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La vía de la esperanza
“Ya hay vía”, así resumen los residentes en Remolino lo que significa para ellos la Vía de la Prosperidad, un carreteable que a pesar de no estar terminado, les facilita el ingreso y salida desde el Municipio.
Cuando el equipo de OPINIÓN CARIBE decidió visitar el municipio de Remolino, Magdalena, las sugerencias para llegar hasta allí fueron: conducir hasta el municipio de Sabanagrande en el Atlántico, desde allí cruzar el río Magdalena, seguir por la carretera hacia Pivijay, que se presume en mal estado y recorrer la Vía de La Prosperidad, finalmente se escogió la tercera opción.
Podría pensarse, por lo que se dice en redes sociales y las fotos que se publican, que conducir a través de la mencionada vía puede ser un viacrucis, pero desde Palermo hasta Sitio Nuevo donde culmina el primer trazado de la vía, el acceso no es tan traumático.
Solo hay un tramo de cuatro kilómetros pavimentados, pero a pesar de que había llovido recientemente no se encontraron inconvenientes durante el recorrido que se hizo en 24 minutos.
Desde Sitio Nuevo hasta Remolino hay un tramo de vía que no ha sido intervenido y es por ello, que los habitantes de estos municipios ‘pelean’, exigen que se les culmine la vía tal y como se les prometió en el proyecto inicial.
Un residente en Santa Marta no comprende la importancia de esta vía hasta que escucha hablar a quien vive en esta zona. Una frase de Bladimir Pertuz, inspector de policía de Remolino, lo dice todo: “Ya hay vía”.
“Antes me tomaba hasta tres horas, ahora en menos de una y en un automóvil salgo a Palermo o llego al Municipio. La gente no entiende lo que eso significa para nosotros, porque en época de invierno no teníamos cómo entrar, y en verano nos costaba mucho salir de Remolino. Hoy, aunque la vía no está terminada, tenemos más movilidad”.
LO QUE PREOCUPA
Rosa Cotes, gobernadora del Magdalena, declaró que la vía no ha avanzado porque no están enviando los giros de regalías y el contratista no tiene los recursos suficientes para terminar la obra.
La Mandataria en su visita a la obra anticipó que este contrato irá hasta el mes de noviembre, que la obra llegará hasta los primeros 26 kilómetros. Cotes enfatizó, que el resto de la vía hasta Remolino y Guáimaro podrán ser culminadas con una nueva licitación y que no aceptará ni una adición y un otrosí del contrato con el mismo consorcio. Según la Gobernadora, sobran 150 mil millones de pesos para el resto de la carretera.
La Primera autoridad del Departamento señaló al Invías como responsable de lo que está ocurriendo con la vía de La Prosperidad, porque fueron ellos los que entregaron los diseños en fase 3 y estos tienen fallas graves que se reflejan en la construcción.
La comunidad de Remolino confía en las palabras de la Gobernadora, y esperan que la vía les llegue hasta su Municipio tal y como lo prometió en su momento el presidente Juan Manuel Santos.
SE RECORTÓ LA VÍA
Hace unos meses, tras presidir una mesa técnica de trabajo con la Gobernadora del Magdalena, Carlos Alberto García Montes, director del Instituto Nacional de Vías, reconoció que el tramo entre el caño Aguas Negras -límite entre Sitio Nuevo y Remolino-, y el corregimiento de Guáimaro, no se construirá.
Desde marzo de 2015 en este tramo fue verificada la posibilidad de éxito de su construcción, soportada en la aplicación de diversos estudios geomorfológicos, hidráulicos y geotécnicos, que determinó que se debía retirar el carreteable existente a un nuevo eje, distante 800 metros del borde del río Magdalena.
Como la zona es altamente propensa a la erosión por la intensa actividad hidráulica, se hizo necesario consultarle a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, sobre cuál era el camino a seguir. La entidad respondió, que se requería presentar un Diagnóstico de Alternativas Ambientales y solicitarle la Licencia Ambiental a la Corporación Autónoma Regional del Magdalena.
Este nuevo escenario comprometió 14.4 kilómetros más del mejoramiento de la carretera Palermo – Sitio Nuevo – Remolino – Guáimaro, pues para construirlos urge tener detalladas tres alternativas del entorno geográfico y sus características ambientales y sociales, análisis comparativo de los efectos y riesgos inherentes a la obra, y de las posibles soluciones y medidas de control y mitigación.
LAS DIFICULTADES DE LA VÍA
Los problemas de las obras de mejoramiento de la vía Palermo – Sitio Nuevo – Remolino – Guáimaro, más conocida como ‘La Vía de la Prosperidad’, no solo pasan por el hecho de que los recursos invertidos a la fecha no van a alcanzar para terminar su construcción, sino que ahora todo indica que la carretera se encogió.
A pesar de que por medio del documento Conpes 3742 del 15 de abril de 2013, fue declarado como proyecto de importancia estratégica nacional, ‘La Vía de la Prosperidad’ ha sido factor generador de pugnas políticas, cuestionamientos legales y señalamientos de afectaciones ambientales.
Además de la evidente reducción de su extensión, la obra enfrentó la pérdida del respaldo del Gobierno Nacional, cuando semanas antes de su adjudicación, el Ministerio de Transporte anunció que abandonaría el convenio interadministrativo en virtud del cual aportaba $266.9.000 millones.
La Contraloría General de la República, posteriormente advirtió sobre los posibles riesgos y afectaciones ambientales que se podrían presentar en el Sistema Delta Estuarino Ciénaga Grande de Santa Marta, al pasar por alto los compromisos internacionales adquiridos por Colombia en materia de protección de la diversidad biológica y humedales de importancia universal.
La Procuraduría General de la Nación también le exigió en su momento a la Gobernación del Magdalena, informar si había girado $66.000 millones a Ribera – Este por concepto de anticipo, dado que lo recursos no aparecían reportados en el portal del Sistema Electrónico para la Contratación Pública ni en la página Web del Departamento.
‘La Vía de la Prosperidad’ es un proyecto que, dada su trascendencia y antecedentes, le conviene la unión de voluntades para concertarlo con evidente finalidad social, económica y ambiental.
El objetivo ahora es determinar nuevos derroteros a definir sobre la base de una obra vital para la competitividad de la región requiriendo de toda la atención del Estado en sus correspondientes competencias y corregir errores en la raíz del mismo para destrabar los enredos distractores.
IMPORTANCIA
La importancia de este carreteable se resume en que ‘La Vía de la Prosperidad’ fue concebida en los años treinta por el entonces gobernador del Magdalena, Pedro Castro Monsalvo, quien vislumbró la necesidad de que se construyera una calzada paralela al río Magdalena que interconectara y le diera salida a Santa Marta, Barranquilla y a todos los municipios ribereños del departamento.
El trazado original de lo que Castro Monsalvo concibió, comenzaba en el corregimiento de Palermo, avanzaba en sentido norte-sur hasta la cabecera municipal de Sitio Nuevo, pasaba por Remolino y llegaba a Salamina. Es decir, 67.1 kilómetros de un camino que llenaba de oportunidades a una región con vocación productiva agrícola, ganadera, pesquera y portuaria.
La historia ha impuesto un reto a los mandatarios con esta vía, su importancia estratégica contrasta con los esfuerzos que han hecho para sacarla adelante y lo que representa para los habitantes de los municipios ribereños que dejarán de sentirse cerca solo del Atlántico.
¿POR QUÉ ES DIFÍCIL?
Según investigación adelantada previamente por OPINIÓN CARIBE el punto delicado de la dificultad de esta vía es el terraplén sobre el cual debe ir construida. ¿Pero qué es un terraplén? ¿A qué se refieren los ingenieros cuando usan ese término? ¿Por qué es tan importante en una obra de infraestructura como ‘La Vía de la Prosperidad’?
Un terraplén es el macizo de tierra con que se rellena un hueco que se levanta para hacer una defensa, fortificación o talud en cuya cúspide plana se traza un camino o carretera.
En el caso de las obras de mejoramiento de la vía Palermo – Sitio Nuevo – Remolino – Guáimaro, dicho terraplén tiene 3.5 metros de alto, 52.000 metros de longitud, 25 metros de ancho en la base y 10.90 metros de ancho en la cúspide.
Literalmente, se trata de una estructura con forma de montaña, una especie de cordillera artificial sobre la que descansa el pavimento.
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