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Análisis

Los sensores no son rentables

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Durante décadas, conducir vehículos de servicio público en la capital del Magdalena parecía una actividad que beneficiaba no solo a los propietarios, sino también a los conductores, quienes pese a cumplir con la tarifa establecida sacaban provecho de su actividad.

Los conductores más experimentados aseguran, que, gracias a su trabajo, cuentan con casa propia y sus hijos pudieron acceder a una educación de calidad. Sin embargo, la realidad hoy es otra. Un gran porcentaje de los integrantes de este gremio, en especial, quienes manejan vehículos con sensores, señala que esta actividad no es tan rentable, porque las desventajas son numerosas.

Las condiciones salariales, el aumento de tarifas, el incremento del parque automotor, el mal estado de las vías, son los problemas más agudos que aquejan al gremio de conductores del transporte público.

Al no encontrar soluciones que satisfagan sus inquietudes, algunos grupos han organizado cese de actividades como una forma de presionar a los gerentes de las empresas transportadoras y a la administración distrital. Hace pocas semanas se registró una protesta con conductores de unos 100 vehículos, quienes decidieron suspender el servicio. Esta situación generó traumatismos entre los usuarios, sobre todo, para los que frecuentan las rutas de Taganga, Aeropuerto, Líbano 2000 y Troncal del Caribe.

LOS PROBLEMAS

Adalberto Jiménez, conductor y propietario de bus, manifestó a OPINIÓN CARIBE que cualquier medida que la administración y las compañías pretendan implementar en la ciudad, fracasará porque hay demasiados vehículos en circulación.

De acuerdo con los afectados, el problema se origina, entre tantas causas, porque se había trazado inicialmente que cada bus con ruta hacia el Aeropuerto debía movilizar por lo menos 300 pasajeros y ello no se está cumpliendo, por tanto, se le generan pérdidas al Sistema de Transporte Unificado, STU.

Razones por las cuales varios sindicalistas, a raíz de las pérdidas generadas al STU, se han implementado estrategias para recuperarse económicamente, pero no se tienen en cuenta los derechos laborales de los conductores, quienes son los principales afectados.

El retiro del incentivo por pasajero, la tarifa diferencial y la eliminación del margen de error, son decisiones que han molestado a los conductores de transporte público.

INCENTIVO, TARIFA DIFERENCIAL Y MARGEN DE ERROR DE SENSOR

Adalberto Jiménez explicó, que los conductores tenían un incentivo de 200 pesos por cada pasajero movilizado. Sin embargo, las directivas del STU decidieron cambiarlo para que solo recibieran $130 por usuario.

Adicional a esto, los conductores tenían un margen de error de 10 mil pesos, con el propósito de suplir los cobros que registre el sensor por pasajeros como aquellos que se suben solo a preguntar hacia dónde se dirige el vehículo, los que pasan varios objetos por este sistema o los que quedan de pie, lo que hace que marque varias veces.

Este tema también incluye la tarifa diferencial, es decir, la de los estudiantes. El sensor no distingue si es estudiante o una persona del común, por lo que marcará un pasaje normal. Por este margen de error también decidieron retirarlo, por lo cual los costos que se generen por el sensor deben ser asumidos por la persona que conduzca el vehículo.

“No es posible que nosotros debamos subsidiar los pasajes de los estudiantes solo porque los dos últimos mandatarios impusieron esa medida. Ellos solo lo implementan, pero realmente los que perdemos plata somos nosotros los conductores”, afirmó Adalberto Jiménez.

LAS TARIFAS

Mediante el Decreto 054, con fecha de 15 de marzo de 2017, el alcalde Rafael Martínez oficializó la nueva tarifa en el pasaje del transporte público colectivo de la ciudad. El pasaje pasó 1.400 pesos a 1.600 de lunes a viernes; los domingos y festivos el valor es de 1.700 pesos.

Los buses o busetas con aire acondicionado cobran $1.700 de lunes a sábados; los domingos y festivos $1.800. Mientras, los estudiantes de las instituciones oficiales del Distrito de $1.000 pasan a $1.200.

Con esta modificación, las empresas transportadoras de inmediato aumentaron las cartulinas que certifican el cumplimiento de las rutas y los propietarios incrementaron las tarifas. Estos cambios han afectado a los conductores que laboran en vehículos con sensores.

Anteriormente, los vehículos grandes debían entregar de lunes a viernes, 220 mil pesos diarios y ahora cambió a $260 mil; sábados y domingos, $220 mil; mientras que la tarifa para los buses más pequeños estaba en 140 mil pesos de lunes a sábado y $100 mil domingos y feriados, y ahora es de $160 mil y$120 mil los fines de semana.

BUSES CON SENSORES, EN PROCESO DE ADAPTACIÓN

El gerente de Cootransmag, Víctor Bermúdez, manifestó a OPINIÓN CARIBE, que la instalación de los sensores en los buses se encuentra en un proceso de adaptación por parte de los conductores, por ello, se han presentado inconvenientes.

Señaló, además, que “entendemos que se trata de una novedad y que es un proceso nuevo, pero si nosotros queremos estar en el nuevo sistema de transporte, debemos estar a tono con lo que es la tecnología y el control electrónico de pasajeros”.

El empresario indicó, que se pretende que todos los vehículos tengan su sensor o equipo de control de flota. “Estamos en proceso de prueba, porque esos buses tienen mayor vigilancia que los conductores que trabajan por tarifas, pero nosotros debemos ampliar esa muestra”.

Por el momento, hay instalados 95 sensores en buses; la meta es aumentar la cobertura. Por ello, se adquirieron 450 equipos, los cuales llegarán a la ciudad los próximos días. La finalidad de los empresarios es que no quede ningún vehículo sin el control de flota.

Sobre la eliminación del margen de error que se le daba a cada conductor, el gerente de Cootransmag agregó, que “el objetivo es que la evasión y el margen de error sea mínimo”.

Los representantes de las empresas, con la instalación de los sensores y los controles satelitales, pretenden brindar mayor seguridad a los pasajeros y reducir los índices de accidentalidad, además de acabar con ‘la guerra del centavo’.

MESAS DE TRABAJO

Durante tres días estuvieron reunidos representantes de los conductores, de las empresas de transporte, la Dirección de Tránsito y Transporte del Distrito y Policía Nacional para llegar a unos acuerdos en beneficio de las partes involucradas.

A estas reuniones también asistieron funcionarios del Ministerio de Trabajo, quienes, pese a que no pueden intervenir en decisiones de privados, están presentes para garantizar un proceso transparente en la toma de decisiones.

Alfredo Suárez, gerente del Sistema de Transporte Unificado, STU, contó que uno de los temas tratados en la reunión fue el arreglo económico de acuerdo con el sueldo del conductor, el cual quedó establecido en un salario mínimo con unas bonificaciones.

“Estos beneficios se reconocerán bajo unos lineamientos bien claros: cero quejas de los usuarios, el cumplimiento del plan de rodamiento, ningún accidente de tránsito atribuibles a ellos y una serie de parámetros que la ciudadanía nos estaba exigiendo, porque se estaban presentando en algunos horarios y en ciertas zonas”, añadió.

En cuanto al incentivo económico por pasajero, el gerente del STU confirmó, que se eliminó y que los conductores están sujetos al cumplimiento de metas por rutas y al plan de rodamiento para establecer unas bonificaciones.

La ‘guerra del centavo’ ha sido debatida en varias oportunidades, para solucionarla de una vez por todas. “La empresa ha hecho unas inversiones y ha contratado más tecnologías apoyada en el documento bonus que nos establecen unas entidades que cumplen con todos los requerimientos para el Sistema Estratégico de Transporte; también se firmó un contrato con una empresa española que tiene experiencia en alta tecnología, con ella pretendemos trabajar y colocar todo el sistema en los buses para prestar un mejor servicio”, sostuvo Alfredo Suárez.

Hasta hoy circulan 723 buses, cifra que los mismos conductores consideran ilógica en una ciudad como Santa Marta. “La capital del Magdalena es una ciudad monocéntrica, donde nos pisamos casi todas las rutas, pero eso no puede ser un obstáculo para seguir adelante en un plan de mejoramiento. Así como Santa Marta está cambiando en muchos aspectos, el transporte no puede ser inferior a este reto. Hemos tomado la decisión, con la plena convicción de que el sistema tecnológico que se va a implementar acabará con ‘la guerra del centavo’.

En el acta quedó establecida la tarifa diferencial, asumida dentro de ese global y los ítemes de cumplimiento. “No podemos desconocer que hoy el sistema subsidia a los estudiantes y el Decreto del aumento del pasaje estableció unos horarios para los de las instituciones públicas, no de las privadas”, señaló.