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Yuberjén Martínez ganó la medalla de plata y el corazón de los colombianos


Yuberjén Martínez llegó a la villa olímpica como un desconocido, incluso para la misma delegación colombiana. Hace una semana, nadie tenía en los planes que ganara por una medalla. Sin embargo, hoy su nombre es el más pronunciado en el país. Ganó medalla de plata luego de perder el combate final del peso minimosca (46-49 kg) ante el uzbeko Hasanboy Dusmatov, quien ganó por decisión unánime de los jueces.
El boxeador oriundo de Chigorodó, Antioquia, podrá cumplirle el sueño a su madre, María Neida, de construirle una casa digna. Así lo advirtió después del combate semifinal contra el cubano Joahnys Argilagos: “Mamá, ahora sí me alcanza para su casa”.
Y es que el humilde muchacho, que el próximo 1 de noviembre cumplirá 25 años, debía rebuscársela. Era mecánico de bicicletas, y cuando no tenía dinero para transportarse a las prácticas de boxeo, su entrenador le dada $2.000 o hacía algún trato con el conductor del bus. Además, conseguía para la comida de su hogar en las bananeras.
Cada golpe que propinó en Río 2016 lo hizo con su mamá en mente, con su sufrida infancia en los recuerdos. Pero su grandeza va más allá. Este domingo, antes de la pelea, pidió que Colombia no se fije él «que ya está triunfando», sino en «los que vienen detrás».
Martínez se lleva una presea de plata para Chigorodó, donde será recibido como un héroe. Allí, según prometió el gobierno nacional, tendrá su casa nueva. Una digna de un campeón.
El boxeo ya le había dado otros triunfos al país: Alfonso Pérez ganó bronce en Múnich 1972 en la categoría de 60kg en boxeo; en las mismas justas, Clemente Rojas ganó ese metal pero en los 57kg; y Jorge Julio Rocha obtuvo el tercer metal más preciado en los 54kg, en Seúl 1988.
Con información de El Espectador


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