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De la protesta social al vandalismo

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En Tasajera

Napoleón Garavito, funcionario municipal de Puebloviejo

Hasta tres veces a la semana salen a bloquear la carretera Ciénaga-Barranquilla los habitantes de los corregimientos de Puebloviejo por la falta del preciado líquido y energía. 

Dánisa Varela Mendoza

Incomunicados. Así quedan los habitantes de Santa Marta cada dos días como consecuencia de las protestas sociales lideradas por la comunidad, a la altura de los corregimientos de Tasajera e Islas del Rosario, en el municipio de Puebloviejo.

Hombres y mujeres se concentran sobre la Troncal del Caribe para exigir la prestación óptima y eficiente de los servicios públicos domiciliarios. Las constantes interrupciones en la energía y la carencia de agua potable agudizan la crisis y desencadenan una serie de problemas sociales que afecta tanto a los habitantes de esta zona del departamento del Magdalena, como a las personas que quedan atrapadas en sus vehículos durante cada manifestación.

Los habitantes cierran la vía como una forma de presionar a las autoridades para que atiendan sus necesidades; no obstante, la protesta deja de ser un derecho cuando estos actos afectan a terceros.

 

HECHO RECIENTE

Entre Palmira, Isla del Rosario y Tasajera suman alrededor de 2.500 suscriptores, sin incluir a los usuarios.

El 13 de abril del presente año, OPINIÓN CARIBE recibió una denuncia por parte de varios ciudadanos, quienes afirmaban que “un grupo de jóvenes a bordo de motocicletas detuvieron el tráfico y suspendieron el servicio de energía eléctrica para atracar a los conductores que utilizan la vía para ir desde el departamento del Magdalena hacia la capital del Atlántico”.

Utilizando armas blancas y de fuego, los jóvenes intimidaron durante dos horas a los conductores para despojarlos de sus pertenencias. Un testigo narró la película de terror que vivió mientras regresaba de un viaje de trabajo.

Esta persona se desplazaba en un Mazda 3 blanco, y junto a él, cuatro personas más.  Aproximadamente a las 7:15 de la noche, cuando pasaron el peaje de Tasajera encontraron un retén, luego de varios minutos decidieron devolverse porque vieron que el sector quedó sin energía.

Cuando los vehículos comenzaron a circular notaron que salían muchachos de los costados de la vía. Notaron que estaban atracando, situación que no tenía nada que ver con  la falta de agua o problemas de energía. “Al parecer, la luz fue suspendida por los jóvenes, quienes tocaban las ventanas de los vehículos, tractomulas, y buses pidiendo dinero y pertenencias. A medida que atracaban a los vehículos, los dejaban circular”, señaló un testigo.

PROTESTAS AFECTAN NEGOCIOS

Los corregimientos de Tasajera, Palmira e Islas del Rosario históricamente han sido víctimas por la mala prestación de los servicios públicos. En más de una oportunidad, los negocios construidos en su mayoría en latas o de manera artesanal con algunas tablas, son afectados por las protestas sociales.

Por lo general, durante las manifestaciones han quebrado los vidrios de las neveras donde exhiben las bebidas, las cuales se encuentran ubicados al costado de la vía.

Ante esto, cuando se presenta alguna alteración del orden público, los propietarios han optado por cerrar sus negocios y de esta forma evitar más pérdidas económicas.

Hay familias que invierten 12 mil pesos diarios en la compra de agua para poder suplir las necesidades de sus familias.

Raúl Ortiz desde hace más de 20 años tiene un negocio a un costado de la vía, a la altura de Tasajera, aseguró, que “cuando veo que la gente  se viene acercando cierro mi negocio y evito inconvenientes. Uno no es muy gustoso de que se hagan las protestas, porque aquí protestan por nada y muchas veces nosotros también llevamos del bulto cuando llegan los del Esmad a atacar y sufrimos, porque algunos muchachos nos revientan las vitrinas”.

RECHAZAN VANDALISMO

En varias oportunidades han sido denunciados hechos de vandalismo en medio de las manifestaciones que se presentan en el municipio de Puebloviejo e incluso, ha tenido que intervenir la fuerza pública.

La comunidad rechaza el comportamiento de quienes se aprovechan de esta situación para hurtar las pertenencias o exigir dinero a los conductores que quedan en medio de la protesta.

“Nos parece malo que algunos se aprovechen de eso para robar, pero eso no es lo que queremos nosotros, sino que nos pongan el agua y que los políticos cumplan sus promesas porque siempre vienen a ofrecernos el preciado líquido y nos salen con nada”, anotó Yineth Conrado.

ARGUMENTOS DE LA COMUNIDAD

Yineth Conrado, habitante de Tasajera

Los habitantes de Tasajera no tienen un horario estipulado para bloquear las vías; con que no les suministren agua durante dos días es motivo suficiente para impedir la movilidad sobre este importante tramo vial que comunica a Santa Marta con la capital del Atlántico, Bolívar, entre otros departamentos del país.

José Agustín Marín es propietario de un humilde negocio ubicado sobre la vía, en el corregimiento de Tasajera. Desde hace 33 años se ha dedicado a vender botellas con agua, bebidas gaseosas y otros alimentos.

Sus principales clientes son las personas que frecuentemente se desplazan por ese corredor. Don José le contó al equipo de OPINIÓN CARIBE que sus ventas han disminuido porque muchas personas se abstienen de visitar la capital del Magdalena por el temor de quedar en medio de las protestas que se generan cerca al peaje.

“En una semana se presentan entre dos y tres bloqueos en la vía, todo se debe a la falta de agua. Nosotros protestamos más porque somos los últimos. El acueducto está en Ciénaga, antes de llegar a acá, el carro pasa por otros pueblos que tienen la misma problemática”, dijo.

La comunidad espera con gran entusiasmo la llegada de carrotanques cisternas, que son los vehículos dispuestos por la administración municipal para el abastecimiento de agua potable para los habitantes de los corregimientos del municipio de Puebloviejo.

Napoleón Cueto, habitante de Tasajera.

“El carro viene por aquí cuando hay protestas y porque la policía los viene escoltando, si no, no viniera. Los únicos que nos solucionan los problemas con los servicios públicos son los policías; ninguno de la administración municipal, ni alcalde, ni concejales, sino la Policía en general”, señaló José Marín.

Mientras tanto, Yineth Conrado asegura, que “aquí no protestamos porque queremos, sino que es el único medio que tenemos para que nos escuchen y vengan y nos solucionen así sea por unas horas el problema del agua”.

TUBERÍAS SIN AGUA

Julio Gutiérrez, habitante de Puebloviejo

El equipo periodístico de OPINIÓN CARIBE pudo constatar que, en la mayoría de las viviendas ubicadas en los corregimientos de Palmira, Isla del Rosario y Tasajera, no llega el agua a través de las tuberías.

“Desde que yo nací, hace 38 años, nunca nos ha llegado el agua por las tuberías, aquí toca comprársela a los carrotanques dos o tres veces a la semana. Por estos días de escasez viene cada semana para abastecernos”, explicó Ela Escorcia.

Yineth Conrado indicó, que la comunidad sufre mucho porque el agua no llega todos los días. “Es una suerte que llegue un carrotanque y podamos comprar. Puede ser todos los días, cada dos, cuatro o hasta cinco días. Aunque nos toca comprarla hay que armar paro para que manden los carrotanques”.

Señala Napoleón Cueto, que la falta de agua en el municipio de Puebloviejo es una problemática de hace muchos años; “tenemos una tubería que permanece de lujo frente a la terraza de nuestras casas porque el líquido vital nos llega a través de carrotanques. Estamos expuestos a enfermedades por la forma en la que se distribuye el agua; esto no es lo ideal con tantas inversiones que se han hecho en Tasajera para no tener un servicio bueno”.

LAS TARIFAS DEL AGUA

Ela Escorcia, habitante de Tasajera.

Contaron los habitantes que, aunque los carrotanques son enviados por la administración distrital para suplir las necesidades de la comunidad, deben pagar por los litros de agua que van a consumir.

Llenar un tanque de 12 latas cuesta 2.500 pesos. Esta agua es utilizada por los moradores para bañarse, cocinar, lavar e incluso para los baños. “Es muy lamentable la situación que estamos viviendo. Realmente, Dios tiene misericordia con nosotros porque casi todos en el pueblo tomamos el agua como la trae el carro”, afirmó Marín.

Los habitantes del municipio de Puebloviejo y corregimientos aledaños aseguran tener las tuberías de lujo en sus viviendas porque no les llega agua a sus viviendas.

En la casa de la suegra de Ela Escorcia viven tres familias, por lo que deben comprar entre 2 y 3 tanques grandes cada vez que llega el carrotanque. “El de 12 latas cuesta 2.500 pesos y el de 13 latas, $3 mil”.

La señora Nellys López, residente en el barrio La Unión I de Puebloviejo, manifestó, que “están padeciendo por el servicio de agua potable porque no hay tuberías. Todos los días tenemos que comprarla”.

Seis ‘pimpinas’ de agua tienen un valor de 500 pesos; un viaje en carretilla con 12 ‘pimpinas’ les cuesta a los habitantes, mil pesos. “Todos los días tenemos que comprar el agua y si no tenemos plata, nos toca hacer un esfuerzo para tenerla, porque la necesitamos para todo, beber, hacer la comida, bañarnos, lavar”.

Diariamente Julio Gutiérrez, habitante de Puebloviejo, debe invertir 12 mil pesos en agua para poder suplir las necesidades de los integrantes de su familia. “Esto no es nada, hoy la puedo coger en un punto fijo, pero a veces tenemos que salir corriendo detrás de los carrotanques para coger un poco de agua”.

MENSAJE PARA LAS AUTORIDADES

Aunque la comunidad está cansada de enviar mensajes a las autoridades gubernamentales, una vez más pidieron una solución de fondo a sus necesidades.  “Mi llamado es que se pongan la mano en el corazón, que no piensen en ellos, sino en la comunidad, para que no haya más enfrentamientos, para que los niños no crezcan con el pensamiento que deben estar bloqueando la carretera, porque eso les va generando odio y resentimientos”, aseguró José Marín.

José Agustín Marín, comerciante

Raúl Ortiz considera, que “hay que solucionar los problemas que tenemos con la energía y la falta de agua potable, porque todos estamos cansados de eso y es la única forma que no se tomen la carretera”.

“Nos dijeron que estaba prohibido hacer bloqueos, pero entonces deben buscar una forma de solucionarnos el problema para que las personas no decidan tomarse la vía”, precisó Ela Escorcia.

LO QUE DICE LA ALCALDÍA MUNICIPAL

Nellys López, habitante de Puebloviejo.

Muchas personas, principalmente los niños, padecen enfermedades por la calidad del agua. Dolores abdominales y diarrea son los principales síntomas que presenta la comunidad de Puebloviejo.

Napoleón Garavito, representante legal de la cooperativa que presta los servicios públicos de acueducto y aseo de Puebloviejo, le manifestó a OPINIÓN CARIBE que el problema de agua en el municipio es de antaño.

“Esto se debe a que no cuenta con un acuífero propio dentro del territorio; se depende de Ciénaga, donde se capta el agua que se envía para este municipio. Actualmente, hay una relación comercial entre Operadores de la Sierra y Puebloviejo”.

La escasez en el caudal de los ríos y las captaciones ilegales de agua son algunos de los factores que influyen en la prestación del servicio. Los municipios de Tasajera, Palmira y la Isla son los últimos en la red.

Pese a las denuncias de la comunidad, Napoleón Garavito sostiene que al corregimiento de Nueva Frontera y a la cabecera municipal de Puebloviejo llega el preciado líquido por las redes. “Desde el punto de captación en Cordobita llega el agua a las redes; y hay una que llega a la estación que tenemos en el Puente de La Barra y de ahí se rebombea a cada tanque de estos corregimientos. El suministro hacia estos últimos corregimientos siempre ha sido deficiente por varias razones”.

NO HAY AGUA, PERO LA VENDEN EN ALGUNAS CASAS

Las carretillas con seis‘pimpinas’ de agua tiene un valor de 500 pesos; y 12 ‘pimpinas’,les cuesta a los habitantes mil pesos.

Curiosamente, mientras cientos de familias padecen por la carencia del líquido, en algunas viviendas del municipio de Puebloviejo captan el agua y la comercializan sin ningún tipo de control por parte de la administración municipal.

Frente a esta situación, Napoleón Garavito manifiesta, que es ‘difícil’ controlar a estas personas. “El servicio de agua es mejor en el municipio, pero no llega a todos los sectores; esto es aprovechado por algunas personas de la comunidad que instalan turbinas y empiezan a comercializar el agua.

Raúl Ortiz, comerciante.

En conjunto con Operadores de la Sierra, la Policía, contratistas de Aguas del Magdalena y la Personería les hemos dicho a estas personas que el agua que están captando es la que debería llegarle a todos a través de las redes, pero la misma comunidad está en contra de que cerremos esos puntos y eso ha dificultado el control. Varias veces le he dicho a los funcionarios que trabajan conmigo, que no vamos a exponer nuestra integridad física por un problema que debemos tratar más desde el ámbito social y de cultura”.

 

 

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