragan. “Lo abandonaron totalmente, pero lo hicieron con la finalidad de apropiarse del terreno; están haciendo una playa en una zona donde habían mangles, los tumbaron por  a ellos les ha convenido eso”.

Es momento de buscarle una solución y parar la destrucción de El Dulcino. Este ha sido por muchos años un atractivo para todas las personas que frecuentan la zona de Plenomar y Pozos Colorados. La comunidad, al igual que Estefany, debe alzar su voz de protesta y buscar alternativas de solución que permitan  preservar esta fuente de vida.

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