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Columnistas

En política, servir es la clave

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Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez

En política, la buena política, que no la politiquería, servir siempre es y será la clave para que se consolide el avance de los pueblos. Es llegar al poder para desde allí servir, buscar el bienestar general por encima del particular, respetar los sagrados recursos públicos, preocuparse y ocuparse por fortalecer principios y valores que deben ser institucionales, velar por los intereses superiores de la comunidad; enaltecer el respeto, la honestidad y la transparencia. Hacer lo política y moralmente correcto. Tatuar en la sociedad un pensamiento diferente de ver el mundo, donde se entienda y desde luego se comprenda que la política, la buena y mejor política es para servir y no para jamás ni nunca servirse de ella. 

Es como consigna orientar y adelantar las acciones políticas mejores, que siempre y por siempre se vea una forma diáfana, alterna, diferente y buena de actuar en lo público; y que además,  se vean como ciudadanos reflejados en el día a día que no va a ser el actuar solo palabras, sino que en lo posible todo se materializará en acciones, realizaciones y logros reales. 

Servir debe ser búsqueda constante, que se comprenda que el problema en si no es la política, noble oficio cundo bien se hace, sino la falta de valores, la incomprensión, la desunión, la falta de sentido de pertenencia,  ya que todo lo cual genera en la comunidad un desorden que rebosa en malas acciones y en ambientes de deshonestidad y deshonra, que amenazan con terminar por carcomerse la aún parte sana del cuerpo de la República. Necesitamos una sociedad mejorada. Una sociedad con una superior comprensión del mundo político y en los demás de sus órdenes. Una sociedad que denuncie tanto las malas como las peores acciones y actuaciones públicas, se castigue ejemplarmente a los culpables, cese la impunidad, se tomen las medidas que sean necesarias. 

Que los distintos organismos de control y demás instituciones que supervisan el actuar político recuperen la confianza ciudadana mejorando su credibilidad, además de hacer con demostrada transparencia obligaciones tales como la rendición de cuentas a la comunidad, la visibilidad por parte de las personas en la contratación pública, entre otras buenas y mejores prácticas, a ver si por fin mejoramos y caminamos avanzando con prisa y sin pausa por senderos de corrección. 

Debe ser lo cual objetivo, meta, propósito, compromiso y responsabilidad. Hacer de lo cual todos quienes en política actúan e interactúan el gran proyecto de honrar la democracia, fortalecerla, profundizarla, independiente de hacerlo unos u otros, ya que lo importantes realmente es que sí o sí, se haga este grande y noble trabajo del hacer y quehacer de la política en beneficio de todos. 

Servir a la comunidad debe y tiene que ser, y ojalá nunca de otra manera, trabajar por su transformación permitiendo que lo mejor de las ideas de todos sean tomadas y materializadas eficaz, eficiente y efectivamente desde el poder en provecho general más pronto que después, lo que le aportará verdaderamente a la sociedad, y con ello se cumple en lo que significa y traduce trabajar por principios, valores, vocación de servicio y la defensa de vida a ultranza, que es lo que esperan de los buenos políticos y del noble ejercicio de la política, la colectividad.