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Análisis

Carnaval, fiesta de tradición y cultura

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El carnaval era la época propicia para recordar nuestros orígenes y resaltar los valores culturales que caracterizan esta celebración. Sin embargo, parece que el desconocimiento sobre estas tradiciones y la falta de sentido de pertenencia hacia ellas, está llevando a la transformación de lo que realmente son estas fiestas.

La llegada del carnaval genera expectativa entre los amantes de la cultura, de las tradiciones y hasta en aquellos que les gusta el desorden y las parrandas. Y si bien es cierto que esta es una fiesta representativa de la región Caribe, también se hace necesario mencionar que con el pasar de los años ha perdido su identidad.

En los samarios no existe ese mismo entusiasmo de antaño que los motivaba a disfrazarse y salir a las calles para admirar los trajes típicos de esta celebración. No obstante, hay que resaltar los esfuerzos que hacen, en el caso de Santa Marta, diversas fundaciones para rescatar ese legado histórico.

OPINIÓN CARIBE consultó a Moisés Pineda Salazar, especialista en Sociedad y Cultura del Caribe de la Universidad ‘Simón Bolívar’, quien sostuvo que es necesario conocer el origen del Carnaval, sus interpretaciones y la importancia de mantener viva la tradición oral del Carnaval. Pineda Salazar inicia su intervención aclarando que la cuna de esta fiesta no es Barranquilla como se comenta, sino, por lo contrario, “Barranquilla es el crisol donde se han mezclado muchas cosas de Colombia, de otras religiones y regiones del mundo y que aquí se han mestizado y originado un discurso de patria potestad, desconociendo sus verdaderos orígenes y mucho me temo que por no conocer el pasado, esté pasando aquí lo que ya está ocurriendo con otros carnavales patrimoniales del mundo y es que lo espectacular va cambiando y esa filosofía va en contra de conservar la memoria y los rituales contenidos en esas danzas que nos dicen de dónde venimos, quienes somos, y cuál es nuestro futuro”.

ETIMOLOGÍA

Según lo señala la Fundación Carnaval de Barranquilla, no es fácil precisar con certeza la etimología de la palabra Carnaval. Sin embargo, se cree que procede de ‘Carrus Navalis’, una fiesta popular derivada de las Saturnales Romanas. Si bien hay vestigios de esa celebración en todos los pueblos antiguos, se dice que la diversión del Carnaval tuvo un carácter religioso en sus remotos orígenes, cuando se celebraba el año nuevo -entrada de la primavera-, como símbolo del renacer de la naturaleza. En Grecia y Roma incluían actos procesionales

En tales espectáculos comunes así mismos entre teutones y celtas, se paseaba aparatosamente un barco con ruedas dentro del cual, grupos enmascarados ejecutaban ciertas danzas y entonaban canciones satíricas en medio de jubiloso desorden. La costumbre de este ‘carro naval’ subsiste aún en Reus, en España, donde por épocas carnestolendas, colocan sobre un carromato una embarcación de 70 toneladas arrastrada por diez caballos, desde la nave arrojan flores y caramelos.

EL CARNAVAL EN EL MUNDO

Moisés Pineda Salazar cuenta que el tema del Carnaval se puede abordar desde diferentes enfoques, porque los investigadores, sobre todo de la región Caribe, han asumido que se interpretan desde la cultura occidental, en especial de Grecia y Roma.

“Con el tema de las bacanales, de las fiestas griegas y las romanas, se comienza a plantear el Carnaval como un tema de exceso, de rupturas, de exacerbación de los sentidos y especialmente de culto al cuerpo y a la sexualidad. Esa visión no voy a negar que sea válida para la interpretación de algunos carnavales, pero en el caso del Carnaval en Barranquilla, me remito a una observación del viajero Ressenlaer Van Ressenlaer, que algunos dicen que era canadiense, pero yo creo que era norteamericano:

Al observar el Carnaval en 1829, decía en una carta que remitía a su padre, “tuvimos la fiesta de Carnaval que en Italia dura varias semanas, pero en este lugar, donde tantos dependen de la labor cotidiana, ha sido prudentemente reducido a tres días durante los cuales no es del caso trabajar porque todo es alegría y travesura. No podría decir ahora sobre el motivo que originó el festival, si fue el paganismo o algún evento eclesiástico. Aquí parece que el lugar principal lo tienen los aborígenes del país con sus trajes antiguos… Observé que los numerosos disfraces que pasaban en grupos se golpeaban unos a otros con palos y que la ropa vuela en pedazos cuando hay riña alrededor de cualquier fruslería, pero sólo en una ocasión vi que alguien perdió el buen humor y al pobre diablo le cobraron muy cara su aspereza. Una muchedumbre disfrazada lo agarró y, después de frotarle la cara con una yerba urticante, unos lo tomaron de los tobillos hasta ponerlo boca abajo y otros lo golpearon sin misericordia en una parte innombrable. La lección del caso era mostrar que, del mismo modo que no se había intentado infligir un daño real, nadie debía enfadarse por las triquiñuelas que sufriera…”.

Esta visión plantea que esa es la observación de alguien de otro lugar del mundo, qué es lo que realmente estamos haciendo, de dónde viene la festividad y allí se encuentran otras cosas que llevan a una conclusión distinta. La tradición, la que se vive en Barranquilla, o la que se escenificaba en Santa Marta, especialmente en Mamatoco, y en las zonas de Valledupar o de la antigua Provincia de Padilla, tienen más que ver con el tema del reencuentro con las raíces, con las tradiciones viejas, que con lo que se podría llamar una copia del Carnaval europeo”, sostuvo.

A partir de esto, Moisés Pineda considera dos nuevas fuentes de interpretación, las culturas primigenias, agrícolas y lo que trajeron los españoles, una mezcla de tradiciones judías, musulmanas, árabes y africanas; que esos negros que llegaron, primero a España y luego a este territorio, mestizaron esas tradiciones con las cristianas.

“Cuando uno mira eso con estos nuevos instrumentos, puede comparar las fiestas con las celebraciones más antiguas, las griegas y romanas, las fiestas bíblicas y las rabínicas. Antes de hablar de las fiestas romanas, mencionan la fiesta de los tabernáculos en la cual el pueblo se reunía para recordar cómo habían hecho para conquistar u ocupar un territorio. Todos los años, hasta ahora, los miembros de la comunidad judía se reúnen en una especie de palacios reales, que son cercados con madera, precarios desde el punto de vista arquitectónico y con una techumbre de material vegetal, durante ocho días a bailar, comer y contar historias tradicionales que les recuerda como fue el camino de ellos en el desierto, metidos siempre bajo el abrazo de Yahveh y eso está simbolizado por los tres lados que tienen estos cercados, que son dos largos y uno corto, que representan la protección de quien los acompañó en su recorrido”, precisó.

En lugares como Curazao, que cuenta con gran cantidad de presencia judía, así como Santiago de Cuba, es muy común encontrar estos famosos ‘palacios reales’.

El especialista en Sociedad y Cultura del Caribe también mencionó, que la tradición rabínica habla de una fiesta denominada ‘El Purim’ donde la comunidad se reúne en el espacio público, se viste con atuendos tradicionales y saca carrozas para recordar a Esther, la reina que fue esclava, que adquirió gracia, según las Sagradas Escrituras, y con su tío, develó un plan que tenía el primer ministro Haman, de asesinar a todos los judíos. “Esta figura de la reina, de la mujer liberadora, que preside, que hala, que salva, revela la manera en que se tenía en Barranquilla hasta hace 20 años, la percepción de lo que era la reina en el Carnaval. Antes se decía, nosotros no encueramos a las reinas, las vestimos para honrarlas; pero ahora lo hacemos al revés, aquí encueramos a las reinas y a las que no lo son, simplemente para parecernos un poco al Carnaval de Río de Janeiro”.

A esto se le añade una figura que aparece en la tradición judía y es la presencia del ‘Pelele’, “ese personaje odioso, que hay que matar, que se llama Haman, y aquí lo llamamos ‘Joselito’ y que en Barranquilla es algo que se inventaron en los años 1930 – 1945, porque antes de eso, en nuestro Carnaval había una batalla entre danzas que se llamaba ‘La Conquista’, influidos, tal vez por la migración irlandesa, terminaron en peleas de garrotes, de puñetazos, botellazos, con heridos y en algunos casos, con odios que después se revolverían por fuera de la fiesta con víctimas fatales; eso era lo que se hacía antes y desapareció, al parecer, porque la sociedad también se cansó de estos desórdenes y peleas sangrientas y lo reemplazaron por este ritual de un muñeco que se entierra el último día, que tiene testamento, viudas e hijos naturales, pero que en el fondo son muy parecidas a las tradiciones rurales que uno ve al Sur del Continente. Esto para significar que lo que nosotros vemos en el Carnaval no tiene nada que ver, que lo quieran hacer parecer es otra cosa”, ratificó Moisés Pineda.

LAS FUNDACIONES DEL CARNAVAL

Actualmente existen fundaciones en la capital del Magdalena como Funcarpés, Pescaíto Dorado, Fundapescaíto y ‘Jeriboca’, que trabajan de manera incansable para el rescate, la preservación y el fortalecimiento del Carnaval. A cada una se le resalta su esfuerzo por mantener viva una de las tradiciones culturales más antiguas de esta región del país.

OPINIÓN CARIBE consultó a los presidentes de cada una de las organizaciones para conocer un poco sobre su historia, el trabajo que año tras año desarrollan y la responsabilidad que tienen para que no decaiga esta fiesta.

FUNCARPÉS

Orlando Calero Ibarra, en estos momentos es el Presidente encargado de la Fundación Carnaval de Pescaíto, Funcarpés, contó que este proyecto nació en medio de una reunión de amigos en el barrio al coincidir en que era necesario organizar diversas actividades para rescatar el carnaval del sector. A partir de esto surgió la Junta Central del Carnaval.“Fue tanto el auge que tuvieron las actividades en Pescaíto, que los integrantes de la Junta Central comenzaron a visitar las calles aledañas para tener contacto con los líderes cívicos y desde ahí conformar las comparsas”, narró.

El primer Carnaval en Pescaíto se realizó en el 2006, año en el que participaron 30 comparsas. Fue tal su acogida, que las personas que en ese momento conformaban la Junta Central decidieron organizarse y crear en 2007, la Fundación Carnaval de Pescaíto, Funcarpés, bajo la presidencia de César Gómez Vizcaíno.

La junta Directiva de Funcarpés, hoy, está conformada por César Gómez Vizcaíno, presidente; Orlando Calero, vicepresidente; Renato Gutiérrez, secretario; Víctor Orozco, tesorero; Gladys Serrano, fiscal. Así mismo, Israel Rojas, Juana Freyle, Emel Fernández y Jorge Rocha, como vocales.

Además de los desfiles en época de carnaval, la Fundación también organiza actividades de talleres de formación en instituciones educativas como el Madre Laura, ‘Olaya Herrera’, ‘John F. Kennedy’ y el I.E.D. El Carmen. “Nosotros los integramos ofreciéndoles charlas y talleres de formación donde se abordan temas como la historia del carnaval y sus inicios, con el fin de que los estudiantes tengan sentido de pertenencia con estas festividades”, anotó Orlando Calero Ibarra.

Desde el mes de junio, los integrantes de la organización comienzan los preparativos para la celebración del Carnaval. Sin embargo, Orlando Calero considera que, para la fiesta de 2018, empezarán con 10 meses de anticipación.

Como es una Fundación sin ánimo de lucro, se hace necesario el apoyo de las entidades gubernamentales. En este caso, Funcarpés cuenta con el respaldo del Ministerio de Cultura, así como de la Alcaldía de Santa Marta y la Gobernación del Magdalena, a través de sus Secretarías de Cultura.

Cabe resaltar, que en la programación de la Fundación Carnaval de Pescaíto, no solo participan comparsas de Santa Marta y el Magdalena, porque este año contaron con la presencia de un grupo procedente de España, que llegó a la capital del Magdalena para hacer un aporte a la cultura de Santa Marta.

FUNDAPESCAÍTO

En el año 2007 fue creada Fundapescaíto, que inicialmente estuvo conformada por algunos miembros de la Fundación Carnaval de Pescaíto, Funcarpés y tenían en mente apoyar la alegría del Carnaval.

Ambas entidades estuvieron conformadas solo por los vecinos del barrio. En la actualidad, cuentan con comparsas de habitantes de otros sectores de la capital del Magdalena, quienes se unen para desfilar y llenar de gran colorido y vibrante alegría las calles.

De acuerdo con lo expresado a través de su portal, durante el Carnaval en Pescaíto, las personas que no se dirigían la palabra o que incluso no se conocían, aprovechaban esta oportunidad para convivir en armonía; a eso se le agrega una característica especial, los pescaiteros desde las terrazas de sus viviendas pueden observar el desfile.

“Santa Marta se une en un solo espacio y vibra con la misma frecuencia energética. Los negritos, las cumbiamberas y los toritos, persisten en el tiempo y lo desafían. La combinación de razas es un derroche de color, la unión entre los vecinos del barrio hace la fuerza, he ahí la magia del Carnaval de Pescaíto”, afirmaron los organizadores de Fundapescaíto.

PESCAÍTO DORADO

En el año 2004, Alaín Manjarrés Padilla creó el Centro Cultural de Pescaíto, desde allí se empezó a analizar que era necesario promover diferentes actividades culturales. “En los años 50 mi papá fue el Presidente de la Junta del Carnaval de Pescaíto, entonces, empecé en el 2005 a investigar cómo eran las fiestas en años anteriores, el tema de las reinas, los disfraces, los bailes y demás. En el 2006 hago una convocatoria a través de un medio de comunicación para invitar a los pescaiteros a reunirse para el ‘renacer’ del carnaval. El 20 de enero de ese año salimos por primera vez con un desfile majestuoso, hubo participación de las comunidades cercanas”, contó.

En el 2007 repitieron el ejercicio y logran instalar 10 tarimas durante los cuatro días de carnaval y a partir de allí se consolidó la Fundación Fundapescaíto, presidida durante cinco años por Alaín Manjarrés.

En el año 2010 fue creada la Fundación Pescaíto Dorado, A pesar de ello, pensando en el cambio generacional y en aras de brindarles un espacio para la diversión de los niños, en el 2012 se creó el Carnaval Infantil. “Nuestro trabajo es pedagógico; primero, nos encargamos de escoger a una niña que lleve un mensaje, que conozca el Carnaval como una tradición, como fiesta de patrimonio y que sepan que no se trata de un desorden, por lo contrario, debemos preservarla”, explicó el Presidente.

En el marco de la fiesta se programan diversos eventos como ‘Disfrázate pelao’, que pretende poner en escena la creatividad de los niños, que sean ellos quienes diseñen su vestuario. Además, se realiza la Lectura del Bando, la coronación, el desfile ‘Algarabía de los niños’, ‘Rueda de Danzas y Comparsas’ y concluye con el ‘Adiós al niño Joselito’. “Para nosotros este es un carnaval integrador, porque vincula a toda la familia; los niños están acompañados por sus padres, sus tíos, los abuelos, hermanos y demás”, afirmó el Presidente de la Fundación Pescaíto Dorado.

En el 2017 se creó por primera vez el Concurso de Reinas Infantiles Populares, denominado ‘Sirenitas del Carnaval’. Para los organizadores, este evento ha sido el de mayor impacto, porque diferentes comunidades se vincularon de manera masiva. “Somos conscientes que, si no le damos la oportunidad a los niños y si hacemos este tipo de ejercicios, el carnaval no va a desaparecer”, señaló.

La Junta Directiva de la Fundación Pescaíto Dorado está conformada por Darling Luna Luna, Aramis Manjarrés, Aldo Méndez, Reinaldo Lara, Carlos Montes, Javier Manjarrés, Juana Iguarán, entre otros.

Conscientes de la responsabilidad que tienen para mantener la tradición, enfocan sus eventos en lo pedagógico, por ello hacen alianza con las instituciones infantiles, como es el caso del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Policía de Infancia y Adolescencia, Defensa Civil Colombiana, Cuerpo de Bomberos y las escuelas de Santa Marta.

Pescaíto Dorado cuenta con el respaldo del Ministerio de Cultura a través del programa Nacional de Concertación Cultural, la Gobernación del Magdalena y empresas privadas.

CARNAVAL DE SAN AGATÓN EN MAMATOCO

Pero en época de Carnaval no todo no es bullicio, alcohol y desorden. También se destacan las festividades en el barrio Mamatoco, uno de los sectores más antiguos de la ciudad, lugar en el que las familias nativas también hacen su aporte para rescatar los valores culturales y transmitirlo a las nuevas generaciones.

Una de estas familias es la de los Duica, reconocidos en el barrio por liderar estos procesos durante décadas. Donaldo Duica Granados es el creador de la Fundación ‘Jeriboca’. Este nombre hace relación a uno de los últimos pueblos Tayronas que existió en Santa Marta y desapareció en 1590; fue elegido porque es símbolo de persistencia, lucha, dignidad y permanencia en el tiempo.

Esta celebración sui generis, como lo cataloga Donaldo Duica, tiene como propósito brindar un espacio cultural en medio de la celebración carnestoléndica. “La idea nace, en primer lugar, de la necesidad de mantener las tradiciones, de decirle a las personas que el carnaval no solo es maicena, ron, parrandas, sino que lleva implícito un mensaje cultural muy profundo.

En segundo lugar, cuando decidimos crear la Fundación, para que en medio del carnaval de Mamatoco, que es muy distinto al resto, pudiéramos tener un espacio en medio del jolgorio para traer a nuestro seno buenos conversadores, gente que ejercite la palabra y que nos hablen de toda esa historia y se las transmitan a las nuevas generaciones”, explicó.

Desde hace cuatro años se llevan a cabo conversatorios en los cuales han participado personajes reconocidos como el cronista Alberto Salcedo Ramos, quien presentó un documento llamado ‘La vida en carnaval’ y alrededor de 400 personas disfrutaron de una tertulia amena, en medio de esta celebración.

Los carnavales en Mamatoco tienen más de 200 años de existencia y es presidido por San Agatón, un santo de la iglesia católica. “Realmente se denomina Carnaval de San Agatón; hay celebraciones litúrgicas que corresponden a la Iglesia; y las paganas, las que hace el pueblo. Históricamente ha habido una ‘rivalidad’ entre el clero y la comunidad por las celebraciones de ese santo, porque se convirtieron en una fiesta realmente pagana”, aseveró.

Durante años, la comunidad espera que sean las 4:00 de la tarde del sábado de Carnaval que la iglesia abra sus puertas para sacar la imagen de San Agatón y recorrer las calles del barrio, a ritmo de papayera. “Al Santo lo van bailando, lo visten con una capa roja imponente y le rocían maicena; esto genera rechazo y repudio por parte del sacerdote, que generalmente no acompaña el recorrido”, acotó.

Donaldo Duica recordó, que su papá lo llevaba a la plaza a observar las fiestas de San Agatón, y siendo adolescente, tuvo la oportunidad con un grupo de amigos, de acompañar un recorrido que hizo el escritor uruguayo Eduardo Galeano desde Santa Marta hasta Mamatoco. Galeano estaba próximo a escribir un libro sobre las tradiciones orales de los pueblos y le habían comentado de las celebraciones de este Santo, por tanto, se trasladó hasta esta capital.

“Durante su estadía nos comentaba que para él, el Santo que veneraban en Mamatoco, era San José y que había visto una figura idéntica en la Catedral de Madrid; eso nos hizo fortalecer esa pasión por tratar de mantener esa tradición y de hecho, hacemos hasta lo indecible para que se mantenga”, puntualizó.

Pero, explica, que la cultura urbana ha hecho que se pierda ese fervor de antaño por las fiestas de San Agatón. “Se ha mantenido la tradición oral, pero las costumbres de esa época no existen. Aquí llegaban unas delegaciones numerosas de Malambo, Atlántico, venían a pagar sus mandas en medio de las celebraciones de San Agatón; algunos caminaban las procesiones, descalzos; otros, se disfrazaban de burros; todo esto hoy, se perdió. Aquí lo que se mantiene es el entusiasmo, fervor y el amor por San Agatón, pero muchas de las costumbres desaparecieron”.

CARNAVAL EN GAIRA

Henry Gómez Rodríguez, es el presidente de la Fundación FundacultuGaira, creada desde hace cuatro años, se encarga de manejar los temas relacionados con la cultura y el deporte, además de liderar obras sociales, riesgos profesionales, entre otros.

Nos contó que esta iniciativa surgió cuando “estaba trabajando con un grupo de amigos de la comunidad Lgtbi y hacíamos Carnaval gay y recorríamos cada uno de los barrios e invitábamos a los habitantes de La Paz y Cristo Rey. Después tomamos caminos distintos por causa del estudio, pero volvimos a implementarlo con otros amigos”.

En el marco del Carnaval en Gaira hacen el lanzamiento de la Reina Central y del Rey Momo por decreto; la Lectura del Bando, coronación del Rey Momo y de las reinas veteranas, infantil, juvenil y del carnaval de los niños. También hacen preámbulos como la toma de las candidatas de los barrios; Batalla de Flores y de Maicena; Guacherna, Noche de Cumbión, de Tamboras y rinden homenajes a aquellas personas aportantes de Gaira.

Uno de los aspectos para resaltar es que integran a los barrios de la Localidad Tres como La Paz, El Carmen, El Socorro, Villa Flores, San Jacinto, La Quemada, Cristo Rey, La Magdalena, Villa Betel, Villa Berlín y demás.

Para la realización de estos eventos cuentan con el respaldo de amigos cercanos y de la gobernadora Rosa Cotes, quien por amistad con Henry Flores apoya este tipo de manifestaciones culturales. Por su parte, los integrantes de FundacultuGaira esperan contar con el acompañamiento de la administración distrital para los próximos eventos.

¿EN QUÉ MOMENTO DECAE EL CARNAVAL?

De acuerdo con lo manifestado por Moisés Pineda Salazar, en el caso de Barranquilla, comenzó a decaer por causa de los cambios económicos en la ciudad y la apropiación de los materiales simbólicos por parte de los políticos. “Esa última batalla de flores y la guacherna fue la escenificación del poderío político que exhibe su capacidad usual para apropiarse de las fiestas y los elementos patrimoniales. No han llegado a lo que lograron en los años 60, en la que los ricos de Barranquilla compraron danzas del Congo y la transformaron en un garabato. Los políticos convirtieron el reinado en los barrios como una forma de ejercer el derecho de carnada, llegando, incluso, a abusar de las mujeres, garantizándoles que van a ser las reinas de su sector. Esta era la manifestación de algo mucho más grave, que era el ejercicio de la política clientelista para ganar votos, así que apoyaban una danza con tal de que sus integrantes votaran por el Concejal o Senador que los patrocinaba.

Hoy, esto tiende a repetirse, infortunadamente uno siente que quienes no nos sometemos a ese tipo de cooptación, simple y llanamente nos comienzan a sacar a un lado y a dar un tratamiento diferencial. De esta manera, salir a buscar otros escenarios y formas para que sobreviva nuestro legado cultural, porque lo que nos ofrecen es ‘o te friegas o te friegas’; nos toca salir a buscar patrocinios en otros lugares, así como lugares para ventilar o promover el patrimonio, distintos a los oficiales, porque el Carnaval se está privatizando y está quedando en manos de quienes tienen para pagar”.

Sin duda, esto refleja que hace falta afirmar los valores culturales, fortalecer la tradición oral, sus expresiones a través de la historia, el comportamiento del pueblo e inculcársela a las nuevas generaciones.

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